10 Sep

TEMA IV


CONSTITUCIONALISMO FRANCÉS. SIGLOS XVI Y XVII

  1. LAS GUERRAS DE RELIGIÓN

    Francia va a convertirse en escenario de un intenso conflicto constitucional con motivo de las guerras de religión (1559-1594) que asolan el país en la segunda mitad del Siglo XVI. Estas guerras se inician tras la paz de Cateau-Cambresis (1559), cuando el rey
    Enrique II desencadena una persecución del calvinismo, amparándose en el principio de uniformidad: “una fe, una ley, un rey (une foi, une loy, un roy). A la muerte de Enrique en 1560, su viuda Catalina de Medicis domina la escena política francesa durante décadas, en las que reinan sucesivamente sus tres hijos Francisco II (+ 1560); Carlos IX (1574) y Enrique III (1589).

El episodio más conocido de esta Guerra Civil es la trágica Noche de San Bartolomé (1572), en la que se produce una gran masacre de hugonotes (calvinistas), provocando una fuerte radicalización de la lucha entre los católicos, liderados por el Duque de Guisa y los hugonotes, dirigidos por el Príncipe de Condé, que son ambos asesinados. Tras el asesinato también de Enrique III, la dinastía de los Valoisqueda sin sucesor, por lo que se propone para el trono al hugonote Enrique,rey de Navarra, de la casa Borbón, que en 1593 es nombrado heredero legítimo y accede a la corona como Enrique IV tras su conversión al catolicismo (“París bien vale una misa”).

En 1598 mediante el Edicto de Nantes, que proclama la libertad de conciencia y de culto, y la igualdad política entre católicos y protestantes, se pone fin a un conflicto de enorme complejidad en el que las cuestiones religiosas se entremezclan con las políticas.

  1. DOCTRINAS ANTIMONÁRQUICAS:


FRANÇOís HOTMAN (1524-1590)

 La idea de la CONSTITUCIÓN MIXTA creada por los antiguos en respuesta a la crisis de la comunidad política se basaba en la búsqueda de un equilibrio entre las pretensiones de las distintas fuerzas sociales con el fin de que todos pudiesen reconocerse en una misma realidad política. Idea que había sido retomada en la época medieval, pero con objetivos distintos, pues ya no se persigue la legitimación de los poderes públicos, sino su limitación.

En los siglos XVI y XVII esta concepción entrará en declive, porque su carácter plural entra en contradicción con el creciente poder normativo de los monarcas y sus tendencias al  absolutismo.
No obstante, todavía seguirá viva como instrumento de oposición a las corrientes centralizadoras y absolutistas de los monarcas. Esta va a ser la bandera que enarbolarán los principales ideólogos hugonotes en su lucha contra la monarquía católica de los Valois.

El líder de esta corriente será Françoís HOTMAN, autor de origen alemán y defensor de las posiciones calvinistas. En su más conocida obra, Franco Gallia tras una aparente investigación erudita sobre la historia de las instituciones francesas, realiza un duro ataque a la monarquía católica.

Propone una vuelta a una supuesta constitución histórica, que hundiría sus raíces desde la época de los galos y los francos, en la que el Rey estaría limitado no solo por: a) las leyes dinásticas;
B) la inalienabilidad de los  bienes de la Corona, sino, sobre todo, por la  obligación de tratar del bien común en presencia de los Estados Generales, que seríanlos custodios de la Constitución (politia), la cual define como el conjunto de las instituciones y las costumbres del reino confirmadas en el transcurso de los tiempos.

Su planteamiento sigue siendo de raíz medieval, pues defiende la supremacía de la comunidad política.
Pero la gran novedad reside en que la Constitución es convertida en un arma contra el rey ycontra sus pretensiones de dominio político.

Pero aun va más allá. Si la reconstrucción de la antigua constitución no permitiese encontrar rey justo, el pueblo estaría legitimado para recuperar todo el poder originario, porque existe antes que el rey y puede existir sin él. Una afirmación que entonces era  revolucionaria y de una gran modernidad.

VINDICIAE CONTRA TYRANNOS (1579)

Insistiendo en esta línea, en 1579 aparecerá con este título una obra publicada con seudónimo de autoría incierta. Su afirmación del carácter originario del poder del pueblo será aun más radical que la de Hotman, al sostener que es posible pensar en el cuerpo político sin la presencia del príncipe. No obstante, se mantiene la alusión a la Constitución como criterio de ordenación del pueblo.

Por ello, el rey debe prestar un juramento, comprometíéndosea reconocer el derecho correspondiente a cada individuo, y a conservar los derechos, privilegios y leyes de Francia. En contrapartida, el pueblo jura obediencia al rey a condición de que cumpla su compromiso.

Esto lleva a un avance en la configuración del Derecho de resistencia, del que se dice que pertenece al pueblo en su conjunto, aunque lo ejerce a través de los oficiales inferiores y los Estados Generales, estando prohibida la acción directa de los particulares, a no ser que ya se haya caído en el estado de tiranía. Se está preparando ya una teoría del tiranicidio.

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