24 Nov
LA POESÍA DESDE LOS SESENTA HASTA LA ACTUALIDAD
Entre la década de los sesenta y la actualidad, la lírica española ha experimentado una serie de transformaciones. Desde la desaparición de la censura hasta el abandono de la temática social y la diversificación de tendencias a partir de los años ochenta, la poesía española ha recorrido un camino complejo y fascinante que llega hasta nuestros días.
Recopilación poética
1. La poesía de la década de los sesenta
Durante los primeros años de la década de los sesenta se publicaron dos antologías que dieron paso a un nuevo tipo de poesía: Veinte años de poesía española (1962) y Poesía última (1963). En ambas se dan a conocer autores jóvenes que eran niños durante la Guerra Civil, pertenecían a familias burguesas y habían recibido una educación universitaria y una rica formación literaria.
Estos poetas abandonan el tono de la poesía social y, aunque tienen estilos muy diferentes, comparten el enfoque humanista: en la poesía de estos escritores tienen cabida todos los problemas del ser humano: biográficos, existenciales, morales y sociales. En sus poemas, la reflexión parte de las propias vivencias, que afrontan con ironía y cercanía al lector.
De esta corriente destacamos la obra de tres autores: JOSÉ HIERRO (Cuanto sé de mí, Libro de las alucinaciones); ÁNGEL GONZÁLEZ (Áspero mundo, Tratado de urbanismo) y, sobre todo, JAIME GIL DE BIEDMA, que influirá decisivamente en la posterior poesía de la experiencia. En el volumen Las personas del verbo se reúnen sus poemarios Compañeros de viaje, Moralidades y Poemas póstumos.
2. La década de los setenta: los novísimos
José María Castellet publica en 1970 la antología Nueve novísimos poetas españoles. De ahí procede el nombre de una generación que renueva el lenguaje poético y vuelve los ojos a poetas como Aleixandre o Cernuda. Rescatan el esteticismo y también recursos de las vanguardias de los años 30, como el uso de la imagen o los efectos visuales del verso.
La poesía de los novísimos se caracteriza por el culturalismo: el motivo más frecuente de los textos será el arte. Son abundantes en estos textos las referencias a la pintura, al cine, a la propia literatura, al cómic, al rock… Los sentimientos del poeta parecen pasar a un segundo plano.
PERE GIMFERRER es el poeta más significativo (en su obra en castellano). A los veinte años obtuvo el Premio Nacional de Poesía por Arde el mar (1966):
- Surrealismo
- Culturalismo
- Riqueza imaginativa
- Culto a la palabra
- Dominio del ritmo
Su segunda obra es La Muerte en Beverly Hills (1968), muy influida por el cine americano.
Otras obras significativas son las de ANTONIO COLINAS (Sepulcro en Tarquinia), GUILLERMO CARNERO (Dibujo de la muerte) y MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN (A la sombra de las muchachas en flor).
3. Los ochenta y los noventa. Poesía de la experiencia
Desde finales de la década de los setenta surgen diversas tendencias poéticas, propiciadas por la aparición de nuevas revistas literarias y premios, como el Hiperión o el Adonáis.
Entre estas nuevas tendencias que alcanzan a nuestros días destaca la llamada poesía de la experiencia. En la línea de poetas de los sesenta, como Gil de Biedma, se trata de una lírica de corte realista que se expresa con un lenguaje accesible y natural, en la que el autor transmite sus vivencias y reflexiones a través de un yo poético fingido, máscara del poeta.
El representante principal de la poesía de la experiencia es LUIS GARCÍA MONTERO, que convierte en materia poética lo cotidiano, con distanciamiento e ironía, dominio del ritmo y un uso peculiar de la metáfora. Entre sus obras sobresalen El jardín extranjero y Habitaciones separadas.
Junto a la poesía de la experiencia surgen otras corrientes líricas en estas décadas:
- Poesía del silencio o neopurismo. Poetas como JAIME SILES (Música del agua, Himnos tardíos) o ADA SALAS (La sed) meditan sobre la naturaleza de la propia poesía y del acto creativo, influidos por la poesía pura de los años 20.
- Neosurrealismo. Esta corriente recupera la imagen irracional y el verso largo y libre, la sensibilidad neorromántica y el mundo de los sueños. BLANCA ANDREU es su principal representante. Su primer libro, De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall, recoge los temas recurrentes de la autora: el amor, el tiempo y la muerte.
