20 Nov

TEMA 1/La casa de Bernarda Alba es un drama rural(femenino),mareado desde el principio por los nombres simbólicos y significativos del carácter de los personajes:Poncia, Prudencia, Magdalena, Martirio; o por el contraste fonético entre “Bernarda y Adela”.Los personajes principales son la familia de Bernarda Alba y Poncia:/-Bernarda:es viuda dos veces y tiene sesenta años.En el contexto del pueblo tiene un estatus social alto.Encarna el papel de madre autoritaria, tirana y cruel.Su bastón,con el que pega a sus hijas,simboliza poder.Obsesa por la limpieza,el respeto a la tradición y la decencia,ignora los sentimientos de sus hijas y solo le preocupa el qué dirán.Es fría y clasista,desprecia a las clases inferiores,además de ser odiada por el pueblo y la familia de su difunto marido.Su soberbia le impide ver la tragedia que se gesta en su casa. Solo duda de su poder tras fallar disparando a Pepe el Romano y cuando proclama contra toda evidencia la virginidad de Adela: “ella, la hija menor de Bernarda Alba ha muerto virgen”.Su lenguaje es reflejo de su carácter,por lo que abundan los mandatos(“¡Silencio!”),las interrogaciones retóricas y las frases sentenciosas(“Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón”).Las imágenes que usa son agresivas y duras(“las bajare tirándoles cantaros”)./Su protagonismo, patente durante toda la obra, se hace más notorio en el rezo del responsa con sus críticas a la visita de las mujeres (odio al pueblo); en el rechazo del abanico de Adela (carácter violento y decencia) y la imposición del luto durante ocho años; cuando le pega a Martirio con el bastón por haberle cogido a Angustias el retrato de Pepe; discutiendo con Poncia sobre lo que pasaba en la casa (reafirma su autoridad y su voluntad de control); y proclamando la virginidad de Adela y hundiendo a la familia en “un mar de luto”./- Las hijas: comparten el vivir en un estado de ansiedad erótica (“mujeres sin hombre”).Son:/+Angustias. Es la hija mayor, de padre distinto al de las demás hermanas. Está vieja (39 años) y enfermiza. Es la heredera. Esto abre a Pepe el Romano, quien le hace creer en la posibilidad de salir de aquel infierno.**


**Pero pronto advierte la actitud evasiva y distante del novio. Su noviazgo con Pepe atrae la envidia y hostilidad de las hermanas. /Tiene tres momentos de protagonismo: cuando espía las conversaciones de los hombres y se maquilla, desatando la ira de su madre; cuando descubre que le han quitado el retrato del novio, quedando patente la hostilidad entre las hermanas; y cuando confiesa a su madre la actitud distante de Pepe o muestra el anillo de compromiso a Prudencia, que es de perlas./+Magdalena. Es la segunda hermana mayor. Carece de ilusión, pues ha anunciado que no se va a casar, aunque denuncia la situación de la mujer.
Mantiene una tensa relación con Angustias, rezuma rencor hacia ella, pues se va a quedar con la herencia. En cambio, muestra compasión por Adela./+Amelia. Es el personaje con menor entidad dramática de la obra. Simplemente, es la confidente de Martirio, siente curiosidad por las relaciones entre novios y frente a la hipocresía de Martirio, reconoce que no se alegra porque Angustias se fuera a casar./+Martirio. Es cuatro años mayor que Adela y su autentica rival, pues también está enamorada de Pepe. Carece de atractivo físico. Vigila a Adela y convierte su frustración erótica en odio destructivo contra su hermana. Cobra protagonismo al quitarle el retrato de Pepe a Angustias, al delatar la relación de Adela con Pepe y al insinuar que su madre ha matado a Pepe precipitando el suicidio de Adela, a quien envidia. Su relación con Adela queda manifestada donde le principio, a nivel simbólico con la escena de los abanicos. A lo largo de la obra se lanzan ambas dos insinuaciones y amenazas. Protagonizan el mayor conflicto ente las hermanas./+Adela. Es la hermana más joven (20 años). Encarna la pasión y el instinto. Es rebelde, y defiende su libertad para decidir, frente a la tiranía materna y la resignación fraternal (“yo quiero, salir”). Su pasión por Pepe le da fuerza para enfrentarse a todos, incluso a Bernarda, cuyo bastón rompe. Su pasión también le lleva al suicido al creer muerto a Pepe. Su lenguaje es expresivo y apasionado, por lo que está lleno de hipérboles, imágenes y metáforas. Hace uso de la amenaza y la insinuación.**


