16 Abr

El Arte de la Oratoria Romana: Cicerón y Quintiliano

Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.) fue un destacado político, abogado y escritor romano, nacido en Arpino. Fue el primer miembro de su familia en alcanzar altos cargos públicos, llegando a ser cónsul en 63 a.C. Su carrera política estuvo marcada por su lucha contra Catilina y su defensa de la República frente a figuras como Julio César y Marco Antonio. Cicerón fue asesinado durante las proscripciones del Segundo Triunvirato.

Obras Principales de Cicerón

Entre sus obras más importantes destacan:

  • In Catilinam (Catilinarias): donde denuncia la conspiración de Catilina.
  • Pro Milone: en defensa de Tito Anio Milón, acusado de asesinar a Clodio Pulcro.
  • De Oratore: un tratado sobre la oratoria y la educación integral del orador.
  • Brutus: que analiza la historia de la oratoria romana.
  • Orator: una reflexión sobre el discurso perfecto y las características del orador ideal.

Cicerón estableció un modelo de oratoria basado en la claridad, la persuasión y la combinación de razón y emoción, siendo un referente en la literatura latina. Su estilo influyó en la educación y la retórica, especialmente durante el Renacimiento. Además, su técnica oratoria ha sido clave en la política y el derecho, inspirando a figuras como Winston Churchill y John F. Kennedy.

La Oratoria en la Antigua Roma

La oratoria es el arte de hablar con elocuencia para persuadir o convencer a un auditorio. En la antigua Roma, era una habilidad esencial para políticos y abogados, combinando conocimientos de filosofía, derecho y política con técnicas específicas de argumentación y expresión. Su enseñanza se institucionalizó en las escuelas de retórica. La oratoria romana seguía un proceso metódico que incluía:

  • Inventio: búsqueda de argumentos.
  • Dispositio: organización de los mismos.
  • Elocutio: redacción y estilo.
  • Memoria: aprendizaje del discurso.
  • Actio: pronunciación y gesticulación.

Los discursos se dividían en tres géneros principales:

  • Discurso judicial: enfocado en acusar o defender en tribunales.
  • Discurso deliberativo: utilizado en política para influir en la toma de decisiones.
  • Discurso epidíctico: destinado a alabar o censurar a una persona o evento.

Aunque la oratoria romana se originó por la influencia griega, con el tiempo se adaptó a las necesidades políticas y jurídicas de Roma. Los grandes oradores no solo dominaban el lenguaje y las técnicas retóricas, sino que también tenían una sólida formación en historia, filosofía y cultura general, lo que les permitía construir discursos persuasivos y convincentes.

Sus recursos retóricos, como la concessio y la peroratio, siguen siendo fundamentales en la oratoria política moderna.

Marco Fabio Quintiliano y su Contribución

Marco Fabio Quintiliano (35-95 d.C.) fue un influyente profesor de retórica romano, nacido en Calagurris (actual Calahorra, España). Bajo el emperador Vespasiano, fue el primer maestro de retórica pagado por el Estado. Su obra principal es Institutio Oratoria, un tratado en 12 libros sobre la educación del orador, desde la infancia hasta la madurez, donde defiende que el orador ideal debe ser un hombre virtuoso. En Institutio Oratoria, Quintiliano critica el abuso de la retórica artificial y defiende el modelo ciceroniano. También escribió De causis corruptae eloquentiae, obra perdida, donde critica la decadencia de la elocuencia de su tiempo. Su obra fue fundamental para la educación retórica en la Edad Media y el Renacimiento, influyendo en la pedagogía humanista. Quintiliano recuperó el ideal ciceroniano de la oratoria y su método educativo sigue siendo un modelo en la enseñanza de la retórica y la comunicación.

Características Clave de la Oratoria Romana

Las principales características de la oratoria romana son:

  • Finalidad persuasiva: su objetivo era convencer o influir en la audiencia, ya fuera en un contexto político, judicial o social.
  • Estructura formalizada: los discursos seguían un esquema estructurado que incluía:
    • Exordium: introducción para captar la atención del público.
    • Narratio: exposición de los hechos y antecedentes del tema.
    • Argumentatio: desarrollo de argumentos y refutación de los contrarios.
    • Peroratio: conclusión emotiva y refuerzo de la tesis principal.
  • Uso de recursos retóricos: se empleaban figuras literarias como la antítesis (contraste de ideas), el paralelismo (repetición de estructuras) y las metáforas para embellecer y reforzar el mensaje.
  • Importancia de la memoria y la expresión oral: los discursos debían ser aprendidos y pronunciados con precisión, combinando el uso de la voz, la gesticulación y el lenguaje corporal para maximizar su impacto.
  • Tres tipos de discursos: judicial, deliberativo y epidíctico, cada uno con su finalidad y contexto específico.
  • Valoración del orador como figura pública: un buen orador debía no solo dominar la palabra, sino también poseer una sólida educación y altos valores morales.

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