- Nueva épica. Poetas como JORGE RIECHMANN (Material móvil, Cuaderno de Berlín) indagan en los problemas colectivos desde una óptica realista y crítica. Es una poesía comprometida. Riechmann exige para la poesía una función correctora y «de resistencia» ante el espectáculo inmoral de nuestro tiempo.
- Neoerotismo. Autoras como ANA ROSSETTI (Devocionario, Punto umbrío) renuevan la poesía amorosa a partir de la transgresión de los tópicos típicamente masculinos.
4. Tendencias de la poesía actual
En la actualidad, las corrientes de finales del siglo XX citadas anteriormente siguen vigentes, y tienden a confluir en todos los poetas que empiezan a escribir a principios del siglo XXI. Entre otros destacan ELENA MEDEL, ANTONIO LUCAS, PILAR ADÓN, JUAN ANTONIO GONZÁLEZ IGLESIAS, MARÍA ELOY GARCÍA e IRENE SÁNCHEZ CARRÓN. No obstante, se observa en estos poetas la tendencia al tono intimista, a lo narrativo y a la ausencia de elementos ornamentales, aunque cada uno tiene su propia voz, que va desde el pesimismo de Antonio Lucas (Los desengaños, Antes del mundo) a la lírica esencialmente amorosa (Eros es más) de González Iglesias o la lírica rompedora y original de María Eloy García (Metafísica del trapo).
EL TEATRO DESDE LOS SESENTA HASTA LA ACTUALIDAD
En los sesenta, autores como Alfonso Sastre, Lauro Olmo y otros siguen la estela del realismo de Buero Vallejo. Hacia finales de la década, la censura empieza a ser más permisiva, con lo que se permite el estreno de obras más innovadoras en temas y en formas.
Será a partir de 1975 cuando el panorama teatral experimente un gran cambio con la desaparición de la censura: las compañías de teatro independientes, que aportan grandes innovaciones y que habían representado en círculos muy reducidos en los sesenta, se hacen más visibles y enriquecen el teatro posterior.
1. LA DÉCADA DE LOS SESENTA
En la década de los sesenta, el propio Buero Vallejo sigue estrenando obras en las que aborda el problema de la tortura por motivos políticos, la degradación humana y la responsabilidad colectiva, como La doble historia del Doctor Valmy.
Autores que siguen a Buero con un teatro comprometido son, entre otros, ALFONSO SASTRE, que ya había tenido muchos problemas para estrenar a finales de los años 50, aunque consiguió hacerlo con Escuadra hacia la muerte, drama que presenta a unos soldados abocados a una muerte absurda, y que se rebelan contra la autoridad de su cabo, al que matan. Más tarde escribe obras sobre el autoritarismo, como La mordaza y Tierra roja. A partir de 1965 crea tragedias complejas como La sangre y la ceniza y La taberna fantástica, en las que integra elementos de otros géneros. Premio Nacional de teatro.
LAURO OLMO partió de crear un teatro para el pueblo, dentro de la corriente del realismo social, a la que fue incorporando elementos simbólicos pero también esperpénticos y grotescos. Entre sus obras destacan La camisa, sobre la pobreza, la emigración y el desarraigo; El cuerpo, una crítica del machismo y el abuso de poder; y El cuarto poder, una crítica a la manipulación de la prensa. Desde finales de los sesenta la censura comenzó a ser más permisiva.
FERNANDO ARRABAL fue revolucionario para la escena española. Su obra evoluciona desde las influencias de Kafka y del Surrealismo hasta lo que él mismo llamó teatro pánico, una clase de dramaturgia que se rebela contra la sinrazón del mundo. Esta corriente teatral presenta, de forma irracional, una realidad que no parece tener coherencia. Entre sus piezas destacan Pic-Nic, en la que se denuncia la incoherencia de la guerra; El triciclo, protagonizada por seres marginales que buscan su sitio en un mundo de desigualdades que no entienden; y El cementerio de automóviles, acerca de las tiranías que matan la creatividad.
2. DE LOS SETENTA A LOS NOVENTA
A partir de 1975, con el fin de la dictadura, el teatro experimentó cambios trascendentales, tanto en las políticas públicas y empresariales como en el enfoque de las obras, que se abrieron a un mayor número de innovaciones, en temas y formas.
Entre esos cambios están el apoyo económico del Estado al teatro, con la creación de festivales que movilizaron al público y con la fundación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico; la consolidación de grupos de teatro independiente; y la recuperación de obras censuradas anteriores. En esta época también desaparece el tono reivindicativo y crítico que el teatro había adoptado en los últimos años de la dictadura.