**Manifiesta su rebeldía constantemente: con el abanico de flores, el vestido verde o su deseo de libertad y aprovechar su juventud. Se aprecia su oposición a su madre en el hinchamiento de la hija de la Librada, después de haberse enfrentado ya a Poncia. El culmen es su enfrentamiento final a Martirio, a Bernarda (rompiéndole su bastón) declarando su amor a Pepe y su suicidio como heroína trágica./+Poncia (60 años). Es testigo incómodo de la intimidad familiar y contrafigura de Bernarda. A pesar de su felicidad, ya que está al servicio de la familia, odia a Bernarda y no aprecia a la familia. Uno de sus valores es la decencia. Ve el conflicto entre las hermanas gracias a su conocimiento de la vida. Su confidente es la criada, a la que Bernarda desprecia, y con la que Benavides tuvo sus escarceos eróticos. Su lenguaje es de carácter popular, lleno de vulgarismos, imágenes y comparaciones. Domina la insinuación y la reticencia. Critica a Bernarda al comienzo de la obra. Trata de disuadir a Adela de su actitud con Pepe y con Angustias, previene a Bernarda del drama y descubre al final a Adela ahorcada./+Los personajes aludidos suelen tener que ver con temas eróticos, como contrapunto al ambiente monacal y asfixiante de la casa. Destaca Pepe, cuya presencia se huele desde el principio y desencadena la rivalidad entre las hermanas. Es joven (25) y apuesto. Su conducta es típica del varón de la época. A excepción de Prudencia, la relación de Bernarda con el pueblo es de recelo, odio y desprecio.//TEMA2/1.Papel y situación de la mujer en la obra/Federico García Lorca da a conocer la posición que ocupaba la mujer en la España rural de principios del siglo XX. Además, critica el machismo existente. Logra esta crítica mediante comentarios de los personajes, todas mujeres, y sus quejas acerca de la permisividad social en hombres que actuaban de forma inadecuada. “Y ese infame, ¿por qué no está en la cárcel?” “porque los hombre se tapan unos a otros y nadie es capaz de delatar”; frente a la dureza con que arremeten a las mujeres: “la hija de la Librada, la soltera, tuvo un hijo no se sabe con quién” “[…] lo mató y lo metió debajo de unas piedras, […]**


**Ahora le quieren matar” “Nacer mujer es el mayor castigo”. Refleja también que las mujeres debían someterse a la voluntad del marido: “su novio no le deja salir ni a la calle”, “habla si él te habla y míralo cuando te mire”. Las mujeres con pudientes tampoco tenían libertad para trabajar, se ocupaban de la casa y las tareas domesticas: “hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón. Eso tiene la gente que nace con posibles”. En resumen, la mujer jugaba un papel insignificante, era una sociedad machista la que los hombres de todos los derechos y privilegios mientras que la mujer no tenían voz ni voto./2.

Diferencias sociales/La gradación en la escala de la riqueza: Bernarda, Poncia, la Criada y la Mendiga; derrota el clasismo de la sociedad. En general, las relaciones entre ellas están marcadas por el odio, la envidia y el resentimiento de los inferiores hacia los superiores (“¡Pero se fastidia! Le he abierto la orza de chorizos”), y por la crueldad y el desprecio de los superiores hacia los inferiores (“los pobres son como los animales”). Por otro lado, el orgullo de las clases superiores es un importante elemento dramático: las hijas de Bernarda no se casan porque “los hombres de aquí no son de mi clase”. Para finalizar, la reclusión de sus hijas, aparte de deberse a su condición femenina, se debe a su condición de ser gente que nace “con posibles”./3.Hipocresía y honra/La hipocresía marca las relaciones entre los personajes (Magdalena recrimina a las hermanas, su hipocresía, cuando dicen alegrarse con la noticia de Pepe el Romano y Angustias) y la moral colectica (Bernarda se despreocupa por los sentimientos de sus hijas, solo le preocupa la armonía exterior entre ellas). Es más, la opinión pública condiciona la conducta de los personajes (Bernarda teme la crítica de las vecinas “el veneno de sus lenguas”). Las hijas, conscientes de su poder destructivo, protestan contra la opinión pública: “nos pudrimos por el qué dirán”.//El valor máximo moral femenino en la sociedad tradicional es la honra, la decencia (carácter religioso), de ahí que Bernarda proclame que su hija ha muerto virgen, aunque sea mentira.**

