17 Ago
Durante el reinado de Alfonso XIII, concretamente desde 1917, el régimen de la Restauración entró en
crisis. En los años siguientes era complicado formar mayorías en el Parlamento, ocasionando crisis de
Aumentó la conflictividad social con huelgas, violencia patronal y reacción armada de los
anarcosindicalistas… A ello se uníó en 1921 el desastre de Annual. Durante el 1923 se estaba conspirando
contra el Gobierno, desde dos movimientos distintos. Uno vinculado a la desaparición de las Juntas de
Defensa de Barcelona; y otro desde Madrid, que buscaba instaurar un gobierno fuerte, manteniendo la
Constitución y la monarquía. El capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, contactó con los
segundos, cuando en Junio pidió en Madrid plenos poderes para luchar contra el terrorismo en Barcelona,
al negárselo se convirtió en enlace de ambos y jefe de la sublevación.
El 13 de Septiembre de 1923 Primo de Rivera dio un Golpe de Estado, que fue reconocido por Alfonso
XIII mandándole formar gobierno sin contar con el Parlamento. El nuevo régimen recibíó el apoyo de la
burguésía, del Partido Socialista y la UGT. Primo de Rivera, afirmaba no pretender establecer un régimen
definitivo. De 1923 a 1925, se desarrolla la etapa del Directorio Militar. Se proclamó el Estado de guerra
(casi dos años), Primo de Rivera disolvíó las Cortes, suspendíó la Constitución, sustituyó los gobernadores
civiles por militares, publicó el Decreto de Incompatibilidades, paró el expediente Picasso, creó el
Somatén Nacional, disolvíó la Mancomunidad de Cataluña, persiguió el radicalismo vasco (PNV), además de
surgir la creación de un partido político. La Uníón Patriótica, (Sin ideología definida y con Apoyo al
dictador). Tras una etapa de abandono, los ataques rifeños a las posiciones españolas (1924) y las
conversaciones con Franco y Sanjurjo, le animaron a acabar con el conflicto. Se preparó un potente
ejército, que se uníó al francés, desembarcó en la bahía de Alhucemas en Septiembre de 1925, y tras
semanas de batallas, Abd-el-Krim se entregó. El éxito conseguido le reconcilió con el Ejército.
En Diciembre de 1925 se constituyó el Directorio Civil. Tras los éxitos económicos y políticos, Primo de
Rivera intentó consolidar el régimen a imitación del fascismo italiano. Convocó una Asamblea Nacional
Consultiva (copia del Gran Consejo Fascista italiano) formada por miembros de la Uníón Patriótica, que
llegaría a presentar un anteproyecto de Constitución e 1929 que no llegó a promulgarse.
En esta etapa de bonanza económica, siguió en suspenso la Constitución y legislando por decreto.
Colaboraron representantes de la oligarquía tradicional, nuevos políticos civiles como J. Calvo Sotelo
junto a militares como Martínez Anido. Se acometíó la ejecución de obras públicas (carreteras,
ferrocarriles…) una reforma fiscal que introducía la declaración sobre la renta, y creación de monopolios
estatales (Telefónica, CAMPSA…).
En política social, se pretendía, como en el fascismo italiano, eliminar los conflictos laborales mediante la
intervención del Estado, integrando a los sectores moderados del movimiento obrero y reprimiendo a los
más radicales. Para ello se creó la Organización Corporativa Nacional, con representación de obreros y
empresarios, pero bajo control estatal, que se ocuparía de la negociación entre patronos y trabajadores.
Sus objetivos eran fijar el salario mínimo, las condiciones de trabajo, etc. El sindicato UGT se prestó a
colaborar en un principio, aunque más tarde se retiró, y la CNT se negó a participar. La oposición al
régimen fue aumentando con el paso del tiempo, abarcando un abanico político cada vez mayor: – Los
republicanos fundaron la Alianza Republicana en la que se unieron los diversos partidos republicanos e
iniciaron una campaña en el exterior contra la dictadura. – Los nacionalistas catalanes se movilizaron
contra el centralismo. Algunos intelectuales como Unamuno, Ortega y Gasset, Azorín, Blasco Ibáñez, etc.
manifestaron públicamente su oposición a la dictadura. La oposición universitaria fue tan grande que la
Universidad de Madrid se cerró en 1929.
Cada vez más aislado políticamente, el 28 Enero 1930 Primo de Rivera presenta la dimisión al Rey. En el
final del reinado de Alfonso XIII (1930-1931), el rey decidíó restablecer el viejo sistema parlamentario,
pero los dos gobiernos que se sucedieron ni restablecieron la Constitución de 1876 ni convocaron
elecciones generales. El rey encargó formar gobierno al general Dámaso Berenguer; pero la complicidad
del Rey con la dictadura, impulsó el crecimiento republicano, y las fuerzas políticas republicanas firmaron
el Pacto de San Sebastián, con un comité revolucionario al que se unieron PSOE y UGT. Tras la dimisión
de D. Berenguer, el nuevo gobierno del almirante Aznar convocó elecciones municipales el 12 de Abril.