En esta etapa tenemos que hablar tanto de autores individuales como de grupos de teatro independiente.
Entre los autores más destacados que comienzan a estrenar sus obras destacan José Sanchis Sinisterra, José Luis Alonso de Santos, Antonio Gala y Fermín Cabal.
2.1. REALISMO RENOVADO
JOSÉ SANCHIS SINISTERRA, que se ha dedicado también a la dirección de escena y a la investigación teatral, tiene una amplia obra dramática que se caracteriza por la capacidad para integrar la trama con la reflexión sobre el propio teatro, y en muchas de sus creaciones emplea el teatro como metáfora del mundo. Así sucede en ¡Ay, Carmela!, Bienvenidas y Marsal, Marsal.
JOSÉ LUIS ALONSO DE SANTOS, que procede de grupos de teatro independiente, escribe piezas inspiradas en el propio teatro (¡Viva el duque, nuestro dueño!), otras que abordan problemas existenciales (Del laberinto al 30) y, las más conocidas, de ambiente urbano: Bajarse al moro o La estanquera de Vallecas.
ANTONIO GALA, muy reconocido también por su obra poética y novelística, sobresale en el teatro por su dominio del lenguaje y por su actitud crítica en la que se combinan poesía y compromiso político. Su teatro está en la línea dramática del realismo simbólico y trata habitualmente temas como la justicia y la esperanza en ambientes opresores. De su obra dramática destacan Noviembre y un poco de hierba, Los buenos días perdidos, Anillos para una dama y ¿Por qué corres, Ulises?
FERMÍN CABAL, también se formó en grupos de teatro independiente, donde se dio a conocer con Tú estás loco, Briones, de 1978. En sus obras aparecen los problemas de la sociedad española contemporánea, con los que intenta acercarse a un público más amplio y joven. Sus piezas son muy críticas, con humor ácido y en muchas ocasiones final trágico. Entre la diversidad de temas que tratan destacan algunos como el ambiente político de la transición (Tú estás loco, Briones), la religión (Vade retro) o la construcción de la propia personalidad (Travesía).
LAS COMPAÑÍAS DE TEATRO INDEPENDIENTE comenzaron a surgir en los sesenta. Actualmente, muchas de ellas se han consolidado como compañías estables y profesionales. Siempre han estado a la vanguardia de la experimentación y la investigación teatral. Se trata de grupos que solían funcionar cooperativamente y que se enfrentaron al teatro comercial, buscando un tipo de teatro más plástico y visual que literario e intentando representar obras destinadas a las clases trabajadoras. Estos grupos crean montajes en los que aportan muchas innovaciones, como la participación activa del público y el uso de espacios desvinculados del teatro tradicional (la calle, naves industriales, espacios naturales…).
Los grupos de más repercusión que tuvieron en el panorama teatral de la época -algunos siguen activos- fueron Els Comediants, La Fura dels Baus, La Cuadra y Els Joglars. Su influencia ha traspasado el círculo independiente hasta llegar a las compañías de teatro más tradicionales.
3. TENDENCIAS DEL TEATRO ACTUAL
Además de los autores ya consagrados y de las compañías independientes, en las últimas décadas han surgido nuevas corrientes en el panorama teatral español.
Algunas de las características que pueden describir este nuevo teatro son las siguientes:
- La base realista y los problemas íntimos. Los temas más recurrentes se centran en conflictos que aíslan al individuo de la sociedad, como la incomunicación, la inseguridad o la soledad. Tenemos el ejemplo de El chico de la última fila (2006), de Juan Mayorga.
- Reaparición de obras de carácter político y social, motivada por la crisis del siglo XXI, como Y los peces salieron a combatir contra los hombres (2003), de Angélica Liddell.
- Mezcla de diferentes lenguajes escénicos: en las obras se combinan otros lenguajes artísticos para comunicar el mensaje al espectador, como la música, la imagen, elementos audiovisuales, nuevas tecnologías.
- La diversidad de escenarios. Además de los lugares tradicionales para la representación y los espacios ganados por las compañías independientes, en este momento se incorporan las representaciones en cafés o pequeños espacios culturales que ponen en escena obras de pequeño formato para pocos espectadores.
- El éxito de los espectáculos musicales. Estas obras incorporan la música y la danza como elementos principales. Suelen llevar a escena la trayectoria de grupos musicales, como en Hoy no me puedo levantar o Mamma Mia, o recrean éxitos del cine como Grease o El rey León, aunque también muchos han sido compuestos en este formato.
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