09 May
La Guerra Civil deja un panorama desolador en las letras españolas, Un páramo cultural. La rica efervescencia cultural de los años 30 da Paso a unos duros años en los que los mejores autores están muertos (Lorca, Unamuno, Valle-Inclán), exiliados (Alberti, Guillén, Cernuda. León Felipe…) o en el denominado exilio interior (Alei-xandre). A esa Dolorosa ruptura hay que sumar el aislamiento internacional en que nos Sumergimos y la censura, no tan férrea en el caso de la poesía como en Otros géneros, que impone una limitación temática e ideológica en las Publicaciones.
En el exilio, por tanto, seguirán produciendo Muchos de los escritores previos, como los de la generación del 27, a Los que podemos sumar otros nombres como León Felipe o Pedro Garfias. En Esta poesía se aprecia la evocación de la España perdida, el recuerdo De la Guerra Civil, el deseo de recuperar el pasado, la nostalgia y la Experiencia del destierro.
Por su parte, en España, en estos Primeros años 40 domina una tendencia poética conocida como poesía Arraigada. Su escritores, proclives en principio a la causa nacional, Practican formas métricas clásicas y muestran una visión optimista y Esperanzada del mundo. Estos poetas se aglutinaron en torno a las Revistas Garcilaso y Escorial. A este grup pertenecen autores como Luis Rosales (La casa encendida), Dionisio Ridruejo (Poesía en armas) o José García Nieto. Pero en 1944 se publica Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, Que va a dar lugar a una corriente de poesía denominada “desarraigada”, Que inicia una vertiente más crítica con la realidad, porque los Escritores muestran su disconformidad con la realidad circundante. El Verso libre, las imprecaciones a Dios y un tono desesperado son sus Rasgos más llamativos, con los que buscan expresar una angustia Existencial. Poetas desarraigados son también todos los publicados en la Revista Espadaña, publicación que promovía que el poeta expresara Problemas y circunstancias vitales reales. No obstante, en esa década También aparecieron otros grupos poéticos diferentes, como el Postimo, o Cántico.
Esa tendencia crítica con la realidad iniciada por la Poesía desarraigada dará paso a una importante corriente que se va a Iniciar en los años 50, la llamada “poesía social”, con tres autores Destacados: Blas de Otero, Gabriel Celaya y José Hierro. Sus autores Conciben la poesía como un instrumento para la denuncia y el compromiso, Una herramienta para transformar el mundo y despertar las conciencias Ante la Historia. Es una poesía dirigida al pueblo, “a la inmensa Mayoría”, en palabras de Blas de Otero, “un arma cargada de futuro”, que Decía Gabriel Celaya. Cultivan por lo tanto un lenguaje claro, unas Formas accesibles, un mensaje nítido. Era, por tanto, una poesía de Lenguaje sencillo y poco retórica, destinada a un público de masas.
Esta
Poesía, que dominará el panorama literario unos años, va perdiendo
Vigencia al final de la década. Es entonces cuando surge una nueva
Generación, al principio inserta en la estética de la poesía social,
Pero que pronto derivarán en un tono más íntimo. La poesía que se
Entendía como un mero acto de comunicación pasa a ser un ejercicio de
Conocimiento, como una experiencia personal del poeta. El lenguaje es
Más elaborado y se huye del prosaísmo de la poesía anterior.
Hablamos de
Autores como Ángel González, Francisco Brines, Antonio Gamoneda, Jaime
Gil de Biedma (Las personas del verbo) -probablemente el más influyente
De todos-, Claudio Rodríguez (Don de la ebriedad), y José Ángel Valente.
Estos poetas, además de una sincera amistad, comparten algunos rasgos:
Tono conversacional, presencia de anécdotas cotidianas de las que saben
Hacer surgir temas universales, y sobre todo una actitud moral ante la
Poesía.
Hacia finales de los 60, sin embargo, surge otro grupo de Poetas que van a suponer un giro radical respecto de la generación Anterior. Son conocidos como “los novísimos”, debido a la antología de José María Castellet, Nueve novísimos poetas españoles, que muestra la Producción de este grupo. Estos poetas muestran un sesgo culturalista, Dado su elevado conocimiento literario, el desdén por la poesía moral de La generación anterior, una vuelta a la experimentación vanguardista, Que se traduce en unos textos más herméticos y difíciles, el Cosmopolitismo de sus fuentes, pues toman elementos de poetas Contemporáneos y de la sociedad de consumo. Probablemente el más Destacado del grupo sea Pere Gimferrer, con el poemario La muerte en Beverly Hills, pero cabe destacar otros nombres como Guillermo Carnero, Manuel Vázquez Montalbán o Leopoldo María Panero.
A partir de Aquí, las últimas décadas, con la llegada de la democracia, muestran una Variedad de tendencias difícil de encasillar. Así, encontramos poesía Esteticista; poesía minimalista o del silencio; poesía neosurrealista; Poesía intimista o de la experiencia. Es precisamente esta última la que Mayor vigencia ha tenido durante la década de los ochenta, con poetas Como Luis García Montero o Luis Alberto de Cuenca. Entre los rasgos de Esta tendencia cabe señalar una vuelta a la métrica tradicional (abandonando el experimentalismo de los novísimos), una temática urbana Expresada en un lenguaje coloquial, la reivindicación de la intimidad y Recuperación de poetas anteriores como Gil de Biedma, así como el uso Del humor, el pastiche y la parodia. Además, es determinante la Presencia de voces femeninas en la poesía, como Blanca Andreu o Almudena Guzmán.
En definitiva, se trata de un panorama muy interesante Que abarca el largo y casi siempre penoso periodo dominado por el Franquismo y luego la democracia en el que han surgido sucesivos grupos De poetas con estéticas muy personales que han ido lentamente Reconstruyendo el desmoronado panorama cultural que había dejado tras de Sí la contienda, donde se perdíó el esplendor cultural de la Segunda República.
Deja un comentario