Acudieron en coalición los firmantes del Pacto de San Sebastián, con un resultado favorable que
desencadenó la abdicación del rey y la proclamación de la II República.
crisis. En los años siguientes era complicado formar mayorías en el Parlamento, ocasionando crisis de
Gobierno
Aumentó la conflictividad social con huelgas, violencia patronal y reacción armada de los
anarcosindicalistas… A ello se uníó en 1921 el desastre de Annual. Durante el 1923 se estaba conspirando
contra el Gobierno, desde dos movimientos distintos. Uno vinculado a la desaparición de las Juntas de
Defensa de Barcelona; y otro desde Madrid, que buscaba instaurar un gobierno fuerte, manteniendo la
Constitución y la monarquía. El capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, contactó con los
segundos, cuando en Junio pidió en Madrid plenos poderes para luchar contra el terrorismo en Barcelona,
al negárselo se convirtió en enlace de ambos y jefe de la sublevación.
El 13 de Septiembre de 1923 Primo de Rivera dio un Golpe de Estado, que fue reconocido por Alfonso
XIII mandándole formar gobierno sin contar con el Parlamento. El nuevo régimen recibíó el apoyo de la
burguésía, del Partido Socialista y la UGT. Primo de Rivera, afirmaba no pretender establecer un régimen
definitivo. De 1923 a 1925, se desarrolla la etapa del Directorio Militar. Se proclamó el Estado de guerra
(casi dos años), Primo de Rivera disolvíó las Cortes, suspendíó la Constitución, sustituyó los gobernadores
civiles por militares, publicó el Decreto de Incompatibilidades, paró el expediente Picasso, creó el
Somatén Nacional, disolvíó la Mancomunidad de Cataluña, persiguió el radicalismo vasco (PNV), además de
surgir la creación de un partido político. La Uníón Patriótica, (Sin ideología definida y con Apoyo al
dictador). Tras una etapa de abandono, los ataques rifeños a las posiciones españolas (1924) y las
conversaciones con Franco y Sanjurjo, le animaron a acabar con el conflicto. Se preparó un potente
ejército, que se uníó al francés, desembarcó en la bahía de Alhucemas en Septiembre de 1925, y tras
semanas de batallas, Abd-el-Krim se entregó. El éxito conseguido le reconcilió con el Ejército.
En Diciembre de 1925 se constituyó el Directorio Civil. Tras los éxitos económicos y políticos, Primo de
Rivera intentó consolidar el régimen a imitación del fascismo italiano. Convocó una Asamblea Nacional
Consultiva (copia del Gran Consejo Fascista italiano) formada por miembros de la Uníón Patriótica, que
llegaría a presentar un anteproyecto de Constitución e 1929 que no llegó a promulgarse.
En esta etapa de bonanza económica, siguió en suspenso la Constitución y legislando por decreto.
Colaboraron representantes de la oligarquía tradicional, nuevos políticos civiles como J. Calvo Sotelo
junto a militares como Martínez Anido. Se acometíó la ejecución de obras públicas (carreteras,
ferrocarriles…) una reforma fiscal que introducía la declaración sobre la renta, y creación de monopolios
estatales (Telefónica, CAMPSA…).
En política social, se pretendía, como en el fascismo italiano, eliminar los conflictos laborales mediante la
intervención del Estado, integrando a los sectores moderados del movimiento obrero y reprimiendo a los
más radicales. Para ello se creó la Organización Corporativa Nacional, con representación de obreros y
empresarios, pero bajo control estatal, que se ocuparía de la negociación entre patronos y trabajadores.
Sus objetivos eran fijar el salario mínimo, las condiciones de trabajo, etc. El sindicato UGT se prestó a
colaborar en un principio, aunque más tarde se retiró, y la CNT se negó a participar. La oposición al
régimen fue aumentando con el paso del tiempo, abarcando un abanico político cada vez mayor: – Los
republicanos fundaron la Alianza Republicana en la que se unieron los diversos partidos republicanos e
iniciaron una campaña en el exterior contra la dictadura. – Los nacionalistas catalanes se movilizaron
contra el centralismo. Algunos intelectuales como Unamuno, Ortega y Gasset, Azorín, Blasco Ibáñez, etc.
manifestaron públicamente su oposición a la dictadura. La oposición universitaria fue tan grande que la
Universidad de Madrid se cerró en 1929.
Cada vez más aislado políticamente, el 28 Enero 1930 Primo de Rivera presenta la dimisión al Rey. En el
final del reinado de Alfonso XIII (1930-1931), el rey decidíó restablecer el viejo sistema parlamentario,
pero los dos gobiernos que se sucedieron ni restablecieron la Constitución de 1876 ni convocaron
elecciones generales. El rey encargó formar gobierno al general Dámaso Berenguer; pero la complicidad
del Rey con la dictadura, impulsó el crecimiento republicano, y las fuerzas políticas republicanas firmaron
el Pacto de San Sebastián, con un comité revolucionario al que se unieron PSOE y UGT. Tras la dimisión
de D. Berenguer, el nuevo gobierno del almirante Aznar convocó elecciones municipales el 12 de Abril.
Acudieron en coalición los firmantes del Pacto de San Sebastián, con un resultado favorable que
desencadenó la abdicación del rey y la proclamación de la II República.
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