22 Ene
EL SIGLO DE LA DECADENCIA: CRISIS ECONOMICA, POLARIZACION E INMOVILISMO:
El siglo XVII se caracterizo por una fuerte crisis social y económica: pestes, malas cosechas, guerras, parálisis del comercio y de la industria. Se originó la pérdida de la hegemonía política europea.La población disminuyó, pasando de 8500000 habitantes en 1600 a 7500000 en 1700. Las causas están en el flujo migratorio al nuevo continente, las bajas ocasionadas por las guerras, la expulsión de los moriscos y el conjunto de epidemias entre 1601 y 1685.En la economía, la agricultura empeoró: el hambre, la guerra y las epidemias comportaron la despoblación de las tierras, mientras aumentaban los impuestos. También se redujo el número de cabezas del ganado por la falta de pastos y la destrucción provocada por las guerras. La industria y el comercio padecieron una profunda depresión ya que la competencia de los productos extranjeros se agravó con la pérdida de territorios en Europa y de mercados y con el incremento de los impuestos y la pérdida del poder adquisitivo de la población.En las finanzas públicas, los gastos aumentaban, tanto por el despilfarro de la corte como por las guerras. Ni el aumento de impuestos (alcabala, tercias, cruzada, aduanas, rentas de Granada, servicios, millones), ni las devaluaciones de moneda ni la emisión de deuda pública pudieron salvar al Estado de la bancarrota y, además, el recurso de la plata y el oro americanos fue cada vez más difícil por el agotamiento de las minasEl mantenimiento de una mentalidad aristocrática había imposibilitado rentabilizar la riqueza de América puesto que esos bienes fueron destinados a pagar las empresas imperiales de la monarquía y a consolidar un modelo social mobiliario en el que el capital era destinado a la compra de tierras, casas o gastos santuarios.La sociedad del siglo XVII se caracterizó por una fuerte polarización, esto era que existían grupos encargados de los cargos públicos que disponían de recursos y mantenían una vida ociosa y una gran cantidad de población empobrecida de campesinos sin tierras, artesanos depauperados y centenares de miles de pordioseros, vagabundos o mendigos. Gran parte de la población aspiraba a vivir de rentas como los señores o triunfar y enriquecerse con la aventura americana, mientras, el trabajo manual se consideraba una actividad plebeya y de poco prestigio. Figuras características de la época: el hidalgo venido a menos, el fraile ignorante y vago o el pícaro están muy presentes en la literatura del siglo de Oro. Solo los territorios periféricos, especialmente los de la Corona de Aragón, sufrieron la crisis en menor intensidad.Una serie de escritores e intelectuales (González de Cellorigo, Tomás de Mercado o Luis Ortiz) propusieron, desde el siglo XVI, soluciones o arbitrios como la protección de la industria o la reforma del sistema impositivo pero el poder de las clases privilegiadas y el carácter de la monarquía imposibilitaron la adopción de esas medidas.Durante esta época existe una mentalidad religiosa ya que es una sociedad dominada por la Iglesia donde se persigue la disidencia religiosa Esa obsesión por la uniformidad religiosa se tradujo en una uniformidad étnica puesto que estaban obsesionados por la limpieza de sangre que consistía en la demostración de que no se procedía de familia de judíos o moriscos, es decir, que se era cristiano viejo, sin mezcla con esas minorías.
EL GOBIERNO DE LOS VALIDOS Y LOS CONFLICTOS INTERNOS
Tras la muerte de Felipe II se sucedieron tres reinados cuyos monarcas reciben el nombre de Austrias menores diferentes de los Austrias mayores que convirtieron la monarquía hispánica en el imperio más poderoso.Los Austrias del siglo XVI se encargaban personalmente del gobierno de sus reinos, mientras que los del siglo XVII renunciaron expresamente a ejercer las tareas del gobierno que pasaron a manos de ministros omnipotentes, los validos, que eran personajes de la alta nobleza o del clero e incluso plebeyos que desempeñaban las tareas del gobierno con total confianza del rey. Muchos de ellos utilizaron el poder en su propio beneficio aumentando el nivel de la corrupción e ineficiencia.
