13 May
Lenguaje y mundo:
La concepción del mundo que ofrece el Tractatus se apoya en el atomismo lógico de Russell según el cual el mundo está constituido por elementos primarios que llama átomos lógicos, que entiende como reales, pero que llama de esta manera porque son obtenidos por el análisis lógico, no por el análisis físico. “El mundo, así comienza (tesis 1) el Tractatus, es todo lo que es el caso”, y lo que es el caso, lo que acaece, son los hechos; por ejemplo, “está nublado” o “la mesa es verde”, son hechos. Hay hechos y cosas u objetos; éstos se dan en relación con otros constituyendo hechos; por ejemplo: “el reloj” y “la mesa” son cosas, pero “el reloj está encima de la mesa es un hecho”.
Las cosas existen, sólo en los hechos, formando parte de ellos, afirmando que “el mundo se descompone en hecho”. Dos cuestiones a considerar: a) qué tipos de relaciones se establecen entre los hechos, b) de qué depende el que las cosas u objetos se relacionen entre sí para constituir los hechos. a) Los hechos pueden ser simples o atómicos (por ejemplo, “llueve”) o complejos o moleculares (por ejemplo, “llueve y es viernes”).
Los hechos complejos dependen de los atómicos, se constituyen por las relaciones lógicas que se establecen entre los hechos atómicos, por lo que su verdad o falsedad depende de éstos y de la forma lógica que adopten. En el mundo no hay, necesidad; los hechos, acaecen o no acaecen. Si hay determinismo o no lo hay, si hay necesidad en el acontecer en sí de las cosas no es una cuestión que concierna a la lógica. En otras palabras, que acaezca un hecho o no acaezca no es una cuestión lógica. b) Los hechos atómicos son una combinación de objetos o cosas. ¿De qué depende que las cosas u objetos se combinen entre sí dando lugar a los hechos? En los objetos distinguimos dos tipos de propiedades: internas y externas.
Las propiedades internas son aquéllas cuya ausencia en el objeto resultan inimaginables, como: en el lápiz son propiedades internas: dimensiones, peso, movimiento; no lo son: inteligencia, musicalidad etc.; las propiedades internas determinan las posibilidades de combinación con otros objetos. Si conozco el objeto, conozco también todas las posibilidades de ocurrencia en estado de cosas.
Las propiedades externas son las que poseen los objetos una vez acaecido un hecho. Qué hechos acontecen, qué hechos son reales no es una cuestión de lógica, pero cuáles son posibles sí es una cuestión de lógica. El mundo consta de hechos atómicos, que, a su vez, consisten en una combinación de objetos, y la diversidad de los hechos depende de la posibilidad de combinación de objetos. Asimismo los hechos atómicos se relacionan con otros hechos según relaciones lógicas dando lugar a los hechos moleculares. De ahí que se afirme que los objetos son lo fijo, la sustancia del mundo y que la estructura que formen los hechos, la combinación que de hecho se establezca entre objetos, es lo aleatorio.
Dados los objetos es posible establecer el espacio lógico de todas sus combinaciones posibles, todos los posibles hechos atómicos. La posibilidad de combinación de objetos y, de los hechos es mayor que la de los que realmente acontecen. La realidad la constituyen tanto los hechos acaecidos como los posibles. El espacio lógico es así el producto de todos los mundos posibles, dentro de los cuales situamos también el real. La realidad no es, más que un espacio lógico: “El darse y no darse efectivos de estados de cosas es la realidad ¿Qué diferencia hay entre objetos y cosas?
Las cosas son entidades materiales, los objetos son elementos lógicos. Cosa y objeto sólo se identifican cuando la cosa forma parte de un hecho atómico. Los objetos son simples, pero los objetos de la experiencia ordinaria son complejos, una silla, consta de ciertos elementos más simples que es preciso entender, como patas, respaldo, etc. En la proposición los nombres están siempre por objetos, asegurando así la relación íntima entre lenguaje y mundo, y en relación con ella, la teoría figurativa del lenguaje.
El intermediario epistemológico entre mundo y lenguaje es la figuración que nos hacemos de los hechos, es decir, el pensamiento. La figura (Bild) o representación “es un modelo de realidad”.
La figura, figure con lo figurado tienen en común la forma lógica. La figura lógica de los hechos es el pensamiento, cuya perceptibilidad sensible es la proposición. El pensamiento interpreta la realidad, es una figura de la realidad. Cada pensamiento pinta o retrata un hecho y “la totalidad de los pensamientos verdaderos es una figura del mundo”. No podemos pensar nada ilógico, porque, de lo contrario, tendríamos que pensar ilógicamente. La proposición es la forma mediante la cual el pensamiento se hace perceptible sensiblemente.
Una figuralógica de un posible estado de cosas (hecho). Tal figuración se realiza mediante una combinación de nombres que describen un hecho. El libro está sobre la mesa, libro y mesa designan objetos, están en la proposición en lugar de los objetos, y sobre designa una relación entre aquellos objetos, de ahí que la proposición describa un hecho. Una proposición figura un hecho en virtud de su forma lógica. “El sentido de la proposición es su coincidencia y no coincidencia con las posibilidades de darse y no darse efectivos de los estados de cosas” “Si la proposición elemental es verdadera, el estado de cosas se da efectivamente; si la proposición elemental es falsa, es estado de cosas no se da efectivamente” “La proposición es una figura de la realidad: Pues conozco el estado de cosas representado por ella si comprendo la proposición. Y comprendo la proposición sin que me haya sido explicado su sentido”. La totalidad de las proposiciones con sentido es el lenguaje, es una figura de la realidad. Entendemos la proposición con el simple análisis de los términos porque las propiedades internas de los objetos determinan las posibilidades de combinación para formar los hechos y la proposición con sentido figura el hecho; a través del lenguaje conocemos, pues, el mundo.
El mundo en sí mismo carece de sentido. Es el lenguaje el que proporciona sentido al mundo. La estructura del lenguaje es la estructura del mundo que entendemos, decimos o comunicamos. Para Wittgenstein se da, una primacía del lenguaje sobre el mundo: el lenguaje es un modelo para la realidad. El lenguaje con sentido es el que figura la realidad. El lenguaje y el mundo se dan en el mismo espacio lógico. El problema kantiano de los límites y condiciones del conocimiento aparece ahora como el problema de lo que puede ser dicho con sentido, que determina, lo que no puede decirse. La investigación de la estructura del pensamiento y del conocimiento se identifica así con la estructura lógica del lenguaje. De ahí que el límite de mi lenguaje sea el límite de mi mundo.
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