04 Feb

Información de la antigua Grecia

Odiseo (Ulises)

Odiseo o Ulises (Ὀδυσσεύς en griego, Ulysses en latín) fue uno de los héroes legendarios griegos. Aparece citado por primera vez en la Cipria o Cantos Ciprianos, el primero de los poemas del llamado Ciclo Troyano. Posteriormente, fue uno de los protagonistas de la Ilíada y finalmente el personaje central y que da nombre a la Odisea, ambas obras atribuidas a Homero. También aparece en muchas otras obras posteriores. Era rey de Ítaca, una de las actuales islas Jónicas, situada frente a la costa occidental de Grecia. Hijo de Laertes y Anticlea en la Odisea, o en relatos posteriores, de Sísifo y Anticlea. Era esposo de Penélope, padre de Telémaco y hermano mayor de Ctimene, que sufrieron esperándolo durante veinte años: diez de ellos los había pasado luchando en la guerra de Troya y otros diez intentando volver a Ítaca, enfrentando una serie de problemas y obstáculos.

Cantos de Sirenas

Las sirenas (en griego Σειρῆνες) volvían locos a los marineros que escuchaban sus cantos y los hacían tirarse al mar con ellas, lo que comportaba que se ahogasen.

Cíclopes

En la mitología griega, los cíclopes (en griego Κύκλωψ) eran los miembros de una raza de gigantes con un solo ojo en medio de la frente. Hubo dos generaciones de cíclopes: la primera y la segunda. Los cíclopes de la primera generación eran hijos de Urano y Gea, y conocidos artesanos y constructores. Eran gigantes con un solo ojo en medio de la frente y un temperamento horrible. Según Hesíodo, eran fuertes, testarudos y de «bruscas emociones». Eventualmente, sus nombres llegaron a ser sinónimo de fuerza y poder, y se usaban para referirse a armas especialmente bien manufacturadas.

Fueron tres: Brontes, Estéropes y Arges (aunque algunas fuentes cambian a Arges por Acmónides o Piracmón). Había también cuatro llamados Euríalo, Elatreo, Traquio y Halimedes, que presumiblemente eran hijos de los tres primeros.

Urano temía su fuerza y los encerró en el Tártaro. Más tarde Crono, otro hijo de Urano y Gea, liberó a los cíclopes, junto con los Hecatónquiros y los Gigantes. Ayudaron a derrocar y castrar a Urano, pero Crono los volvió a encarcelar en el Tártaro, donde permanecieron, guardados por Campe, hasta que Zeus los liberó. Forjaron rayos para que Zeus los usara como arma y le ayudaron en la guerra para derrocar a Crono y a los otros Titanes (Titanomaquia). Los rayos que se convirtieron en el arma predilecta de Zeus fueron forjados por los tres cíclopes: Arges ponía el brillo, Brontes el trueno y Estéropes el relámpago.

Esta primera generación de cíclopes también creó un tridente que producía terremotos para Poseidón, el arco y las flechas de Artemisa, y el casco de invisibilidad que Hades le dio a Perseo en su búsqueda para matar a Medusa. Ayudaron a Hefesto y se dice que construyeron el primer altar, así como las murallas y fortificaciones de Tirinto y Micenas en el Peloponeso, entre otros. Los ruidos que surgían del corazón de los volcanes se atribuían a sus operaciones.

Se dice posteriormente que fue Apolo quien mató a los cíclopes, después de que Zeus matase a su hijo, Asclepio, con un rayo forjado por ellos. Aunque puede suponerse que estos cíclopes eran inmortales, por lo que quizá los cíclopes que Apolo mató fuesen sus hijos. Y los de la segunda generación: La segunda generación de cíclopes fue una primitiva tribu de enormes monstruos de un solo ojo descubierta por Odiseo en una remota isla (a veces identificada con Hesperia). Se decía que estaban estrechamente relacionados con los Gigantes y con una tribu fenicia (los Phaiakai) surgidos de las gotas de sangre que cayeron sobre Gea (la tierra) cuando Urano fue castrado.

Sin embargo, el cíclope más conocido de esta generación era un hijo de Poseidón y la ninfa Toosa llamado Polifemo. Otro de los cíclopes de la segunda generación fue Telemo, un vidente.

