12 Feb
La Generación del 27: Un Hito en la Literatura Española
El período comprendido entre 1902 y 1939 es conocido como la Edad de Plata de la literatura española. En este contexto, surgió un grupo de jóvenes poetas que, junto a otros intelectuales, participaron en el homenaje a Góngora celebrado en el Ateneo de Sevilla en 1927. Los miembros de esta generación estaban unidos por la amistad, su formación intelectual, su colaboración habitual en revistas poéticas y la convivencia en la Residencia de Estudiantes. Juan Ramón Jiménez ejerció una notable influencia y magisterio sobre los poetas del 27, al igual que Ortega y Gasset en el plano ideológico y teórico.
Características de la Generación del 27
Esta generación recoge la influencia de las distintas corrientes vanguardistas, de donde toman:
- El juego de ingenio provocador y humorístico.
- El verso libre.
- La metáfora.
- El deseo de renovación de la poesía.
- El intento de enlazar con la tradición literaria española (Garcilaso, Lope de Vega, Góngora, Bécquer, la lírica popular y el romancero).
Muestran una gran preocupación por los aspectos formales del poema, utilizando un léxico brillante que combina lo formal y lo cotidiano. Cultivan tanto formas clásicas (soneto) como populares (romance, villancico).
En cuanto a la temática, abordan temas tradicionales como el amor, la muerte, el paisaje y la soledad, así como temas deshumanizados propios de la vida moderna, como el valor de la técnica.
Etapas de la Generación del 27
La Generación del 27 atravesó tres etapas principales:
Primera Etapa (Influencia de las Vanguardias y Neopopularismo)
Esta etapa se caracteriza por:
- Influencia de las vanguardias: Juego conceptista y ruptura de la sintaxis. Ejemplos: Gerardo Diego (Fábula de Equis y Zeda, Manual de espumas), Salinas (Fábula y signo, 1931), Alberti (Cal y Canto).
- Corriente neopopularista: Mezcla de métrica y temas tradicionales con la nueva expresión moderna. Ejemplos: Alberti (Marinero en tierra, 1924), Lorca (Romancero gitano, 1927, Poema del cante jondo).
- Poesía tradicional y clasicista: Combina la metáfora gongorina con la imagen de vanguardia. Ejemplo: Gerardo Diego (Versos humanos, 1924, Romancero de la novia, Soria).
- Poesía pura y conceptual: Búsqueda de la simplicidad para alcanzar la perfección expresiva (influencia de Juan Ramón Jiménez). Ejemplos: Jorge Guillén (Cántico, 1928), Cernuda (Perfil del aire), Aleixandre (Ámbito).
Segunda Etapa (Humanización y Surrealismo)
La poesía se humaniza y se centra en el sentido de la vida, el amor, el dolor, la angustia, la muerte y las dudas religiosas. El surrealismo y la crisis de 1929 influyeron en este cambio. Obras destacadas:
- Lorca: Poeta en Nueva York.
- Alberti: Sobre los ángeles (1928).
- Cernuda: Los placeres prohibidos (1931).
- Aleixandre (poesía surrealista): Espadas como labios (1931), La destrucción o el amor.
- Salinas (poesía neorromántica): La voz a ti debida, Razón de amor.
- Cernuda: La realidad y el deseo (incluye Un río un amor y Donde habite el olvido).
Se percibe una oposición entre la civilización alienante y el entorno de los instintos y la naturaleza. Surge una poesía social y política a favor de la causa republicana (Alberti: El poeta en la calle, De un momento a otro).
Tercera Etapa (Exilio y Posguerra)
Tras la Guerra Civil, se produce el exilio (interior o exterior) de muchos poetas. Lorca es asesinado y Miguel Hernández muere en la cárcel. La poesía expresa dolor, descontento y nostalgia por España.
- Exilio interior:
- Dámaso Alonso: Hijos de la ira (1944). Poesía existencialista y desarraigada, con un lenguaje cercano al surrealismo.
- Vicente Aleixandre: Sombra del paraíso (1943). Refleja el desarraigo con la realidad circundante.
- Exilio exterior:
- Jorge Guillén: Clamor (1957-63). Protesta ante las miserias de la posguerra, con el tema de España presente.
- Salinas: El contemplado (1946).
- Alberti: Poemas del destierro y la espera, Coplas de Juan Panadero, Entre el clavel y la espada (añoranza y denuncia política).
- Poesía arraigada:
- Gerardo Diego: Alondra de verdad, 1941.
Miguel Hernández: Epígono de la Generación del 27
Miguel Hernández es considerado un epígono del grupo. Su evolución poética abarca:
- Poesía hermética y metafórica: Perito en lunas (1933).
- Sonetos humanizados: El rayo que no cesa (1936).
- Elegía a Ramón Sijé (tercetos encadenados).
- Poesía comprometida durante la guerra: Viento del pueblo (1937).
- Poesía neopopularista en la cárcel: Cancionero y romancero de ausencias (amor a su hijo y esposa).
Otros Autores
Emilio Prados (1899-1962): Su poesía abarcó el neopopularismo andaluz y el surrealismo.
El Teatro de Lorca
Se aborda brevemente el teatro de Lorca anterior a 1936. Sus primeras obras, como La zapatera prodigiosa o Belisa en su jardín, tienen una apariencia de teatro infantil. También escribió el drama histórico Mariana Pineda (1925) y experimentó con el surrealismo en El público (1930). Su plenitud teatral llegó con la trilogía de la tierra española:
- Bodas de sangre (1933): Tragedia del amor imposible.
- Yerma (1934): Tragedia de la mujer estéril.
- La casa de Bernarda Alba (1936): Tragedia de las mujeres en los pueblos de España.
Su teatro combina tradición y vanguardia, con un lenguaje sencillo, lírico, evocador y simbólico. Predominan las voces femeninas y la temática del deseo imposible y la frustración, con fuerzas enemigas como el tiempo, la muerte, los prejuicios de casta y las convenciones sociales. Lorca revitaliza la tragedia.
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