05 May
Tema 4: El Teatro Español Anterior a 1936
El teatro a comienzos del Siglo XX muestra un vacío literario irrelevante para la cultura europea. El teatro estaba segmentado. El teatro español se resistía a las nuevas tendencias que se desarrollan en Europa durante esta época. Aunque algunos como Valle-Inclán o Unamuno se adelantaron con un teatro innovador, pero no tuvieron éxito. El gusto del público, se vería en las obras de Arniches y Benavente, representantes del teatro comercial.
En el teatro tradicional se encuentra un teatro poético, escrito en verso sobre temas históricos y exaltando valores de la nobleza. También un teatro cómico con el sainete y comedia costumbrista, se logró fama con los sainetes madrileños.
A su vez, se consolida el teatro de Benavente, un teatro realista y comedido. Comedido porque su teatro se caracteriza por la ausencia de conflictos graves y por ejercer una crítica a los vicios y defectos de la burguésía.
La excepción a estas comedias se encuentra en su obra
Los intereses creados. De los autores que más intentaron introducir un teatro innovador en España, destaca el noventayochista Unamuno, utilizo el método de conocimiento por medio de dramas esquemáticos.
También Azorín presenta innovaciones con un teatro antirrealista y sin conflictos. Pero en el teatro innovador son Valle-Inclán y García Lorca.
Teatro posterior a 1939 hasta finales del Siglo XX. Tendencias, autores y obras principales
Tras la Guerra Civil, el teatro era un teatro de propaganda, donde se vivieron unos años duros donde los escritores tienen dos opciones: el exilio o adaptarse a un país en división cultural, represión y censura. En el género teatral este panorama se ve en la falta de dramaturgos renovadores como Lorca y Valle-Inclán ya fallecidos.
El teatro, unos años antes, fue el espectáculo más preciado por el público. En el teatro posterior a la guerra se desarrollan unas tendencias similares a las de la novela y poesía.
En los años 50, aparece un teatro existencial, de “protesta y denuncia”. Se abordan los problemas de la sociedad española. Surgirán dos posturas: el posibilismo, defendido por Antonio Buero Vallejo dispuesto a atenuar la crítica o insinuarla a través del simbolismo para superar la censura; y el imposibilísimo, defendido por Alfonso Sastre, un teatro sin tapujos, agitador de conciencias y transformador de la dura realidad. A mediados de los 50 y en los 60, surgíó el teatro social-realista, con temas sobre la injusticia social, la explotación y las precarias condiciones de vida de los trabajadores.
Los años 70 vienen marcados por el experimentalismo: se define por su oposición al Realismo, por lo que tiene muchas dificultades para ser representado. Se basa en la escenografía, en técnicas audiovisuales, por encima del propio texto literario; la acción se distribuye en fragmentos que no constituyen una historia y los personajes tienen carácter simbólico. A finales de la década surgen grupos teatrales independientes que rechazan el teatro comercial y estrenan en locales alternativos. El espectáculo, la luz, la danza, el gesto o la música priman sobre el texto, que suele ser de creación colectiva, a partir del cual realizan diversas improvisaciones.
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