Nausícaa

En la mitología griega, Nausícaa (en griego: Ναυσικάα) es hija de Alcínoo, rey de los feacios, y de la reina Arete. Aparece en el libro VI de la Odisea de Homero. Su nombre, en griego, significa»quemadora de barco».

Homero describe a Nausícaa como una chica a la que Odiseo causa una gran impresión. Alcínoo dice al héroe de Ítaca que le permitiría casarse con su hija, pero este amor insinuado no llega a consumarse. Odiseo, después de contar sus aventuras a los feacios, zarpa con la intención de regresar a su isla, donde le espera su mujer Penélope.

El Talón de Aquiles

Hijo de la diosa Tetis y del mortal Peleo, rey de Ftía. Tetis, como todos los dioses, era inmortal y quería que sus hijos también lo fueran. Pero, al tener un padre mortal, esto no era posible.

La versión más conocida dice que Tetis sumergió a su hijo en las aguas del río Estigia, que tenían la propiedad de conceder la inmortalidad a quienes se bañaban en ellas. Pero mientras lo sumergía, Tetis tuvo que sujetar al niño por el talón derecho y esta fue la única parte del cuerpo que no se mojó y, por lo tanto, quedó vulnerable.

Otra versión cuenta que Tetis les aplicaba un tratamiento mágico que consistía en sumergirlos en ambrosía durante el día y purificarlos durante la noche. De esta manera, Tetis ya había matado a sus seis primeros hijos, que no sobrevivían al tratamiento. Peleo no tenía conocimiento de las actividades de su mujer, pero como ya empezaba a sospechar, al nacer Aquiles la espió y llegó a tiempo de detenerla. La interrupción del ritual hizo que el hueso del pie derecho del niño quedara quemado. Esto lo arregló Quirón, el famoso centauro experto en medicina, que le sustituyó el hueso quemado por el del gigante Damis, que en vida había sido un veloz corredor. Esto explicaría la rapidez de Aquiles.

Tras este incidente, Tetis y Peleo se habrían separado y ninguno de los dos se quiso ocupar del niño, así que al final el educador de Aquiles fue Quirón. Quirón le instruyó muy bien, tanto física como intelectualmente, y fue quien le dio el nombre de Aquiles (ya que hasta el momento su nombre era Ligirón).

Cuando Aquiles era un adolescente, se trasladó a la corte de su padre, a Ftía, y allí conoció a Patroclo, que a partir de entonces sería su mejor amigo durante toda la vida. La parte más conocida de la vida de Aquiles es la que tiene que ver con su participación en la Guerra de Troya, sobre todo por el relato que nos dejó Homero en su obra la Ilíada.

Antes de comenzar la Guerra de Troya, Tetis ya sabía que Aquiles moriría durante el transcurso de la misma. Por eso lo envió a la corte del rey Licomedes, donde se escondió haciéndose pasar por mujer con el nombre de Pirra. Durante su estancia, se casó secretamente con la princesa Deidamía, quien le dio un hijo llamado Neoptólemo. Después de nueve años, los aqueos se enteraron de que no podrían tomar Troya si Aquiles no participaba en la guerra, así que Odiseo fue a buscarlo a la isla de Esciro, donde vivía disfrazado de mujer con las hijas del rey. Al llegar, fue a ofrecerles joyas y una espada; todas las chicas corrieron hacia las joyas excepto una, que se quedó mirando la espada. De esta manera, Odiseo reconoció a Aquiles y lo hizo acompañar hacia la Tróade.

Otra versión dice que Aquiles desobedeció a sus padres y decidió ir a Troya sabiendo que moriría, porque prefería morir luchando a no luchar.

Como durante los primeros nueve años de guerra no pasó nada destacable, una versión u otra no tiene demasiada importancia. La cuestión es que al final Aquiles se dirigió a Troya junto con su tropa de mirmidones.

Aquiles en la Guerra de Troya

La parte más conocida de la vida de Aquiles es la que tiene que ver con su participación en la Guerra de Troya. Sobre todo por el relato que nos dejó Homero en su obra la Ilíada.

La Ilíada explica los hechos del décimo y último año de guerra. Homero presenta a Aquiles como el héroe perfecto. Es el más valiente, el más fuerte y el más rápido de todos los guerreros aqueos y troyanos. La participación de Aquiles es fundamental, ya que es el único que puede contener los ataques troyanos.