**Desde este punto de vista, reprimir la libre expresión del deseo es el objetivo de la educación de la época (“¡Cuánto hay que sufrir y luchar para hacer que las personas sean decentes y no tiren al monte demasiado!”). Podemos condenar afirmando que, en la mentalidad tradicional, la honra solo se separa con sangre (“¡la escopeta! ¿Donde está la escopeta?”)./Odio y envidia/El odio y la envidia tiñen la relación entre las criadas y Bernarda (“¡mal dolor de clavo le pinche en los ojos!”). Por otro lado, la relación de Bernarda con la familia del difunto y con el pueblo entero es de odio mutuo./En cuanto a las hermanas, la envidia preside la relación entre Angustias y Magdalena (por la herencia), y de todas ellas hacia Angustias, que se va a casar. Sin embargo, la relación más tomada por el odio y la envidia es la de Martirio y Adela, enamoradas de Pepe. El odio hacia Adela, lleva a Martirio a insinuar que Pepe ha muerto, lo que hace que Adela se suicide. Pese a todo, envidia a su hermana: “Dichosa ella mil veces que lo pudo tener”./TEMA3/A principios del siglo XX se diferenciaban una tendencia conformista (Jacinto Benavente), conservadora estética e ideológicamente y triunfadora en la época, pues respondía a los gustos burgueses; y otra renovadora (Valle-Inclán, Lorca) que pretendía cambiar la escena española de la época, aunque muchas de sus obras se estrenaron posteriormente y otras tuvieron poco éxito./Tendencias conformistas/- Comedia benaventina. Jacinto Benavente continúa con esta “alta comedia”: obras de ambiente burgués, escena tensión dramática, cierto tono satírico, cuidado lenguaje y perfección técnica (La noche del sábado, Lo cursi,…); aunque su primera obra, el nido ajeno, escandalizó al público. También cultiva el drama rural (Señora ama). Su obra maestra, Los intereses creados, es una farsa que critica a una sociedad movida por el interés económico.//



//-Teatro poético. Teatro en verso, de lenguaje colorista e influido por la estética modernista. Es antirrealista y de ideología tradicionalista (exaltación del pasado histórico). El género más cultivado es el drama histórico, como las hijas del Cid (Eduardo Manrique) o Doña María de Padilla (Francisco Villaespesa). Otros autores son José María Pemán (Cisneros) y los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos). /- Teatro cómico. Los autores más destacados son: los hermanos Álvarez Quintero, autores de comedias y sainetes que representan una Andalucía superficial, tópica, falsa, con ingenio, ligereza y diálogos intrascendentes (El genio alegre); Carlos Arniches, con sainetes de ambiente madrileño (“género chico”) y creador de la “tragedia grotesca” (La señorita de Trevelez); y Pedro Muñoz Seca, cuya obra la venganza de don Mendo (“genero astracán”) basa su comicidad en situaciones disparatadas, y parodia el teatro neorromántico del Modernismo. /Tendencias renovadoras/Están antecedidas por intentos renovadores como el de Miguel de Unamuno, que prescinde de elementos escénicos en dramas caracterizados por su desnudez y densidad intelectual (El otro, sobre la personalidad); el de Azorín, con obras de escasa acción sobre la muerte y el tiempo (Lo invisible); o el de Jacinto Grau, en cuya obra maestra, El señor de Pigmalión, unos muñecos se revuelven contra su creador y lo matan./Algunos autores de estas tendencias son Rafael Alberti (El hombre deshabilitado, Fermín Galán…), Miguel Hernández (Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras), Alejandro Casona y Max Aub (La dama de Alba), Enrique Jardiel Poncela (Usted tiene ojos de mujer fatal) y Miguel Mihura (Tres sombreros de copa) intentaron una renovación del teatro de humor de tono vanguardista, con fórmulas procedentes del cine cómico de la época, pero no resultó./Ahora bien, los autores más significativos fueron Valle-Inclán y García Lorca./- El teatro del Valle-Inclán es el de más absoluta y radical originalidad en el teatro español del siglo XX. Muestra una constante renovación formal y temática, así como voluntad de ruptura.//


