13 Ene

La Trayectoria poética de Rubén Darío


La lírica modernista surge en América Latina en torno A 1880, donde se había iniciado una renovación estética caracterizada por su rechazo a la retorica grandilocuente del Romanticismo hispánico y por su reacción frente al materialismo y la deshumanización Del mundo moderno. Con este doble rechazo los jóvenes artistas Hispanoamericanos pretenden encontrar su propia identidad como poetas lejos de La tradición literaria española. Como fuente Inmediata los modernistas latinoamericanos acudieron a la poesía francesa, Especialmente al simbolismo y al parnasianismo;
Pero también recuperarán El Romanticismo europeo, más Trascendental e intimista que el desarrollado en España e Hispanoamérica. Entre Finales del Siglo XIX y principios del XX, el Modernismo se extendíó por toda Latinoamérica creando así una conciencia De comunidad literaria y cultural Desconocida hasta entonces.

Precursores del Modernismo latinoamericano son: los cubanos José Martí (Ismaelillo, Versos sencillos, Versos libres) y Julián del Casal, el colombiano José Asunción Silva y el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera.
Pero será con la obra de Leopoldo Lugones, Julio Herrara y Reissig, José Santos Chocano y, sobre todo, con Rubén Darío con quien el Modernismo Llegará a su plenitud.

La obra del poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) es la más representativa del espíritu Modernista y muestra la evolución de este movimiento desde un preciosismo formal de origen parnasiano, Propio de sus primeras obras, hasta alcanzar un tono más reflexivo y simbólico en las últimas. Entre sus Textos destacan: Azul, Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza.

La producción poética de Rubén Daría se inicia a una Edad temprana con Epístolas y poemas (1885). En estos versos amonesta a la Iglesia y a la tiranía e incita al progreso, a la Unidad centroamericana y a la democracia. Aparecen también sus dudas y miedos y El erotismo, temas recurrentes en su Obra.

Con la publicación en 1888 de Azul, libro que reúne composiciones en verso y en prosa, se ponen de manifiesto los pilares de la Nueva estética modernista en la que se renuevan tanto la métrica como el Vocabulario poético, se exalta la Grecia clásica, se prefieren ambientes Exóticos, y se advierte una acentuada preocupación por el ritmo y la Musicalidad de los versos.

Desde su propio título, Azul revela su filiación modernista en el uso de los símbolos entre los que destacan el color azul y el cisne.
El azul representa Para Darío el “color del ensueño, el color del arte”. Mientras que el cisne condensa dos significados Contrapuestos: para la mitología griega el cisne representa al amor carnal; para el Occidente cristiano Es el emblema de lo blanco, símbolo de la pureza ideal.

En 1896 Rubén Darío publica Prosas profanas (1896), libro con el que el Modernismo llega a su cenit.
Esta nueva estética se manifiesta en Su preferencia por los versos de arte Mayor (alejandrinos, dodecasílabos y eneasílabos), el uso de estrofas clásicas, tales como el soneto Y la silva y el empleo de recursos como la aliteración, Los paralelismos o las rimas internas. Algunos motivos, como El cisne, las flores, los vegetales o la luna se convierten a partir de la Publicación deeste títuloen elementos recurrentes de la poesía Modernista.

Prosas profanas continúa la línea de evasión aristocrática de la realidad que dominaba en Azul; pero también retoma la preocupación social carácterísticas de Sus primeros poemas (Epístolas y poemas, 1885). En sus versos Darío cuestiona qué es el arte, el amor, el tiempo, la religión… Pero el tema por excelencia de Prosas Profanases el del placer erótico Que, al igual que el amor, no excluye ni el sacrificio ni el dolor.

En 1905 se publica Cantos De vida y esperanza,obra de Madurez del poeta que en la que se atenúa la exuberancia formal de los títulos Anteriores situándose en la línea del Modernismo Intimista, más meditativo y menos esplendoroso. Junto a esta poesía Reflexiva y melancólica aparece también una poesía civil que reivindica los Valores de la vieja comunidad hispana frente al imperialismo estadounidense.

El poeta No ve ahora a España únicamente como Un símbolo del pasado colonial de su patria, sino como un principio que puede Dar unidad a Hispanoamérica. Aborda también temas de las civilizaciones precolombinas y a pesar de su admiración por Poe y Whitman se niega a admitir que la civilización estadounidense sea superior a la Hispana. Algunas composiciones expresan también su cansancio y amargura ante La vida transcurrida. La reflexión existencial de los versos que inician la Obra (“Yo soy aquel que ayer no más decía / el verso azul y la canción Profana”) se torna profundamente pesimista en el poema Lo fatal que pone fin a este poemario

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