Homero comienza explicando que se había extendido entre los griegos una terrible epidemia de peste. El causante es Apolo, que está enfadado porque Agamenón ha raptado a Criseida, la hija de Crises, sacerdote del dios. Los aqueos, encabezados por Aquiles, obligan a Agamenón a devolver la muchacha a su padre. Pero Agamenón decide vengarse tomando a Briseida, la concubina de Aquiles. El héroe intenta primero matar a Agamenón, pero Atenea lo calma y le hace desistir de la idea. Entonces Aquiles proclama que no luchará más si el rey no le devuelve a Briseida.

Además, durante una visita al templo neutral de Apolo, se enamora de la hija de Príamo, Políxena, y pide la mano de la joven a Héctor. Este se la concede a cambio de traicionar a los griegos, pero Aquiles se niega.

Tetis pide a Zeus que conceda la victoria a los troyanos, así quedará claro que los aqueos sin Aquiles no son nada y el honor de su hijo quedará bien alto. Zeus así lo hace y los aqueos empiezan a perder batalla tras batalla. Al final, Agamenón controla su orgullo y accede a suplicar al héroe que vuelva a luchar. Pero Aquiles aún no cede. Mientras tanto, el troyano Héctor se acerca a los barcos y Patroclo, vestido con la armadura de Aquiles, sale a desafiarlo. Héctor, que es el mejor de los guerreros troyanos, da muerte a Patroclo.

Entonces Aquiles se replantea la situación, se reconcilia con Agamenón y decide volver al campo de batalla. Enfurecido por la muerte de su amigo, lucha con más furia que nunca, matando a muchos enemigos hasta que sólo Héctor se atreve a plantarle cara. Entonces Zeus ordena a Apolo que abandone a Héctor, mientras que Atenea continúa ayudando a Aquiles. La lucha es feroz, pero finalmente Aquiles consigue matar a su enemigo.

Después de matarlo, Aquiles ata el cadáver de Héctor a su carro y lo arrastra alrededor de las murallas de Troya durante 12 días, en venganza por la muerte de Patroclo. Esto no gusta nada a los dioses, que piden a Tetis que convenza a su hijo para que pare. Finalmente, Aquiles devuelve el cuerpo sin vida de Héctor a su padre Príamo. Y así termina la participación de Aquiles en la Ilíada.

La Ilíada explica los hechos del décimo y último año de guerra. Homero presenta a Aquiles como el héroe perfecto. Es el más valiente, el más fuerte y el más rápido de todos los guerreros aqueos y troyanos. La participación de Aquiles es fundamental, ya que es el único que puede contener los ataques troyanos.

Homero comienza explicando que se había extendido entre los griegos una terrible epidemia de peste. El causante es Apolo, que está enfadado porque Agamenón ha raptado a Criseida, la hija de Crises, sacerdote del dios. Los aqueos, encabezados por Aquiles, obligan a Agamenón a devolver la muchacha a su padre. Pero Agamenón decide vengarse tomando a Briseida, la concubina de Aquiles. El héroe intenta primero matar a Agamenón, pero Atenea lo calma y le hace desistir de la idea. Entonces Aquiles proclama que no luchará más si el rey no le devuelve a Briseida.

Además, durante una visita al templo neutral de Apolo, se enamora de la hija de Príamo, Políxena, y pide la mano de la joven a Héctor. Este se la concede a cambio de traicionar a los griegos, pero Aquiles se niega.

Tetis pide a Zeus que conceda la victoria a los troyanos, así quedará claro que los aqueos sin Aquiles no son nada y el honor de su hijo quedará bien alto. Zeus así lo hace y los aqueos empiezan a perder batalla tras batalla. Al final, Agamenón controla su orgullo y accede a suplicar al héroe que vuelva a luchar. Pero Aquiles aún no cede. Mientras tanto, el troyano Héctor se acerca a los barcos y Patroclo, vestido con la armadura de Aquiles, sale a desafiarlo. Héctor, que es el mejor de los guerreros troyanos, da muerte a Patroclo.

