01 Mar
La Fundación de Roma y sus Primeros Reyes
La ciudad de Roma, según la tradición, fue fundada por los troyanos, liderados por Eneas, quienes, junto con los aborígenes, un pueblo agreste y sin leyes, se unieron para formar una ciudad. Esta diversa multitud, gracias a la concordia, se convirtió rápidamente en una próspera comunidad.
Rómulo, el Primer Rey
Rómulo, tras fundar la ciudad y darle su nombre, acogió a una multitud de vecinos y nombró senadores a los más ancianos. Ante la falta de esposas para él y su pueblo, invitó a los pueblos vecinos a un espectáculo y raptó a sus doncellas.
Numa Pompilio, el Rey Religioso
A Rómulo le sucedió Numa Pompilio, reconocido por su virtuoso sentido religioso. Numa instauró los ritos sagrados, las ceremonias y el culto a los dioses. Creó los pontífices, los augures y otros sacerdocios, y dividió el año en doce meses. Finalmente, guio a este pueblo, antes feroz, hacia un gobierno basado en la religión y la justicia.
Tarquinio Prisco y la Expansión de Roma
Tarquinio Prisco, el siguiente rey, duplicó el número de senadores, construyó el Circo Máximo e instituyó los Juegos Romanos. Venció a los sabinos y fue el primer rey en entrar triunfante en la ciudad. También construyó muros y cloacas, e inició la construcción del Capitolio. Fue asesinado en el trigésimo octavo año de su reinado por los hijos de Anco Marcio, el rey al que había sucedido.
El Fin de la Monarquía
El hijo de Tarquinio el Soberbio violó a Lucrecia, noble y virtuosa esposa de Colatino. Lucrecia, tras denunciar la injuria, se suicidó. Este hecho provocó que Bruto sublevara al pueblo y expulsara a Tarquinio. Así terminó el reinado de siete reyes en Roma, que duró 243 años.
La República Romana y sus Desafíos
La Formación del Ejército Romano
La juventud romana, desde temprana edad, aprendía el arte de la milicia en el campamento. Preferían las armas y los caballos a los placeres mundanos. Para estos hombres, no había trabajo insólito, lugar inaccesible ni enemigo temible.
Aníbal y las Guerras Púnicas
Aníbal, destacado líder cartaginés, era el primero en la batalla y el último en retirarse. A pesar de sus grandes virtudes militares, poseía vicios como la crueldad inhumana y la deslealtad. No respetaba la verdad, el honor, ni a los dioses.
Aníbal, tras dejar a su hermano Asdrúbal en Hispania, cruzó los Pirineos y los Alpes, abriendo un camino donde antes era intransitable. Llegó a Italia con un ejército de 80.000 infantes, 10.000 jinetes y 37 elefantes. Muchos ligures y galos se unieron a él. Sempronio Graco trasladó su ejército desde Sicilia a Rímini para enfrentarlo.
Viriato y la Resistencia en Hispania
Viriato, inicialmente pastor y luego jefe de ladrones, lideró una sublevación en Hispania contra los romanos durante catorce años. Fue considerado un libertador de Hispania. Sus asesinos, al pedir recompensa al cónsul Cepión, recibieron como respuesta que los romanos no aprobaban el asesinato de generales por sus propios soldados.
Espartaco y la Revuelta de los Esclavos
Sesenta y cuatro gladiadores, liderados por Espartaco, Crixo y Enomao, escaparon de Capua y vagaron por Italia, provocando una guerra comparable a la de Aníbal. Vencieron a varios generales y cónsules romanos, reuniendo un ejército de aproximadamente sesenta mil soldados.
Catilina y la Conspiración
Lucio Catilina, de noble familia, poseía una gran fuerza de ánimo y cuerpo, pero un ingenio malvado. Era capaz de tolerar el hambre, el frío y el sueño de forma extraordinaria. Era audaz, astuto, inconstante, codicioso de lo ajeno y pródigo de lo suyo. Tenía elocuencia, pero poca sabiduría.
La Guerra Civil: César contra Pompeyo
Petreyo y Afranio, partidarios de Pompeyo, exigieron tropas a toda Lusitania, a los cántabros y a los bárbaros que se extendían hasta el Océano. Decidieron llevar la guerra a Ilerda (Lérida) debido a su posición favorable.
Una gran tormenta e inundación, causada por el deshielo, destruyó los puentes construidos por Cayo Fabio, lugarteniente de César, causando grandes dificultades al ejército de César.
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