06 Ene
“—” es un texto periodístico de opinión, escrito por— y publicado en el periódico —-, de difusión nacional. Se trata concretamente una columna, dado que expresa punto de vista del autor, está firmado, es relativamente corto y posee un estilo personal, evidente en la ironía final. Por otro lado, El texto pertenece a la tipología textual expositivo-argumentativa, puesto que el autor presenta el tema manera clara y precisa.—-, al respecto, plantea, su tesis, que defiende y apoya con argumentos de distinto tipo, que analizaremos posteriormente, con el objetivo de persuadir al receptor.
Por su propia tipología textual, el articulista utiliza diferentes funciones del lenguaje. Así, aparece la función apelativa, ya que el autor pretende hacer reflexionar al receptor sobre el tema y convencerlo. Esto se observa en el uso de la primera persona del plural (“—-”) con la que se incluye a sí mismo y al receptor con el objeto de involucrarlo en su idea;
El subjuntivo con valor imperativo, también en primera persona del plural (“descorchemos—”).
Por otro lado, la referencial se aprecia en las partes más expositivas, mediante el uso del lenguaje denotativo, el orden lógico y la modalidad oracional enunciativa (“—-«); el modo indicativo y la tercera persona («-“).
Por su parte, mediante la función expresiva, el autor deja patente su punto de vista, y lo hace a través del lenguaje valorativo, con connotaciones negativas («—-«); coloquialismos (“—-«)…
Por último, y también ligado a la subjetividad, encontramos la función poética, presente mediante la ironía («—-«), o la metáfora («—-«), todo ello con una indudable voluntad de estilo propia de este tipo de textos.
Así pues, el texto cumple con las diferentes funciones del lenguaje, además de la divulgativa, motivo por el cual, el texto utiliza un registro estándar, sin
variedades diatópicas, aunque sí utiliza algunos extranjerismos (“—-“).Posee un nivel culto, que se muestra en el uso correcto de estructuras sintácticas y léxicas propias de la lengua formal. El léxico valorativo («—-«). Con todo ello cumple la finalidad comunicativa propia del género, respeta el marco y la relación emisor-receptor.
El tema del texto es —-. Ante el mismo,— sostiene la tesis que—, idea que se encuentra al final del texto, motivo por el cual tiene una estructura inductiva, pues parte de la argumentación para, posteriormente, sintetizar su idea al final.
Resumen] —-
No cabe duda que este tema es de una actualidad incuestionable, pues —
En cuanto a la estructura general, el texto se encuentra dividido en — párrafos de diferente extensión, el primero de los cuales se corresponde con la introducción en la que plantea —-
Los siguientes cuatro constituyen el cuerpo argumentativo, en los que el autor refleja—-, por último, un párrafo final que se corresponde con la conclusión en la que está comprendida parte de la tesis del autor.
Para fundamentar/cimentar su tesis,— utiliza varios argumentos. Así, recurre a argumentos de hecho —-.Por otro lado, encontramos un argumento de datos— Por último, se observa un argumento de ejemplo, cuando demuestra—-.
La coherencia y la cohesión están plenamente logradas en el texto. La primera se percibe en la existencia de un núcleo informativo—. La progresión temática parte de — y concluye— con presuposiciones acertadas, pues el autor no tiene que dar explicaciones sobre—.
En cuanto a la cohesión, nos hallamos ante un texto perfectamente cohesionado por diversos procedimientos tanto léxicos como gramaticales. Por una parte, los mecanismos de cohesión léxico-semántica se observan en las recurrencias léxicas con la constante repetición de “—“ términos sobre los que descansa toda la argumentación y la tesis. Además, debemos destacar varios ejemplos de recurrencia semántica, como la sinonimia: «—»;Por otro lado, encontramos varios
antónimos: “—-“;Entre los ejemplos; algunas derivaciones (“—-“), por último, algunos casos de hiperonimia e hiponimia (“—“). Finalmente, las redes léxicas sobre las que se estructura el texto están relacionadas con muchos de los términos ya citados, como—-.
Por lo que se refiere a los mecanismos del nivel morfosintáctico, observamos que el texto se encuentra cohesionado mediante pronombres con valor anafórico: los pronombres relativos “que” y «quien», que hacen referencia a sus antecedentes, como “—“; el pronombre personal “lo” en “—-”, “les” en “—-”.
En cuanto a la deixis temporal, hay que señalar la presencia de los adverbios “—-”; la espacial sitúa al texto en un determinado lugar mediante el adverbio «— “
En el texto abundan los sustantivos concretos: “—“. Frente a estos, el autor recurre a los abstractos, propios de la tipología textual expositivo
argumentativa como: «—-«.
En cuanto a la adjetivación, destacan los adjetivos especificativos, carácterísticos de esta tipología textual, con los que el autor pretende distinguir de forma objetiva distintas situaciones y hechos: «—-“. Frente a estos, la presencia de explicativos es escasa, y entre ellos habría que mencionar (“—-«), con los que el autor enfatiza cualidades implícitas en los dos sustantivos a los que califica.
Por lo que al verbo se refiere, el texto se caracteriza por la utilización del modo indicativo, debido a que este es el modo que representa los hechos como reales, y en este caso, el autor pretende hacer llegar al lector la situación real de—-. En cuanto a los tiempos predominantes, destaca el uso del presente de indicativo(“—-“).
Asimismo, encontramos verbos en futuro simple, como «—» que, a pesar de presentarse en futuro, plantea los hechos como reales.