//Después de un único modernista, escribió obras de ambiente rural gallego donde los personajes son movidos por la avaricia y la lujuria (comedias bárbaras).En 1920, se produjo un cambio radical y aparece el esperpento con la publicación de las Farsas, Divinas palabras y Luces de bohemia, donde un poeta ciego madrileño, Max Estrella, es guiado en un viaje nocturno, por su lazarillo don Latino de Híspalis hasta la muerte del protagonista en la miseria y el suicidio de su familia. Más tarde escribió Los cuernos de don Friolera (parodia del honor calderoniano), Las galas del difunto (mito de don Juan) y La hija del capitán (producida por la dirección general de Seguridad)./El esperpento se basa en deformar la realidad para criticar la sociedad española. Utiliza la degradación de los personajes, que aparecen como si fueran peleles; los contrastes violentos y el humor agrio; variedad de registros lingüísticos, y acotaciones externas y elaboradas./- Federico García Lorca fue amo de los dramaturgos más universales de nuestra literatura. Su obra teatral corre pareja a su creación poética. Además, entendía el teatro como un instrumento didáctico por la sensibilidad del pueblo./Su obra dramática se inicia con el maleficio de la mariposa, y está compuesta por farsas (La zapatera prodigiosa, sobre el clásico del viejo y la niña), dramas (Mariana Pineda, heroína granadina ajusticiada por bordar la bandera liberal; Doña Rosita la soltera, que pierde su juventud esperando al novio que nunca regresará), obras vanguardistas surrealistas (El público); y por tragedias de ambiente rural (Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba)./En su obra maestra, La Casa de Bernarda Alba, prescinde del verso para componer una obra sin elementos retóricos accesorios, y en la que el propósito realista no impide la presencia de símbolos que muestran la frustración de las hijas de Bernarda (libertad frente autoridad, deseo e instinto frente a normas morales y sociales), en especial de Adela, que se suicida creyendo que su madre había matado a Pepe./Existe una unidad temática en la obra de Lorca: “el mito del deseo imposible”, “el conflicto entre realidad y deseo” y “el enfrentamiento entre autoridad y libertad”.**


**Sus personajes, generalmente femeninos, están abocados al fracaso, la soledad, la muerte o la frustración de sus deseos más íntimos. De ahí el carácter trágico./

TEMA4/El tema central de La casa de Bernarda Alba es el enfrentamiento entre el principio de autoridad y el principio de libertad. Bernarda encarna el principio de autoridad y poder, simbolizado por su bastón castigador. Podemos apreciar ésta en su primera y última palabra (“¡Silencio!”), en la imposición del luto de ocho años (condena) o en la reafirmación constante de su voluntad de dominio (“aquí se hace lo que yo mando”). Indiferente a los sentimientos de las hijas, confía en la voluntad (“las cosas son como una las propone”) y exime máxima obediencia. Pese a todo, su soberbia le impide ver la situación que se vive en su casa. El principio de libertad lo encarnan Adela y María Josefa, principalmente, pero también las hijas y las criadas./La abuela, María Josefa, apresada en su habitación, expresa su deseo de salir (“Bernarda, ¡déjame salir!”), de casarse, de tener niños (lleva una oveja como si fuera su hijo) y de ser feliz (las flores), a la que anuncia el triste destino de sus nietas./Adela es la heroína trágica de la obra. Manifiesta su rebeldía, simbólicamente, con el abanico de flores, su vestido verde y negándose a perder su juventud por el luto. Su pasión por Pepe exalta su ansia de libertad, la lleva a proclamar su independencia (“mi cuerpo será de quien yo quiera”) y le da fuerza para enfrentarse a Poncia, Bernarda y todo el pueblo. Su momento de máxima rebeldía tiene una gran carga simbólica: Adela proclama que en ella no manda nadie más que Pepe y rompe el bastón a su madre (“A que se acabaron las voces de presidio. Esto hago yo con la vara de la dominadora”)./El resto de las hijas protestan contra el encierro, aunque aceptan resignadas su situación ante la reacción violenta de Bernarda./Por otro lado, las criadas critican a Bernarda a sus espaldas, pero acepta su autoridad. Sin embargo, Poncia quiere desquitarse de tanta humillación, le recrimina la falta de libertad a la que somete a sus hijas y pone en duda su capacidad de control.//

//Este enfrentamiento entre autoridad y libertad es trágico, pues está marcado por el suicidio final de Adela, la locura de María Josefa y la frustración de los deseos de libertad y felicidad.