Felipe III tuvo un breve y pacifico reinado. Bajo su mandato se produjo la expulsión definitiva de los moriscos en 1609. ). La monarquía anuló todos los particularismos de los moriscos (sobre todo en Valencia y en el antiguo Reino de Granada), que creaban recelo debido a su lengua y a sus costumbres. Se les acusaba de la participación en ataques berberiscos y turcos en el Mediterráneo. Su situación empeoró al aumentar los impuestos y al expropiarles las tierras que cultivaban. En 1556 se promulgo un decreto prohibiéndoles el uso de su lengua, su forma de vestir y sus tradiciones y finalmente en 1609, se decretó su expulsión. Las tareas del gobierno estaban en manos de su valido
El duque de Lerma que finalmente fue sustituido por su hijo el dique de Uceda. . Éste fue el hombre más poderoso del reinado. Se hizo rico por saber manejar influencia y también debido a la corrupción y la venta de cargos públicos. Era el verdadero mecenas de la ciudad de Lerma (BurgosEn la parte central del siglo XVII reinó Felipe IV cuya época fue dominada por la Guerra de los Treinta Años. El monarca dejó el poder en manos de su valido conde duque de Olivares (Gaspar de Guzmán) cuyo gobierno se caracterizó por el autoritarismo y la centralización. Pretendió integrar a todos los reinos en uno solo con las mismas leyes e instituciones pero su intento fracasó, y originó enfrentamientos y graves revueltas internas. Su reinado estuvo dominado por la Guerra de los Treinta Años, que consumió muchos recursos y empobreció a Castilla. Y por las revueltas de 1640: se produjo también la mayor crisis política interna: la sublevación de Cataluña y Portugal. El conde-duque de Olivares pretendió una mayor centralización y una contribución de los territorios de la Corona al esfuerzo de la guerra, tanto en hombres y en armas como en impuestos. Olivares creó la Unión de Armas por la que todos los reinos y virreinatos deberían aportar hombres y dinero. Sus exigencias no valoraban la riqueza y la población de cada uno de ellos, lo que provocó el levantamiento de Cataluña, a la que se pedía un esfuerzo desproporcionado a su capacidad. Se originó cuando Olivares abrió un frente militar contra los franceses en los Pirineos, obligando a los catalanes a alojar a las tropas y a contribuir al gasto militar. Los soldados cometieron desmanes en Cataluña, lo que provocó la rebelión que culminó con la entrada de los segadores armados en Barcelona durante el Corpus de Sangre. Y se pretendió integrar al Principado de Cataluña en la Corona francesa. La lucha fue larga y finalizó con la rendición de Barcelona. En el mismo año se produjo la rebelión de Portugal que proclamó rey al duque de Braganza. Los portugueses no querían permanecer unidos a la Corona hispánica, porque la unión les había enemistado con Inglaterra y Holanda, lo que les provocaba pérdidas económicas, La rebelión dio lugar a una larga guerra en la que Portugal logro la independencia. La dinastía concluyó con el reinado de Carlos II conocido como El Hechizado, que murió sin descendencia. Su reinado fue largo y complicado y significó un punto álgido en la crisis económica y social en los reinos hispánicos y en la configuración de la pérdida de la hegemonía en Europa. En su minoría de edad, siendo gerente su madre la reina Mariana, ejerció el cargo el padre jesuita Nithard, que fue sustituido por un plebeyo, felipe de Venezuela y posteriormente, por Juan José de Austria, hijo ilegítimo de Felipe IV. Debido a que Carlos II muere sin descendencia, se pone fin a la rama con los Austrias que provoca un problema de sucesión. A raíz de esto, se mueven dos partidos diferentes en la Corte. Por un lado estaba el Partido Austriaco encabezado por Mariana de Austria, que defendía a un austriaco en el trono. Por el otro lado se encontraba el Partido Francés, que se posicionaba en la búsqueda de una alianza con la gran potencia europea.
LA PÉRDIDA DE LA HEGEMONÍA EN EUROPA
La subida al trono de Felipe III se produjo después de la firma de una serie de tratados de paz con Francia e Inglaterra, que significaron un período de ausencia de conflictos. En Flandes estuvo vigente la Tregua de los Doce Años (1609-1621). El problema protestante no había sido resuelto y pronto se reanudaron las luchas que acabaron en un enfrentamiento bélico: la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Fue un enfrentamiento religioso, al oponer a protestantes y católicos, pero también resulto una pugna política contra el dominio de Europa de los Habsburgo austriacos y españoles.La guerra inició con la rebelión protestante de Bohemia. España acudió en su auxilio y los protestantes fueron derrotados en 1620. Ya en el reinado de Felipe IV, afectó también a Flandes, donde los tercios españoles obtuvieron algunos éxitos como la rendición de Breda.
El rey de Dinamarca, Christian IV, acudió en ayuda de los protestantes de Alemania y también se sumo el rey de Suecia Gustavo Adolfo II, que invadió el centro del Imperio Austriaco en 1630. Este murió luchando y su ejército fue derrotado por los tercios españoles.
