02 Nov

LAS ESCUELAS PRESOCRÁTICASPENSADORES Y CARACTERÍSTICAS GENERALES


Sócrates marca la línea divisoria entre dos actitudes filosóficas distintas por cuanto al objeto de la filosofía se refiere:

Presocrática: cosmológica

Preocupación por el estudio de la Naturaleza (Physis)
. Siglos VI y V a.n.e.

Socrática y postsocrática: antropológica

Estudio del hombre y la sociedad.Agruparemos a los pensadores presocráticos en escuelas filosóficas que tienen una misma finalidad, la explicación más o menos racional del origen y orden cósmicos, pero ofrecen perspectivas y soluciones distintas.

I.- Escuelas Jónicas

De Mileto y Éfeso, situadas geográficamente en las costas del Asia Menor.

Tales, Anaximandro y Anaxímenes

Se les considera fundadores de la filosofía occidental. Su pensamiento se caracteriza como un monismo materialista, adopción de un único principio material o elemento corpóreo (que varía en cada pensador) a partir del cual todo se genera, se transforma y se destruye.

Heráclito de Éfeso

II.- Escuelas Itálicas. Repartidas geográficamente entre Eléa y Crotona (entonces colonias griegas en el sur de Italia) y la isla de Samos. Dos corrientes de pensamiento:

Pitagórica y eleática (Parménides)

Tendencia monista también.

III.- Sistemas postparmenídeos

Dispersos en el Mediterráneo.

Mecanicista (Empédocles y Anaxágoras) y Atomista (Leucipo y Demócrito)

Reacción contra el monismo.Defensa de un mundo compuesto de realidades múltiples, de elementos independientes pero interrelacionados de forma tal que constituyen la totalidad de las cosas naturales.

ESCUELA DE MILETO


 En Mileto surge, a comienzos del s. VI a.n.e. la primera escuela filosófica de Occidente. Sus miembros, Tales, Anaximandro y Anaxímenes, no sólo están vinculados por el hecho de ser ciudadanos de un mismo Estado, por haber vivido y enseñado en Mileto, sino también por nexos pedagógicos: Tales fue maestro de Anaximandro y éste lo fue de Anaxímenes.Pero lo que nos obliga a ver en ellos una verdadera escuela filosófica es, sobre todo la problemática común centrada en la idea de Physis y la cosmovisión compartida esencialmente por todos ellos.

Una realidad única, eterna, infinita y activa, que es a la vez materia, vida y espíritu de la cual surgen y a la cual retornan todas las cosas, de la cual todas están hechas y gracias a la cual todas llegan a ser lo que son

. La necesidad de determinar esa realidad, mediante la experiencia, la dialéctica y la analogía es la fuente de aquella problemática. Se trata de un monismo dinámico, en el cual la afirmación de la unidad del Ser no excluye, sino que por el contrario exige la pluralidad de los seres.“Los primeros que se dedicaron a la filosofía consideraron sólo principios aquellos que se dan bajo la especie de la materia. Aquello de que están constituidos todos los seres, de donde vienen al llegar a ser y a lo que vuelven cuando al fin se corrompen, persistiendo en ellos la sustancia con sus variables modificaciones. Y según esto, creen que en realidad nada nace ni llega a la corrupción, supuesto que esta primera naturaleza subsiste siempre…Sin embargo, respecto al número y del carácter propio de este principio, no están de acuerdo aquellos filósofos. Tales, el fundador de esta filosofía, afirmaba qu4e era el agua el primer principio. Por eso llega a firmar que la tierra se apoya en el agua.”

TALES:


EL AGUA OMNIABARCANTE Y VIVIFICADORA

No es mucho lo que se sabe de Tales excepto que fue marino y nació en Mileto hacia el año 624 a.n.e. Viajó a Egipto y aprendió allí geometría con los sacerdotes. Sabemos que no escribió nada.Por una parte llama sin duda su atención, la actividad incesante del mar, generador y destructor de innumerables vidas. Y al ponerse en contacto con la deslumbrante cultura egipcia, advierte que toda ella es hija del Nilo. Por otra parte, al examinar las semillas de plantas y animales, ve en seguida que están formadas en gran medida por agua.Por analogía llega a afirmar así que la Physis es el agua.
Esta queda convertida en sustancia universal, única, eterna e infinita, en principio de movimiento y de vida, en plasmadora de todas las formas y en meta final de todas ellas. Sólo el agua carece de principio y fin.Tales no hace una afirmación insólita y sin precedentes:Homero: había considerado a Océano y a Tetis, como progenitores de todas las cosas. (Ilíada, XIV, 201)En la cosmo-teogonía egipcia de Heliópolis la divinidad primigenia es Nun, el agua infinita.En el poema babilonio Enuma Elis, se afirma que el origen de todo es Apsu-Ti’ Amat, el abismo acuoso.
ANAXIMANDRO“De entre los que dicen que es uno, moviente e infinito, Anaximandro, hijo dePraxiades y seguidor de Tales, dijo que el principio y elemento de las cosas era el “ápeiron”, siendo el primero que introdujo este término para designar el principio. Y llama tal, no al agua ni a ningún otro de los llamados elementos, sino a otra naturaleza indeterminada, de la cualproceden todos los cielos y los mundos que hay en ellos”.
Anaximandro, milesio como Tales, fue discípulo de éste y como éste marino. Nació hacia el año 610 a.n.e., escribió un libro en prosa, “Sobre la naturaleza”, y confeccionó el primer mapamundi. Su pensamiento representa un paso hacia delante en el camino de la abstracción. Con él se inaugura la dialéctica como discurso fundado en la oposición de los conceptos. Observa que todos los entes que caen bajo nuestra percepción están determinados por sus cualidades. Mas lo cualitativamente determinado, aún si suponemos que carece de límites en el espacio y en el tiempo, como sucedía con el agua de Tales, no puede considerarse como principio y causa de todos los entes, ya que estos en la medida en que están determinados son contrarios entre sí. Y como es imposible que algo sea principio y causa de sus contrarios, resulta necesario concluir que la Physis carece de contrarios y es, por tanto, indeterminada o indefinida cualitativamente (a más de ser infinita en el espacio y en el tiempo). La dialéctica conduce así a Anaximandro a sustituir el agua de su maestro Tales por lo indefinido (tó ápeiron)
, como sustancia universal, y universal principio de movimiento y de vida.

ÁPEIRON: lo infinito, lo indefinido, lo indeterminado

El principio de Anaximandro es anterior a los llamados elementos Lo indefinido no es una mezcla de todas las sustancias, sino una única sustancia indeterminada en la cual están contenidas en germen todas las sustancias determinadas. “La pluralidad está en potencia, no en acto”. Es un monismo dinámico. Lo indefinido es eterno e imperecedero. De sí mismo saca todas las cosas y los mundos.
ANAXÍMENES“Anaxímenes de Mileto, hijo de Erístrato, compañero de Anaximandro, dice, como éste, que la naturaleza sustante es una e infinita, más no indefinida, como él, sino definida y la llama aire, …Nació alrededor del 590 a.n.e. Apartándose de Anaximandro vuelve a postular como Physis una sustancia cualitativamente definida, aún cuando infinita en el espacio y en el tiempo:

El aire

Todos los seres vivientes viven gracias al aire. Dejar de respirar equivale a dejar de existir. Inclusive en las concepciones corrientes entre el pueblo griego y la cosmovisión homérica, el alma, en cuanto principio de vida y de movimiento, no es otra cosa más que un aliento.Establece así una analogía entre el microcosmos , cuyo principio vital y espiritual es el alma, y el macrocosmos (el universo) cuyo principio de movimiento y de vida es el aire. El aire se contrae y se dilata, al modo de un organismo animal que respira, y al hacerlo, a través de la contracción y la dilatación, da origen a todos los entes y a todos los mundos. Fuera del ámbito cultural helénico nos encontramos, al comienzo del “Génesis”, con la representación del poder de dios creador como soplo que es llevado sobre las aguas. En la India, el yoga atribuye suprema importancia a la regulación y control de la respiración, porque en el origen de su complejo sistema ascético-místico, subyace sin duda la idea del aire como naturaleza original y divinidad primera.
HERÁCLITO DE ÉFESO vivió entre los siglos VI y V a.n.e., en Éfeso. Tenía un carácter huraño y un temperamento esquivo y desdeñoso. No quiso participar de ninguna forma en la vida pública: “Habiéndole rogado sus conciudadanos que promulgase leyes para la ciudad”, escribe una fuente antigua, “rehusó, porque aquélla ya había caído bajo el poder de la mala constitución”. Escribió un libro titulado Sobre la naturaleza, del cual nos han llegado numerosos fragmentos, constituido quizás por una serie de aforismos, y voluntariamente redactado de manera oscura, con un estilo que recuerda las sentencias de los oráculos. Los milesios habían advertido el dinamismo universal de las cosas -que nacen, crecen y mueren-y del mundo, o más bien de los mundos que se hallan sometidos al mismo proceso. Además, habían considerado que el dinamismo era un rasgo esencial del principio que genera, rige y reabsorbe todas las cosas. Sin embargo, no habían elevado de un modo adecuado este aspecto de la realidad. Y esto fue lo que hizo Heráclito. “Todo se mueve”, “todo fluye” (panta rhei), nada permanece inmóvil y fijo, todo cambia y se modifica sin excepción. Podemos leer en dos de sus fragmentos más famosos: “No podemos bañarnos dos veces en el mismo río”, “bajamos y no bajamos al mismo río, nosotros mismos somos y no somos”. El sentido de estos fragmentos es claro: el río es aparentemente siempre el mismo, mientras que en realidad está constituido por aguas siempre nuevas y distintas que llegan y se escabullen. Por eso, no se puede bajar dos veces a la misma agua del río, porque cuando se baja por segunda vez es otra agua la que está llegando; y también, porque nosotros mismos cambiamos y en el momento en que hemos acabado de sumergirnos en el río nos hemos convertido en alguien distinto al que éramos en el momento de comenzar a sumergirnos. De modo que Heráclito puede afirmar con razón que entramos y no entramos en el mismo río. Y también puede decir que somos y no somos, porque, para ser lo que somos en un momento determinado, debemos no-ser-yaquello que éramos en el instante precedente. Igualmente, para continuar siendo, debemos de modo constante no-ser-ya aquello que somos en cada momento. Según Heráclito, esto se aplica a toda la realidad, sin excepción alguna. El devenir, al que todo se ve obligado se caracteriza por un continuo pasar desde un contrario al otro: las cosas frías se calientan, las calientes se enfrían, las húmedas se secan, las secas se humedecen, el joven envejece, lo vivo muere, pero de lo que ha muerto renace otra vida joven, y así sucesivamente. Existe pues una guerra perpetua entre los contrarios que se van alternando. Se trata de una guerra que al mismo tiempo es paz, y de un contraste que es, simultáneamente, armonía. El perenne fluir de las cosas y el devenir universal se revelan como una armonía de contrarios: “Aquello que es oposición se concilia y de las cosas diferentes nace la más bella armonía, y todo se engendra por medio de contrastes.” Y en la armonía, coinciden los opuestos: “El camino que sube y el camino que baja son un único y mismo camino”; “en el círculo son comunes el fin y el principio”; “la misma cosa son el viviente y el muerto, el despierto y el durmiente, el joven y el viejo, porque estas cosas, al cambiarse, son aquéllas, y a su vez aquéllas, al cambiarse, son éstas”. Así “todo es uno” y “del uno procede todo”.Heráclito elige el fuego como principio fundamental, considerando que todas las cosas son transformaciones del fuego. El motivo por el cual Heráclito adjudicó al fuego la naturaleza de todas las cosas es algo obvio: el fuego expresa de modo ejemplar las características de la mutación continua, del contraste y de la armonía. El fuego se halla en constante movimiento, es vida que vive de la muerte del combustible, es una continuada transformación de éste encenizas, en humo y en vapores. Este fuego es como un rayo que gobierna todas las cosas, y lo que gobierna todas las cosas es inteligencia, es razón, es logos, ley racional. En Heráclito emergen ya una serie de elementos concernientes a la verdad y al conocimiento. Es preciso estar en guardia con respecto a los sentidos,porque éstos se detienen en la simple apariencia de las cosas. Y también es necesario guardarse de las opiniones de los hombres, que están basadas sobre las apariencias. La Verdad consiste en captar más allá de los sentidos aquella inteligencia que gobierna todas las cosas.

PARMÉNIDES

Parménides era ciudadano de Elea, es probable que naciese entre el 516-511. Expone su filosofía en un poema: “En torno a la naturaleza”, del que nos quedan 154 versos. El filósofo-poeta, viaja hasta llegar en presencia de la diosa de la Verdad, la diosa le muestra la bifurcación entre el camino del ser -la verdad, eterna e inmutable-y el camino de la opinión -el devenir, la apariencia, la ilusión-. En esta última parte, -el camino de la opinión-, Parménides exponía las creencias del hombre común. Quiere demostrar que en el terreno de la mera opinión, es importante hacer valer un método de investigación que nos permita llevar nuestras opiniones a la mayor verosimilitud posible, aunque a través de este camino no se llegará nunca a la verdad. El tema original de su filosofía es la contraposición entre la verdad y la apariencia. Sólo hay un camino para la verdad: “el ser es y es imposible que no sea”, “el no ser no es y no puede hablarse ni siquiera de él”. Pero este camino no puede ser seguido nada más que por la razón, puesto que los sentidos se detienen, por el contrario, en las apariencias y pretenden que consideremos el mudar de las cosas, es decir, a la vez su ser y su no ser. En el camino de la apariencia es como si los hombres tuviesen dos cabezas, una que ve el ser, otra que ve el no ser, y vagaran de acá para allá como tontos e insensatos, sin poder darse cuenta de nada. Parménides quiere alejar al hombre de la investigación sensible, quiere hacerle perder la costumbre de dejarse dominar por los ojos y por los oídos. El hombre debe juzgar con la razón y considerar con ésta las cosas lejanas como si las tuviera delante. De la tesis principal de su pensamiento: “El ser es y no puede no ser” y “el no ser, no es y es imposible que sea”, se sigue que: el ser humano es inmovil y eterno

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