12 Ene

Pronóstico de la Parálisis Cerebral

El pronóstico evolutivo de la parálisis cerebral incluye aspectos concretos, como la capacidad de marcha, y otros más globales, como la calidad de vida. Se han postulado numerosas relaciones entre dichos aspectos y el resultado final, según cada especialidad o disciplina específica. El pronóstico evolutivo de la parálisis cerebral incluye aspectos concretos (ej. La capacidad de marcha) con inclusión de la cinemática del plano coronal, sagital y transversal y la incorporación de otros parámetros cinéticos y electromiograma de valoración, sea una práctica habitual en la consulta clínica para determinar las opciones y resultados de tratamiento.

Aunque no exista una correlación inequívoca entre los hallazgos de neuroimagen y el riesgo de desarrollar una parálisis cerebral, cada vez se dispone de más información. Por ejemplo, la resonancia magnética (RM) con técnica de difusión y espectroscopia realizada en niños a término con pérdida de bienestar fetal entre 1 y 7 días tras la lesión posee una gran sensibilidad diagnóstica para la encefalopatía hipóxico-isquémica. La leucomalacia periventricular observada a término en los niños prematuros es un factor de riesgo de parálisis cerebral, aunque existen falsos positivos y negativos. Actualmente, se cree que es clave la corona radiada por encima del brazo posterior de la cápsula interna. Trabajos recientes afirman que las lesiones a este nivel, valoradas en D1 en cortes coronales, predicen parálisis cerebral con una sensibilidad del 100% y una especificidad del 97%.

Pronóstico de Deambulación

En cuanto al pronóstico de deambulación, que suele ser la principal demanda de los padres, pueden considerarse varios aspectos, afirmando de manera general que:

  • En función de la forma clínica, los porcentajes de niños que caminarán son los siguientes:
    • Hemiparesias: 100% a la edad de 3 años.
    • Diparesias espásticas: 65-80% mayoritariamente hacia los 3 años, con o sin dispositivos ortopédicos.
    • Tetraparesias espásticas: menos del 50%.
    • Formas discinéticas: 70-75%, aunque pueden conseguirlo muy tardíamente, incluso a los 15 años.
    • Ataxias: casi el 100%.
  • En función de la valoración clínica a los 2 años, la marcha libre es poco probable si existe persistencia marcada de reflejos arcaicos, espasmos extensores o ausencia de reacción de paracaídas. Es casi segura si están presentes las reacciones de paracaídas, sedestación autónoma, acceso a sedestación desde prono y gateo recíproco.
  • Respecto a los reflejos y reacciones posturales, Bleck preconiza que cualquiera que tenga persistencia de dos de los siguientes signos no alcanzará la marcha: reflejo tónico simétrico, reflejo tónico asimétrico, reacción positiva de soporte, reflejo de Moro, reflejo de enderezamiento primitivo del cuello, ausencia de la reacción de paracaídas o ausencia de la reacción de colocación (escalón).

También existen índices desarrollados para mejorar las indicaciones quirúrgicas, en función de si tiene capacidad de adquisición de marcha y a qué edad.

Tratamiento de la Parálisis Cerebral

Consideraciones Previas

Diversos autores hacen notar que los cambios en la rehabilitación parecen ir más lentos que en el resto de las disciplinas, quizá porque no existe la sensación de urgencia y porque las consecuencias de hacer o no ejercicios no son tan evidentes como las de tomar o no una medicación o efectuar una intervención invasiva en un momento dado.

La mayoría de los problemas, como los de la prematuridad, han sido discutidos en grandes foros y se ha avanzado en ellos. Sin embargo, los dilemas éticos en la rehabilitación infantil rara vez se han tratado. Por ejemplo, ¿es ética la aplicación de tratamientos que no están basados en la medicina de la evidencia?

La enorme variabilidad en la aplicación de las terapias físicas en los diferentes lugares indica que es muy difícil incorporar esta práctica con niveles razonables de evidencia. A pesar de ello, y de la escasa evidencia de la mayoría de las terapias físicas, numerosos autores defienden que no se puede simplemente negar a los niños la posibilidad del derecho a la intervención terapéutica, en aras de mejorar estrategias metodológicas, que si bien son necesarias para la generación de conocimiento científico de calidad, en muchas ocasiones se alejan de las necesidades reales de las personas.

Por otra parte, el modelo de terapias y la actitud ante ellas han cambiado en los últimos años, derivando hacia terapias integradas con estrategias que promuevan la actividad y la participación en la vida cotidiana, así como terapias intensivas y complejas puntuales que desarrollan el inherente potencial de adaptación y recuperación debido a la plasticidad neuronal.

Objetivos y Equipo Interdisciplinar

El objetivo del tratamiento en la parálisis cerebral no es la curación, sino la adquisición y el aumento de la funcionalidad y de capacidades como el desplazamiento, el desarrollo cognitivo, la interacción social y la independencia.

La atención al niño con parálisis cerebral tiene tres líneas: terapias para el trastorno motor, prevención de las repercusiones secundarias y tratamiento de los trastornos asociados.

Los mejores resultados se obtienen tras tratamientos continuados y consensuados. Dichos tratamientos precisan un equipo interdisciplinar formado por: neonatólogo, neuropediatra, médico rehabilitador, cirujano ortopédico, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, logopeda, trabajador social, psicólogo y educador. Dicho equipo se planteará objetivos globales en el paciente y no el tratamiento específico de un único signo o síntoma.

Los programas terapéuticos incluyen terapias físicas, de comportamiento, farmacológicas, ayudas técnicas y manejo de las complicaciones médicas asociadas. También se procura la mejora de la interacción entre paciente y cuidador, a la vez que se realiza educación sanitaria y soporte a la familia.

En los niños clasificados en niveles I, II y III de la escala Gross Motor Function Classification System (GMFCS), los objetivos rehabilitadores deben anticiparse y adaptarse al conocido pronóstico de consecución de la marcha, con diferentes niveles de calidad. Objetivos específicos son: mejora de la alineación que disminuya las desviaciones durante la marcha, aumento del rango articular, aumento de la fuerza y disminución de cualquier factor de riesgo que pueda interferir con la marcha.

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