06 Ene

Platón

Dualismo: Mundo de las Ideas vs. Mundo Sensible

Para Platón, las ideas son esencias trascendentes e inmutables; es decir, realidades separadas, eternas y perfectas. En su Teoría de las Ideas, distingue entre el mundo visible, que es el que nos rodea y se divide en imágenes y objetos, y el Mundo de las Ideas, el mundo de los conceptos universales. Este último se divide en entes matemáticos e ideas, siendo la Idea de Bien la más perfecta, la cumbre del ser y el saber. Así, Platón establece un dualismo: el Mundo Sensible, que se corresponde con la doxa (opinión), y el Mundo de las Ideas, donde los entes matemáticos se corresponden con la razón discursiva (dianoia) y las ideas con la filosofía o dialéctica.

El Mito de la Caverna y la Línea Dividida

Platón concibe la realidad como una jerarquía y utiliza alegorías para explicarla. En la Alegoría de la Caverna, describe a hombres encadenados en el fondo de una cueva, de espaldas a la luz, como “prisioneros”. Dentro de la caverna, una hoguera proyecta sombras de figuras que pasan frente a ella. Los prisioneros, sin haber visto nunca la luz, solo pueden escuchar voces y contemplar las sombras, tomándolas por la realidad. Un día, uno de ellos es liberado y recorre la caverna hasta llegar a la luz del Sol. Este prisionero liberado representa al filósofo, quien debe regresar para liberar a los demás.

El Mito de la Caverna simboliza el camino del conocimiento. Los prisioneros representan la ignorancia, viendo solo sombras que toman por realidad. Alguien que se libera y sale de la cueva descubre el mundo real, donde el sol representa la verdad suprema. Al regresar para compartir lo aprendido, enfrenta resistencia, mostrando la dificultad de llevar la luz del conocimiento a quienes prefieren la comodidad de las sombras.

La Alegoría de la Caverna y la Línea Dividida describen el ascenso del conocimiento: los prisioneros simbolizan los niveles más bajos (imaginación y percepción de objetos), mientras que salir de la caverna refleja el progreso hacia el pensamiento racional (matemáticas) y la comprensión del Bien (Ideas). Esto muestra el viaje de la ignorancia a la verdad.

La Reminiscencia

Platón sostiene la preexistencia de las almas en el Mundo de las Ideas, las cuales llegan al mundo sensible como castigo. Afirma que, a través de la dialéctica, podemos recordar esos conocimientos previos. El saber, enterrado en la memoria al nacer, se reactiva mediante la reminiscencia (recuerdo). Por ello, Platón afirma que conocer es recordar y que la verdad es una conquista personal, para la cual la educación solo nos prepara.

El Mito del Carro Alado

El Mito del Carro Alado, o del Auriga, describe las almas en el Mundo de las Ideas como carros conducidos por un auriga y tirados por un caballo blanco y otro negro. El caballo negro se desboca y, pese a los esfuerzos del auriga, se sale del camino, siendo arrojado de este mundo. Este mito ilustra la estructura del alma: el auriga representa la parte racional, el caballo blanco el alma irascible (voluntad) y el negro el alma concupiscible (pasiones innobles). La relación alma-cuerpo consiste en que el alma racional controle las pasiones del cuerpo. Este mito fundamenta la estructura de La República de Platón, donde se diferencian clases sociales (productores, guerreros, filósofos), virtudes (templanza, fortaleza y sabiduría) y almas (concupiscible, irascible y racional).

Aristóteles

La Felicidad

Para Aristóteles, el bien es múltiple y está ligado a las acciones, siendo el fin al que estas atienden. La ética de Aristóteles es finalista, con la felicidad como fin supremo. Las éticas que identifican el bien con la felicidad son eudemonistas. La felicidad consiste en la realización de las tareas más propias del ser humano, la sabiduría, que se adquiere mediante un hábito. La ética de Aristóteles se clasifica dentro de las materiales, que identifican el bien con algún contenido concreto, como la felicidad o el placer.

Dos Tipos de Acciones

Aristóteles distingue dos tipos de acciones: la praxis, con un fin interno (acciones éticas), y la poiesis, con un fin externo (acciones técnicas). Asocia un tipo de racionalidad a cada acción: praxisphronesis y poiesis – técnica. La acción moral no busca fines externos, sino que está justificada por sí misma. La phronesis teórica se caracteriza por normas universales, un saber objetivo y la búsqueda de la verdad absoluta. En la racionalidad práctica, las normas siguen un contexto, el saber es intersubjetivo y busca lo oportuno en cada situación.

Virtudes y el Término Medio

Para Aristóteles, las virtudes son hábitos adquiridos que nos permiten elegir lo moderado, evitando los extremos. La virtud está en el término medio: por ejemplo, la valentía es el equilibrio entre la cobardía y la temeridad. Aristóteles cree que podemos formar una segunda naturaleza a través de hábitos de moderación, transformando nuestro carácter y llevándonos a actuar de forma prudente y virtuosa. La prudencia es clave, ya que la persona prudente sabe elegir el término medio en cada situación.

A diferencia de Platón, Aristóteles piensa que el sabio es el que tiene prudencia, no solo conocimiento. Además, considera que podemos cambiar nuestra naturaleza. No nacemos con una personalidad fija; a través del esfuerzo y la repetición de actos virtuosos, podemos formar una nueva naturaleza que nos lleva a actuar correctamente sin pensarlo demasiado. Se diferencian dos tipos de virtudes: las éticas, relacionadas con el carácter y que nos llevan a actuar inmediatamente en dirección al bien, y las dianoéticas, relacionadas con el conocimiento.

La Justicia y sus Tipos

Para Aristóteles, la justicia es la dimensión ética de la política; es vivir según la ley. La justicia consiste en hábitos del ciudadano que hacen posible la convivencia. Aristóteles distingue dos tipos de justicia: la justicia particular, que regula las relaciones interpersonales con un trato igualitario (término de igualdad), y la justicia distributiva, que propone una igualdad proporcional según los méritos de cada uno. Esta última debe usarse para otorgar el poder político.

Para Platón, la justicia es la armonía entre las tres partes del alma y las tres clases sociales. Cree que en una ciudad ideal se lograría la justicia cuando cada clase cumpla con su rol específico. Para Aristóteles, la justicia está relacionada con la ley. Cree que lo justo es actuar de acuerdo con lo que la ley dice, y ve la justicia de manera más práctica y realista. Ambos coinciden en que el ser humano es un animal social, pero mientras Platón tiene una visión idealista de una ciudad perfecta, Aristóteles ve la justicia como algo que se puede aplicar a través de las leyes en la sociedad real.

Regímenes Políticos

Aristóteles se planteaba dos cuestiones: cómo distribuir el poder y para qué utilizarlo. La distribución se refiere a la justicia distributiva, basada en méritos: la excelencia llevaría a la aristocracia, el dinero a la oligarquía y la libertad a la democracia. La degeneración de la monarquía daría lugar a la tiranía, la de la aristocracia a la oligarquía y la de la república (politeia) a la democracia.

Deja un comentario