Francia, gobernada por Richelieu, decidió participar directamente en la ofensiva en 1635 apoyando a los protestantes en contra de sus enemigos: España y el Imperio de Habsburgo. Los enfrentamientos se desarrollaron en Flandes y en el norte de Francia, con derrotas francesas y con las de los tercios españoles en Las Dunas (1639) y Rocroi (1643).Entablaron conversaciones de paz que culminaron en los Tratados de Westfalia de 1648, donde se acordó que los integrantes de los Estados y su religión prevalecerían sobre los del antiguo Imperio romano-germánico. En 1650, España reconoció la independencia del norte de Flandes que paso a llamarse Provincias Unidas de Holanda. La guerra contra Francia continuó y no acabó hasta la Paz de los Pirineos (1659), donde España cedió a Francia Rosellón y Cerdaña quedando la frontera establecida en los Pirineos y haciéndose patente la hegemonía francesa.Con Carlos II (El Hechizado), se vuelven a retomar las guerras contra Francia de Luis XIV, ya que esta ve la debilidad de la monarquía de España. Destaca:_1668: (Paz de Aquisgrán) España perdió algunos territorios en Flandes._1678: (Paz de Nimega) España pierde el franco condado.__1697: (Paz de Rijswich) España tuvo que renunciar a lo que hoy es Haití.
CAUSAS DE LA DECADENCIA CASTELLANA
Las causas de la crisis económica y social del siglo XVII son:La disminución de la población causada por el flujo migratorio al nuevo continente, en las bajas ocasionadas por las continuas guerras, en la expulsión de los moriscos y en el conjunto de epidemias entre 1601 y 1685.El empeoramiento de la agricultura ya que el hambre, la guerra y las epidemias comportaron la despoblación de las tierras, mientras aumentaban los impuestos, también se vio reducido el ganado por la falta de pastos y por la destrucción provocada por las guerras. En la industria y el comercio, la competencia de los productos extranjeros se agravó con la pérdida de los territorios de Europa y por tanto de los mercados, y con el incremento de los impuestos y la pérdida del poder adquisitivo de la población.En las finanzas públicas, los gastos aumentaban tanto por las Cortes como por las constantes guerras. El estado cayó en bancarrota, además el recurso de la plata y el oro americanos fue cada vez más difícil.
LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS
Durante el reinado de Felipe II, la monarquía anuló todos los particularismos étnico-religiosos de los moriscos. Se les acusaba de connivencia con los ataques berberiscos y turcos en las costas mediterráneas. Su situación empeoró al aumentar los impuestos sobre las seda y al expropiarles progresivamente las tierras que cultivaban. En 1566 se les prohibió el uso de su lengua, su forma de vestir y sus tradiciones. Los moriscos intentaron negociar con el rey un pago de dinero a cambio de conservar su estatus tradicional pero rechazó la propuesta. Los moriscos andaluces dirigidos por Aben Humeya protagonizaron una insurrección en 1568, esta revuelta fue sofocada casi dos años después por el hijo natural de Carlos I.En abril de 1609, en la época de Felipe III, se decretó la expulsión de los moriscos. Más de 300 000 personas tuvieron que abandonar el país y la mayoría se dirigió al norte de África. A partir de su marcha, se derivaron consecuencias económicas muy graves para la agricultura y la artesanía, sobre todo en Levante y Aragón. La expulsión se llevo a cabo mediante la emisión de decretos en los que decían que los moriscos tienen que abandonar sus casas y tenían que ir a donde les ordenen, además, las casas abandonadas serán entregadas a los señores cuyos vasallos eran.
LOS VALORES DOMINANTES EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII
Estos valores fueron:
El mantenimiento de una mentalidad aristocrática, puesto que en vez de estimular las actividades productivas, los bienes estaban destinados a pagar las empresas imperiales de la monarquía y a consolidar un modelo social nobiliario en el que los capitales se dedican a la compra de tierras, casas o gastos suntuarios.
La sociedad se caracterizó por la polarización, es decir, por la existencia de grupos que ocupaban los cargos públicos. Disponían de recursos y mantenían una vida ociosa y, por otro lado, una gran parte de la población empobrecida compuesta por campesinos sin tierras, artesanos depauperados y pordioseros y vagabundos. La mayoría de la población vivía de rentas, como los señores y el trabajo manual se consideraba una actividad plebeya. En conclusión, los nobles, hidalgos o pícaros estaban en detrimentos de los verdaderamente productivos: campesinos, artesanos y comerciantes. Hay una mentalidad religiosa ya que es una sociedad dominada por la Iglesia donde se persigue la disidencia religiosa. Esa obsesión por la uniformidad religiosa se tradujo en una uniformidad étnica (limpieza de sangre).
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