Entonces Aquiles se replantea la situación, se reconcilia con Agamenón y decide volver al campo de batalla. Enfurecido por la muerte de su amigo, lucha con más furia que nunca, matando a muchos enemigos hasta que sólo Héctor se atreve a plantarle cara. Entonces Zeus ordena a Apolo que abandone a Héctor, mientras que Atenea continúa ayudando a Aquiles. La lucha es feroz, pero finalmente Aquiles consigue matar a su enemigo.

Después de matarlo, Aquiles ata el cadáver de Héctor a su carro y lo arrastra alrededor de las murallas de Troya durante 12 días, en venganza por la muerte de Patroclo. Esto no gusta nada a los dioses, que piden a Tetis que convenza a su hijo para que pare. Finalmente, Aquiles devuelve el cuerpo sin vida de Héctor a su padre Príamo. Y así termina la participación de Aquiles en la Ilíada.

La Ilíada explica los hechos del décimo y último año de guerra. Homero presenta a Aquiles como el héroe perfecto. Es el más valiente, el más fuerte y el más rápido de todos los guerreros aqueos y troyanos. La participación de Aquiles es fundamental, ya que es el único que puede contener los ataques troyanos.

Homero comienza explicando que se había extendido entre los griegos una terrible epidemia de peste. El causante es Apolo, que está enfadado porque Agamenón ha raptado a Criseida, la hija de Crises, sacerdote del dios. Los aqueos, encabezados por Aquiles, obligan a Agamenón a devolver la muchacha a su padre. Pero Agamenón decide vengarse tomando a Briseida, la concubina de Aquiles. El héroe intenta primero matar a Agamenón, pero Atenea lo calma y le hace desistir de la idea. Entonces Aquiles proclama que no luchará más si el rey no le devuelve a Briseida.

Además, durante una visita al templo neutral de Apolo, se enamora de la hija de Príamo, Políxena, y pide la mano de la joven a Héctor. Este se la concede a cambio de traicionar a los griegos, pero Aquiles se niega.

Tetis pide a Zeus que conceda la victoria a los troyanos, así quedará claro que los aqueos sin Aquiles no son nada y el honor de su hijo quedará bien alto. Zeus así lo hace y los aqueos empiezan a perder batalla tras batalla. Al final, Agamenón controla su orgullo y accede a suplicar al héroe que vuelva a luchar. Pero Aquiles aún no cede. Mientras tanto, el troyano Héctor se acerca a los barcos y Patroclo, vestido con la armadura de Aquiles, sale a desafiarlo. Héctor, que es el mejor de los guerreros troyanos, da muerte a Patroclo.

Entonces Aquiles se replantea la situación, se reconcilia con Agamenón y decide volver al campo de batalla. Enfurecido por la muerte de su amigo, lucha con más furia que nunca, matando a muchos enemigos hasta que sólo Héctor se atreve a plantarle cara. Entonces Zeus ordena a Apolo que abandone a Héctor, mientras que Atenea continúa ayudando a Aquiles. La lucha es feroz, pero finalmente Aquiles consigue matar a su enemigo.

Después de matarlo, Aquiles ata el cadáver de Héctor a su carro y lo arrastra alrededor de las murallas de Troya durante 12 días, en venganza por la muerte de Patroclo. Esto no gusta nada a los dioses, que piden a Tetis que convenza a su hijo para que pare. Finalmente, Aquiles devuelve el cuerpo sin vida de Héctor a su padre Príamo. Y así termina la participación de Aquiles en la Ilíada.

La Tela de Penélope

Cuando Ulises iba de camino a Ítaca tras la guerra, se encontró un montón de obstáculos y tardó mucho tiempo en volver, 20 años. A Penélope, mujer de Ulises, le dijeron que debía casarse con otro hombre si no volvía Ulises, y ella propuso que haría una pieza de tela, y que cuando terminara se casaría con otro. Pero nadie se dio cuenta de que Penélope, por las noches, deshacía la tela para no tener que casarse con otro hombre. Pero una malvada criada que ella tenía la pilló in fraganti y lo contó a todos. Entonces se enfadaron con Penélope e hicieron una prueba para casarse: quien metiera una flecha con fuego por todos los aros que habían previamente colocado y le diera en el centro de la diana del final, se casaría con ella. Nadie le daba, hasta que un misterioso encapuchado le dio. Penélope se puso muy triste, pero el encapuchado se quitó la capucha y era Ulises. Ulises mató a todos sus pretendientes y volvió a ser el rey de Ítaca.

