20 Jun
Pintura del Renacimiento Italiano
Características generales
- Simplificación y abandono del detallismo del Quattrocento.
- Unificación del tema, generalmente de grandes proporciones.
- Eliminación de escenas secundarias.
- Perfección formal.
Artistas destacados
Leonardo da Vinci (1452-1519)
- Características: -«Esfumato leonardesc»: sustitución del dibujo lineal por un suave modelado. -«Sonrisa leonardesc».
- Obras importantes:
- Adoración de los Magos
- Virgen de las rocas
- La Cena
- La Gioconda
- San Juan
Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564)
- Características:
- Pintura como expresión del relieve.
- Claroscuro con luz convencional que destaca las figuras.
- Obras importantes:
- Sagrada Familia
- Batalla de Pisa
- Decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina
- Juicio Final
Rafael de Sanzio (1483-1520)
- Características:
- Belleza y perfección formal.
- Etapas:
- Influencia de la escuela de Umbría y Perugino.
- Influencia de Leonardo, Miguel Ángel y Fra Bartolomeo.
- Obras en las estancias vaticanas.
- Obras importantes:
- La Perla
- Madonna del Granduca
- Madonna del Jilguero
- La Escuela de Atenas
- La Transfiguración
Antonio Allegri, Il Correggio (1489-1534)
. Se forma en la escuela de Ferrara, pero pronto recibe la influencia de maestros como Mantegna, Leonardo, Miguel Ángel y los venecianos. Su obra destaca por su luminosidad, difusa y con múltiples reflejos, su gran cromatismo y la suavidad de los contornos. De su estancia en Mantua destacan obras como la Natividad de Jesús y la Madonna con el Niño (Zingarella).
Establecido en Parma, realiza la decoración de una cámara del Convento de San Pablo y la considerada una de sus obras maestras, la decoración de la Iglesia de San Juan Evangelista, donde ejecuta la Coronación de la Virgen, en el ábside, y la Ascensión, en la cúpula, marcando un precedente a posteriores obras barrocas. Sus composiciones ilusorias alcanzan el máximo apogeo con la Asunción de la Virgen, en el Duomo de Parma.
Obras que reflejan sus principales características son: el Matrimonio místico de Santa Catalina, donde fija el tipo femenino; el Noli me tangere (M. del Prado), las composiciones en diagonal; la Natividad de Jesús, sus profundos estudios de la luz. En sus últimas obras se centra en la temática mitológica, y al estudio del desnudo femenino (Leda y el Cisne, Dánae, Rapto de Ganimedes, Io y Cupido, Júpiter e Io).
Pintura manierista italiana, siglo XVI
Los autores posteriores se incluyen en el denominado «manierismo«, en el que los artistas se inspiran en los grandes maestros, llevando sus características hacia la exageración; aún así, se desarrollan obras de gran originalidad.
En Toscana destaca FRA BARTOLOMEO DELLA PORTA (1475-1517), cuya obra se distingue por el carácter arquitectónico de sus composiciones, destacando la Pietá de la Galería Pitti, sobresaliendo también como retratista, cuya obra más importante es el retrato de Savonarola. En Lombardía, el pintor BERNARDINO LUINI es el autor más estrechamente relacionado con Leonardo, como en su Entierro de Santa Catalina o en la Salomé. Como continuadores de Correggio hay que destacar a FRANCESCO MAZZOLA, IL PARMIGIANINO (1503-1540), caracterizado por la elegancia de sus figuras (Madonna del cuello largo), y por sus retratos (Antea, la Dama), siendo su pintura de amplia influencia en Francia.
Por otra parte, en Venecia, se continúa con la riqueza cromática característica aplicada a las formas inspiradas por los autores romanos, produciendo un «manierismo» que se ha denominado cangiantismo. Autores destacados de la corriente veneciana son Giorgione, Tiziano, durante la primera mitad del siglo XVI; y Tintoretto y el Veronés, en la segunda mitad del siglo.
GIORGIO BARBARELLI, IL GIORGIONE (c.1478-1510), discípulo de G. Bellini, es un pintor caracterizado por su técnica depurada y su colorido y cuya temática se desarrollará en toda la pintura moderna. De su etapa inicial, influida por su maestro, es la Madonna entre santos, de la Iglesia de Castelfranco. Sus obras maestras son: la Tempestad (gran síntesis de paisaje y figuras), la Venus de Dresde (gran desarrollo del desnudo femenino), el Concierto campestre y los Tres filósofos.
TIZIANO VECELLIO (1477-1576). Artista con un largo período de formación, es discípulo de G. Bellini, siguiendo después al Giorgione en obras tales como el Cristo de la moneda y el Concierto. Se muestra más original en pinturas como la Assunta, donde se opone al Giorgione en el dinamismo de las figuras, aunque le sigue en el desnudo femenino: Bacanal o Venus recreándose en la música (ambos en el M. del Prado). Posteriormente recibe la influencia de Miguel Ángel (Sísifo y Ticio -M. del Prado-), y, principalmente, de Tintoretto con sus contrastes de luz y sombras (Martirio de San Lorenzo o la Anunciación). Destaca también Tiziano por sus retratos como los del Emperador Carlos V, el de la Emperatriz Isabel y su Autorretrato, todos en el Museo del Prado.
JACOPO ROBUSTI, IL TINTORETTO (1518-1594). Este autor funde el gran colorido de Tiziano con el dibujo de Miguel Ángel, como muestra en su obra el Milagro de San Marcos. A partir de 1548 su pintura evoluciona a la búsqueda de los contrastes de luz y sombra (San Marcos salva a un náufrago, La sustracción del cuerpo del San Marcos), caracterizándose también su pintura por plasmar el momento del movimiento por medio de composiciones diagonales (el Lavatorio -M. del Prado-, la Última Cena de San Giorgio Maggiore).
PABLO CALIARI, IL VERONÉS (1528-1588); se caracteriza por su colorido exaltado y rico. Su temática se centra en la vida veneciana, siendo los temas sacros una excusa para representar aquella (el Triunfo de Venecia, El banquete en casa de Leví, Las bodas de Caná y el Moisés salvado de las aguas -M. del Prado-).
También en la segunda mitad del siglo XVI hay que destacar a IACOPO DA ONTE, IL BASSANO (h. 1515-1588), autor con gran influencia de Tintoretto (Adoración de los Magos), que a partir de 1560 resalta las figuras por medio de una gran iluminación, iniciando una temática que se convertirá en pintura de género, las representaciones de animales (La reconversión de Adán y el Arca de Noé, ambas en el M. del Prado).
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