08 Ene

La Poesía Lírica en el Romanticismo

Frente al concepto de imitación, principio básico en el Neoclasicismo, la poesía del Romanticismo busca la expresión subjetiva. La creación no persigue enseñar, sino profundizar en el interior del individuo.

Gustavo Adolfo Bécquer

Poeta posromántico, su obra encierra una concepción de la creación literaria que podría ser el umbral de la lírica moderna: la poesía no refleja la realidad, sino que es una realidad en sí misma. La obra de Bécquer se caracteriza por una métrica y un estilo sencillos al servicio del sentimiento. A la vez, sus versos están llenos de símbolos y tienen un cuidado ritmo que contribuye a la expresividad. Nació en Sevilla (1836-1870). Fue pintor desde niño, pero se hizo literario cuando, tras quedar huérfano de padre y madre, se educó con su madrina, quien estimuló en él el amor por los libros. Fue cronista de literatura y salones en la prensa, censor de novelas y dirigió revistas literarias.

Rosalía de Castro

Fue una importante figura en la poesía romántica española, por cuatro obras: Cantares gallegos (1863) y Follas novas (1880), escritas en lengua gallega; y La flor (1857) y En las orillas del Sar (1884), obras en castellano. Conoció los prejuicios de la sociedad conservadora de su época porque su madre era madre soltera y su padre, sacerdote.

La Poesía Narrativa del Romanticismo

José de Espronceda

Una figura clave en este subgénero es José de Espronceda, que alcanza gran trascendencia en la historia de la literatura por su obra El estudiante de Salamanca. Conjuga diversos rasgos del Romanticismo: la libertad formal se manifiesta en la polimetría y en la mezcla de géneros; el discurso poético se utiliza con fines narrativos y, en algunos momentos, incluso inserta elementos propios del género teatral. Estudió en Madrid. Fue periodista, revolucionario enemigo del reinado absolutista de Fernando VII y parlamentario en las Cortes Generales de 1842. Tuvo también una apasionada historia de amor con Teresa Mancha.

El Drama Romántico

Esta nueva concepción rechaza la rigidez de las normas neoclásicas, descarta la regla de las tres unidades y prefiere el atractivo de personajes misteriosos y lugares evocadores frente a la obsesión por la verosimilitud y el didactismo.

Ángel de Saavedra, Duque de Rivas

Es el autor de Don Álvaro o la fuerza del sino, drama que mezcla prosa y verso en una intensa acción dramática. Nació en Córdoba en una familia de nobles (1791-1865). Estudió en Madrid y se alistó en el ejército para luchar contra los franceses. Luchó también contra el absolutismo de Fernando VII, lo cual lo obligó a marcharse al exilio a Inglaterra y Malta.

José Zorrilla

(1817-1893) Su padre era un hombre rígido y partidario fiel del absolutismo, y Zorrilla acabó huyendo del hogar familiar para irse a Madrid, donde triunfó como poeta.

El Realismo

Profundiza en la representación de la vida contemporánea, casi siempre desde una perspectiva crítica, adoptando corrientes científicas y filosóficas como el positivismo y el experimentalismo. La novela es el género clave para la expresión literaria. Es la época de los grandes relatos históricos, protagonizados a menudo por personajes de una pujante clase media.

El Naturalismo

Movimiento surgido en Francia a partir de las ideas del escritor Émile Zola, será una corriente muy vinculada al Realismo. Trata de ir más allá de la simple descripción objetiva para buscar las razones del comportamiento humano y, para ello, propone la aplicación del método científico: disección, observación y análisis. Sus rasgos coinciden con los del Realismo, pero tienen dos particularidades importantes: la descripción se centra con frecuencia en ambientes sórdidos y degradados; los personajes están determinados por el entorno, tanto en lo psicológico como en lo físico, y por su herencia genética familiar.

Benito Pérez Galdós

Primera etapa: Sus primeras novelas, conocidas como novelas de tesis, tienen como tema central el enfrentamiento entre la mentalidad progresista y la conservadora. En esta época encontramos obras como Doña Perfecta (1876) y Gloria (1877).

Segunda etapa: Las obras de este periodo muestran su madurez como escritor y recogen un completo retrato de la sociedad de su época ambientado en Madrid. En esta etapa encontramos su obra maestra, Fortunata y Jacinta (1887), en la que Galdós inmortalizó dos personajes femeninos provenientes de clases sociales opuestas.

Tercera etapa: La definimos como realismo espiritual. Destacamos aquí la novela Misericordia (1897). Nació en Las Palmas de Gran Canaria, pero se trasladó a Madrid muy joven para estudiar Derecho. Se entregó a la creación literaria, pero también tuvo un importante papel en el panorama político de su época y fue diputado progresista.

Charles Dickens

(1812-1870) Fue periodista y autor literario. En sus obras reflejó fielmente la dureza de las vidas de las gentes humildes, pues la conocía desde niño. Hasta que no se hizo adulto no se convirtió en escritor.

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