En cuanto al nivel textual, la columna está cohesionada también mediante algunos conectores o marcadores textuales .En este aspecto, cabe mencionar los explicativos o de reformulación: ”es decir—” con el objetivo de aclarar; de orden: “—”, para organizar el discurso; de oposición: “—”», que se repite dos veces, para oponer ideas; de causa: «porque—» para argumentar el motivo de por qué lo van a hacer mejor.
Por su propia tipología textual, el articulista utiliza diferentes funciones del lenguaje. Así, aparece la función apelativa, ya que el autor pretende hacer reflexionar al receptor sobre el tema y convencerlo. Esto se observa en el uso de la primera persona del plural (“—-”) con la que se incluye a sí mismo y al receptor con el objeto de involucrarlo en su idea;
El subjuntivo con valor imperativo, también en primera persona del plural (“descorchemos—”).
Por otro lado, la referencial se aprecia en las partes más expositivas, mediante el uso del lenguaje denotativo, el orden lógico y la modalidad oracional enunciativa (“—-«); el modo indicativo y la tercera persona («-“).
Por su parte, mediante la función expresiva, el autor deja patente su punto de vista, y lo hace a través del lenguaje valorativo, con connotaciones negativas («—-«); coloquialismos (“—-«)…
Por último, y también ligado a la subjetividad, encontramos la función poética, presente mediante la ironía («—-«), o la metáfora («—-«), todo ello con una indudable voluntad de estilo propia de este tipo de textos.
Así pues, el texto cumple con las diferentes funciones del lenguaje, además de la divulgativa, motivo por el cual, el texto utiliza un registro estándar, sin
variedades diatópicas, aunque sí utiliza algunos extranjerismos (“—-“).Posee un nivel culto, que se muestra en el uso correcto de estructuras sintácticas y léxicas propias de la lengua formal. El léxico valorativo («—-«). Con todo ello cumple la finalidad comunicativa propia del género, respeta el marco y la relación emisor-receptor.
El tema del texto es —-. Ante el mismo,— sostiene la tesis que—, idea que se encuentra al final del texto, motivo por el cual tiene una estructura inductiva, pues parte de la argumentación para, posteriormente, sintetizar su idea al final.
Resumen] —-
No cabe duda que este tema es de una actualidad incuestionable, pues —
En cuanto a la estructura general, el texto se encuentra dividido en — párrafos de diferente extensión, el primero de los cuales se corresponde con la introducción en la que plantea —-
Los siguientes cuatro constituyen el cuerpo argumentativo, en los que el autor refleja—-, por último, un párrafo final que se corresponde con la conclusión en la que está comprendida parte de la tesis del autor.
Para fundamentar/cimentar su tesis,— utiliza varios argumentos. Así, recurre a argumentos de hecho —-.Por otro lado, encontramos un argumento de datos— Por último, se observa un argumento de ejemplo, cuando demuestra—-.
La coherencia y la cohesión están plenamente logradas en el texto. La primera se percibe en la existencia de un núcleo informativo—. La progresión temática parte de — y concluye— con presuposiciones acertadas, pues el autor no tiene que dar explicaciones sobre—.
En cuanto a la cohesión, nos hallamos ante un texto perfectamente cohesionado por diversos procedimientos tanto léxicos como gramaticales. Por una parte, los mecanismos de cohesión léxico-semántica se observan en las recurrencias léxicas con la constante repetición de “—“ términos sobre los que descansa toda la argumentación y la tesis. Además, debemos destacar varios ejemplos de recurrencia semántica, como la sinonimia: «—»;Por otro lado, encontramos varios
antónimos: “—-“;Entre los ejemplos; algunas derivaciones (“—-“), por último, algunos casos de hiperonimia e hiponimia (“—“). Finalmente, las redes léxicas sobre las que se estructura el texto están relacionadas con muchos de los términos ya citados, como—-.
Por lo que se refiere a los mecanismos del nivel morfosintáctico, observamos que el texto se encuentra cohesionado mediante pronombres con valor anafórico: los pronombres relativos “que” y «quien», que hacen referencia a sus antecedentes, como “—“; el pronombre personal “lo” en “—-”, “les” en “—-”.
En cuanto a la deixis temporal, hay que señalar la presencia de los adverbios “—-”; la espacial sitúa al texto en un determinado lugar mediante el adverbio «— “
En el texto abundan los sustantivos concretos: “—“. Frente a estos, el autor recurre a los abstractos, propios de la tipología textual expositivo
argumentativa como: «—-«.
En cuanto a la adjetivación, destacan los adjetivos especificativos, carácterísticos de esta tipología textual, con los que el autor pretende distinguir de forma objetiva distintas situaciones y hechos: «—-“. Frente a estos, la presencia de explicativos es escasa, y entre ellos habría que mencionar (“—-«), con los que el autor enfatiza cualidades implícitas en los dos sustantivos a los que califica.
Por lo que al verbo se refiere, el texto se caracteriza por la utilización del modo indicativo, debido a que este es el modo que representa los hechos como reales, y en este caso, el autor pretende hacer llegar al lector la situación real de—-. En cuanto a los tiempos predominantes, destaca el uso del presente de indicativo(“—-“).
Asimismo, encontramos verbos en futuro simple, como «—» que, a pesar de presentarse en futuro, plantea los hechos como reales.
En cuanto al nivel textual, la columna está cohesionada también mediante algunos conectores o marcadores textuales .En este aspecto, cabe mencionar los explicativos o de reformulación: ”es decir—” con el objetivo de aclarar; de orden: “—”, para organizar el discurso; de oposición: “—”», que se repite dos veces, para oponer ideas; de causa: «porque—» para argumentar el motivo de por qué lo van a hacer mejor.
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