21 Feb
Primeros Núcleos de Resistencia Cristiana y Etapas de la Reconquista
Las zonas montañosas del norte peninsular permanecieron al margen de la ocupación musulmana. En la zona cantábrica, tras la victoria de Don Pelayo sobre los musulmanes en la batalla de Covadonga (722), surgió el reino de Asturias, que en el siglo X pasó a denominarse reino de León. Uno de sus condados, Castilla, se independizó en el siglo X. En los Pirineos, los distintos condados que se independizaron del dominio carolingio dieron lugar al reino de Navarra, el reino de Aragón y los Condados Catalanes.
La Reconquista, o proceso de avance militar de los reinos cristianos sobre los territorios sometidos a los musulmanes, fue acompañada de la repoblación, es decir, la puesta en explotación de los nuevos territorios. Este proceso se desarrolló en varias etapas:
- Siglos VIII al X: Los reinos cristianos se limitaron a ocupar territorios casi despoblados, como la cuenca del Duero. Para repoblar el territorio, se utilizó el procedimiento de presura, por el cual quienes cultivaban la tierra se convertían en propietarios.
- Siglos XI a la primera mitad del XII: Los reinos cristianos tomaron la iniciativa militar aprovechando la fragmentación de Al-Ándalus. Alfonso VI conquistó Toledo en 1085. Los reinos occidentales (León, Castilla y Portugal) llegaron hasta el río Tajo, y los orientales se extendieron hasta el valle del Ebro. En esta etapa predominó la repoblación concejil, con la formación de villas y ciudades que recibían fueros o cartas pueblas con privilegios y libertades para atraer a nuevos pobladores.
- Segunda mitad del siglo XII: La llegada de los almohades y las disputas entre los reinos cristianos frenaron el avance conquistador, que se limitó a los cursos altos de los ríos Turia, Júcar y Guadiana. Estas zonas extensas, poco pobladas y peligrosas, fueron repobladas por las Órdenes Militares.
- Siglo XIII: La victoria frente a los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) posibilitó un gran avance. Aragón, con Jaime I el Conquistador, se anexionó Baleares y el reino de Valencia, y Castilla, con Alfonso X el Sabio, culminó la conquista de Andalucía e incorporó el reino de Murcia. En estas zonas, los reyes otorgaron repartimientos a quienes habían participado en las campañas militares, en función de su posición social. Solo quedó el reino nazarí de Granada, que sería conquistado en 1492.
Organización Política, Régimen Señorial y Sociedad Estamental en los Reinos Cristianos Medievales
En los reinos hispanos medievales, el rey ocupaba la cima del poder feudal, asesorado por la corte o Curia Regia (reunión de los magnates del clero y la nobleza). La entrada en la Curia real de los representantes de las ciudades o burgueses, a partir del siglo XIII, dio lugar a la aparición de las Cortes, cuya función era asesorar al rey y votar impuestos extraordinarios. Mientras que en Castilla tuvieron siempre carácter consultivo, en la Corona de Aragón tenían función legislativa.
El régimen señorial fue consecuencia de una organización política basada en relaciones personales de ayuda a cambio de beneficios. Los señoríos eran territorios dados por el rey a particulares o instituciones, y evolucionaron con el tiempo. Hasta el siglo XII eran señoríos territoriales o solariegos, donde se entregaba la propiedad de la tierra. Desde el siglo XII, los reyes otorgaron el privilegio de inmunidad, convirtiéndose en señoríos jurisdiccionales, en los que el señor asumía las funciones propias del monarca (justicia, impuestos, gobierno) sobre los pobladores de la zona. El régimen señorial supuso el debilitamiento del poder monárquico y el fortalecimiento de la nobleza laica y eclesial.
La sociedad feudal estaba dividida en estamentos a los que se accedía por nacimiento, con una estructura piramidal. En la cúspide estaba el Rey, seguido por los grupos privilegiados (nobleza y clero), exentos del pago de impuestos y con leyes propias. En la base se encontraba el estado llano, un grupo heterogéneo (campesinos, artesanos, burgueses) que no tenía privilegios, pagaba impuestos y cuyo trabajo mantenía a los otros estamentos.
Organización Política de la Corona de Castilla, la Corona de Aragón y el Reino de Navarra al Final de la Edad Media
La Corona de Castilla (surgida tras la unión definitiva del reino de Castilla y el de León con Fernando III en 1230) era un estado unitario. El poder del rey se consideraba de origen divino y su autoridad se fue consolidando. Las Cortes eran consultivas y su principal función era aprobar nuevos impuestos. Otras instituciones eran el Consejo Real (que asesoraba al monarca), la Audiencia (que impartía justicia) y la Hacienda. Los municipios o concejos eran controlados a través de regimientos y corregidores.
La Corona de Aragón era una confederación de reinos en la que cada uno tenía leyes e instituciones propias, pero que compartían un mismo rey. Se trataba además de una monarquía pactista, donde el poder del rey estaba limitado por normas, derechos y costumbres de cada reino que debía respetar. Cada uno de los reinos tenía sus propias Cortes, que eran organismos de control de la Corona. Existía además una comisión permanente (Diputación en Aragón y Generalitat en Cataluña y Valencia) que supervisaba el cumplimiento de los acuerdos. En cada reino, el rey estaba representado por un gobernador o virrey. Existían además cargos específicos como el Justicia Mayor de Aragón, que juzgaba las disputas entre los nobles y el rey. Había instituciones centrales como el Consejo Real y la Cancillería.
Por su parte, en el Reino de Navarra (bajo influencia francesa hasta el siglo XIV), como en la Corona de Aragón, prevaleció la doctrina pactista, y las prerrogativas de las Cortes impidieron el fortalecimiento del poder de la monarquía. Había un Consejo Real y unas Cortes, ante las cuales el rey debía jurar los fueros del reino y en cuyas reuniones se promulgaban leyes.
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