14 Abr
DICTADURA La dictadura es una forma de gobierno en la que un solo individuo ejerce el poder de forma totalitaria, imponiendo su voluntad e interés por la fuerza, prescindiendo de las leyes y suprimiendo las libertades fundamentales de sus ciudadanos. La dictadura presenta las siguientes carácterísticas: Profesa una ideología concreta, con aspiraciones hegemónicas y un programa autoritario que pretende imponer a toda la población. Un sistema dictatorial supone un intento por imponer una ideología unitaria, eliminando la libertad de conciencia y pretendiendo controlar espacios privados como la religión, la moral, la ideología política, etc. La dictadura utiliza todo el apartado medíático y lo pone a su disposición para adoctrinar a los ciudadanos. La dictadura supone por definición la defensa de una ideología de dominio y autoridad, en la que un individuo pretende conocer lo que es bueno para el pueblo e impone así, invocando al interés público, su propio interés y criterio. Los dictadores se presentan a sí mismos como los dirigentes bondadosos de una ciudadanía incapaz de tomar decisiones y de pensar por sí misma. Estas formas de gobierno suelen originarse como consecuencia de la supresión de un sistema de gobierno anterior tras un pronunciamiento militar o Golpe de Estado y suelen desarrollarse en determinadas condiciones sociales y económicas de inestabilidad. Implican el uso explícito y abusivo de la violencia como forma de control político. En la dictadura militar el poder es controlado por las fuerzas armadas impidiendo cualquier forma de control democrático. Se impone una ley marcial o estado de emergencia permanente, mediante el cual se suprimen las garantías legales y los derechos fundamentales. El poder dictatorial es trivial y azaroso, por lo que supone una gran dificultad legitimar la autoridad de un dictador y es difícil justificar las razones objetivas por las que un solo individuo parece conocer lo bueno para todos. Los argumentos clásicos para tratar de legitimar el poder del dictador pasan desde una pretendida divinidad a una encarnación de la voluntad de Dios. El poder dictatorial pretende justificarse como una manera de traer la estabilidad política, económica y social a la nacíón, de rescatarla de supuestas amenazas externas o internas, o de otras ideologías a las que presenta como peligros para la nacíón. Al tiempo, presenta a las instituciones democráticas como incompetentes e ineficaces. En las dictaduras se suprime cualquier tipo de disidencia u opinión contraria al régimen establecido. Las asociaciones ciudadanas son consideradas peligrosas para el Estado, el pensamiento opositor es reducido y silenciado empleando la tortura, la cárcel o métodos como la policía secreta. Ejemplos de dictaduras fueron el nazismo alemán, el fascismo italiano y el franquismo español. También encontramos dictaduras en el Siglo XX en países como Argentina, Chile o Cuba. En la actualidad persisten sistemas dictatoriales en países como Corea del Norte, Siria, Libia o Sudán, entre otros. 13 5. PROBLEMAS QUE PLANTEAN LOS SISTEMAS DEMOCRÁTICOS ACTUALES. La filosofía ha sido tradicionalmente crítica con la democracia, ya sea por considerarla un sistema perjudicial o por estimarla un tipo de gobierno ideal pero imposible en la práctica. Sin embargo, en la actualidad, la democracia ha resultado ser el sistema político triunfante en las sociedades occidentales. Esto ha sido posible debido a un cambio en nuestra concepción de la democracia, rebajando las expectativas y ajustándolas a la realidad mediante un sistema de representación indirecta. La democracia así planteada se ha revelado como la mejor de las vías ensayadas hasta el momento para conseguir equilibrar los derechos y libertades de los ciudadanos con una autoridad que haga posible la estabilidad social. Aun así, nuestra democracia actual no está exenta de problemas, lo que nos lleva más a considerarla como la “menos mala” de las formas de gobierno que la filosofía ha planteado hasta el momento. Robert A. Dahl (1915-2014) plantea en su obra La democracia y sus críticos que ningún país actual posee una auténtica democracia ya que su realización efectiva plantea numerosas dificultades. Dahl destaca los cuatro siguientes problemas: 1. ¿Quién forma parte del pueblo? El concepto de democracia presupone la soberanía de todo el pueblo, es decir, que todos los individuos que habitan dentro del territorio de un Estado sean considerados ciudadanos. Esto es así en teoría, pero en la práctica el concepto de nacionalidad es complejo y restrictivo, poco adecuado para nuestras actuales sociedades pluriculturales en las que los desplazamientos de población de un Estado a otro son constantes. El concepto clásico de ciudadano discriminaba a la mayoría de la población, pues las mujeres, esclavos, niños, extranjeros y pobres no eran considerados ciudadanos. Nuestro concepto actual de ciudadanía es más abierto, pero continua planteando restricciones ambiguas, como la edad necesaria para ser considerado ciudadano (la mayoría de edad) o la concesión de la nacionalidad. 2. ¿Qué es la voluntad popular? Nuestras sociedades actuales son muy complejas y existen en ellas multitud de intereses diferentes y contrapuestos. ¿Cómo es posible saber entonces cuál es el interés general de la población? La orientación de la política hacia el bien común es uno de los ideales de la filosofía y la aspiración de toda la práctica política, pero la idea de bien común continúa siendo muy problemática pues existe el peligro de identificar la voluntad popular con los intereses de una minoría poderosa, o de renunciar directamente al cumplimiento de los intereses generales y considerar la sociedad como la mera suma de intereses individuales en competencia.
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