Helena de Troya

Zeus se disfraza de cisne y seduce a Leda, que esa misma noche tuvo relaciones con su marido, rey de Esparta. Poco después, Leda puso dos huevos: de uno nacieron Cástor y Pólux y del otro, Helena y Clitemnestra. Pólux y Helena eran hijos de Zeus, mientras que Cástor y Clitemnestra lo eran de Tindáreo.

Otra versión dice, según una antigua leyenda, que Zeus iba por el Olimpo cuando se topó con la diosa de la envidia, Némesis, se transformó en cisne y la sedujo. La diosa puso un huevo, pero lo abandonó en un bosque cerca de Esparta. Un pastor lo encontró y lo llevó a la reina Leda, que lo cuidó y adoptó al bebé que salió: Helena. Al ver la belleza de la recién nacida, Zeus creó la constelación del Cisne en el firmamento.

Ya desde muy pequeña se hizo conocida por ser una niña muy hermosa. Un día estaba en el templo de Esparta dedicado a Artemisa, cuando entraron Teseo y Pirítoo y la secuestraron. Se la jugaron a suertes y le tocó a Teseo.

El joven se la llevó a Atenas, pero los ciudadanos no le permitieron entrar con la bella espartana, pues temían una guerra, y Teseo la llevó con su madre Etra. Un día, mientras estaban mujer y niña solas, llegaron los hermanos de Helena, Cástor y Pólux, la liberaron y tomaron como esclava a Etra, quien acompañaría a Helena a Esparta y también a Troya.

Cuando creció, Helena tenía muchos pretendientes de entre los reyes y príncipes de Grecia:

  • Diomedes de Argos
  • Idomeneo de Creta
  • Cíniras de Chipre
  • Menelao de Micenas
  • Patroclo de Ftía
  • Palamedes de Eubea
  • Áyax de Salamina
  • Teucro el Arquero de Salamina
  • Odiseo de Ítaca

Su padrastro, Tindáreo, no quería decidir por nadie, ya que pensaba que podría provocar conflictos entre las diferentes ciudades griegas. Finalmente, la casó con Menelao, príncipe de Micenas que vivía exiliado en Esparta, y todos los demás guerreros juraron proteger a la nueva pareja. Poco después, morirían los hermanos varones de Helena, y Menelao y Helena se convirtieron en reyes de Esparta.

Su marido Menelao, viajó hasta Troya en visita diplomática. Allí, invitó a Paris, hijo del rey Príamo, a visitar su reino. Paris estuvo unos días en Esparta, hasta que Menelao tuvo que irse a Chipre a los funerales de su padre. Entonces el joven príncipe troyano secuestró (o sedujo, según las versiones) a Helena.

Tras la huida de los dos jóvenes a Troya, las negociaciones de Menelao para que su esposa volviera fueron infructuosas, por lo que pidió ayuda al resto de príncipes griegos que habían jurado defenderla.

Durante la Guerra de Troya, vio morir a su nuevo esposo en sus manos, debido a heridas de guerra. Al morir Paris, Príamo la hizo casarse con su cuñado Deífobo a regañadientes. Cuando los griegos consiguieron entrar en Troya, Helena estaba en el palacio de su esposo. Este salió a defenderse, topando con Menelao. Cuando Deífobo estaba a punto de matar al rey de Esparta, Helena asesinó a Deífobo por la espalda, ganándose el perdón de Menelao.

Al finalizar la Guerra de Troya, pasaron dieciocho años viajando por el Mediterráneo y Egipto hasta que los dioses les permitieron volver a Esparta. Menelao y Helena tuvieron una hija: Hermione, a quien Helena abandonó cuando tenía nueve años.

Según la Odisea de Homero, recibieron en la corte de Esparta la visita de Telémaco, que buscaba noticias sobre su padre Odiseo, que estaba desaparecido desde el final de la guerra de Troya.

Pausanias afirmaba que, tras la muerte de Menelao, su hijo ilegítimo Megapentes ocupó el trono y Helena fue deportada a Rodas. Allí, la reina Polixo, celosa, la hizo colgar en la horca.

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