Todo ello es causado por la moral social tradicional (por lo que Bernarda impone el luto), basada en el modernismo, el clasismo (que impide a las hijas casarse ya que no había en los alrededores “hombres de su clase”) y la decencia de la mujer (pues el árbitro de la situación es la opinión pública, contra el que protestan las hijas)./Con todo esto, García Lorca critica lo irracional de una moral autoritaria que destruye al individuo y frustra sus deseos más básicos de libertad y felicidad.//TEMA5/La casa de Bernarda Alba presenta un marcado carácter realista, cuyo fin último es poner en evidencia la moral retrógrada de la sociedad rural española de principio de siglo XX./Hay numerosos elementos realistas y costumbristas propios de la Andalucía y la España profundas: el clasismo social, las costumbres sociales (lutos, duelos, al coserse el ajuar las mujeres, las declaraciones de los novios a través de la reja), los matrimonios por convivencia, la autoridad del patriarca, los alusiones al campo (regadores, campo), los elementos folclóricos (coplas, nanas), escenas de la vida domestica (limpieza en la casa) y los apodos (Pepe el “Romano”)./Además, este realismo esta reforzado por el nivel lingüístico: uso del lenguaje popular y coloquial, incluyendo andalucismos (yeyo, volunto); de insultos, maldiciones y amenazas (“¡maldita sea!”); de vulgarismos léxicos y morfosintácticos (la Magdalena, “sentarse”); y de refranes, frases hechas y sentencias (chuparse los dedos, “¡más vale onza en el arca que ojos negros en la casa!”)./Por otro lado, a lo largo de toda la obra, podemos apreciar la presencia de elementos de carácter poético y simbólico. Incluso el detalle costumbrista se carga de contenido simbólico, de sugerencias y de connotaciones funestas. Por lo cual, la obra supera los límites del realismo costumbrista. Los símbolos, pertenecientes al universo lorquiano, son abundantes. Destacables son://

//- la casa: infierno (Angustias), convento (Poncia) y presidio (Adela). Su color blanco (pureza, o afán de aparentarla) se oscurece conforme avanza la tragedia. Asimismo, el grosor de los muros y la simplicidad decorativa sugieren un espacio austero, monacal, la vida monótona que allí discurre y el encierro en el que viven las mujeres. Por lo contrario, el corral está asociado al sexo, lugar de los amores furtivos y prohibidos, y a la conducta deshonrosa (“la cama de las mal nacidas”). Por otra parte, el mar, mencionado por María Josefa, se opone a la casa como lugar de libertad y felicidad (“a casarme a la orilla del mar”). /- el pozo: es símbolo de muerte. Bernarda detesta “este maldito pueblo sin rio, donde siempre se bebe agua con el miedo a que este envenenada”./- el bastón de Bernarda: símbolo de autoridad y poder, e instrumento de castigo./- las flores y los colores: las flores son símbolo de juventud, alegría, vitalidad y erotismo (decoran el abanico de Adela, en la cabeza de Paca la Roseta y el pecho de María Josefa, o las rosas que piden los regadores). También se produce un contraste entre los colores, el negro del luto frente al rojo y el verde de las flores en el abanico de Adela, el blanco de la casa o el vestido verde de Adela, como llamada a la vida, la alegría y la pasión. Aunque el color verde en las obras de Lorca, también está asociado con la muerte./- el caballo garañón: símbolo de la potencia sexual masculina, asociada a la presencia de Pepe. Este caballo altera a las mujeres de la casa, al igual que Pepe./- la oveja a brazos de María Josefa: símbolo de la maternidad anhelada./Asimismo encontramos actos de presagio negativo, como que el anillo de pedida sea de perlas, que significan lágrimas./El uso del verso queda reducido en la obra en cuatro ocasiones, de las que dos tienen un valor dramático especial: la canción de los segadores, que es una llamada a las mujeres a vivir libremente y a entregarse al amor; y la nana de María Josefa a la ovejita niño, símbolo de libertad, y que contiene rimas ofensivas para Bernarda (cara de leopardo) y para Magdalena (cara de hiena).//


//Por último, García Lorca ha adecuado el lenguaje coloquial de los personajes para conseguir imágenes y recursos poéticos./- comparaciones: abundantes en el habla de Poncia, Magdalena y Adela (“mirando sus ojos me parece que bebo su sangre lentamente”)./- metonimia (volver la cabeza es buscar el calor de la pana), y la metáfora (“lengua de cuchillo”)./- hipérbole, en el lenguaje apasionado de Adela (“trae cuatro mil bengalas amarillas…”)./- la anáfora y el paralelismo (“¡no quiero que se… a vosotras!”) y graduación (“no por encima de ti, por encima de mi madre saltaría”)./- el lenguaje ilógico y surrealista de la abuela, con imágenes de libertad y felicidad material.

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