08 Nov
El Teatro Innovador de Valle-Inclán
El abismo entre el teatro analizado hasta ahora y la producción dramática de Valle-Inclán es hondo e insalvable. La originalidad audaz de Valle, sus planteamientos radicales y sin concesiones, la riqueza y expresividad de su lenguaje, lo distinto de sus temas y de su estética explican que sus obras permanecieran fuera de los escenarios de su tiempo, relegadas a ser teatro para leer. Sin embargo, hoy se le considera como un autor que supo ver más allá de su tiempo y sus creaciones, en la actualidad representadas con frecuencia, incluyen aún desafíos que no siempre son salvados con facilidad.
Biografía de Ramón del Valle-Inclán
Ramón del Valle Peña, nombre real del escritor, nació en Villanueva de Arosa en 1866. Comenzó a estudiar Derecho, pero abandonó la carrera por problemas familiares. En 1892 viaja a México; el año anterior había comenzado a firmar sus colaboraciones periodísticas con el seudónimo de Valle-Inclán. En 1895 se instala en Madrid, donde pronto se convierte en un personaje polémico y famoso entre la bohemia de la capital por sus excentricidades. En 1899, tras una riña con el periodista Manuel Bueno, pierde su brazo izquierdo. En 1907 se casa con Josefina Blanco. En 1916 es invitado como corresponsal de guerra al frente francés. Encarcelado en 1929 por su oposición a Primo de Rivera, durante la República se le nombra director de la Academia Española de Roma, pero pronto renuncia. La muerte le llegó en Santiago de Compostela el 5 de enero de 1936.
A pesar de la frialdad de estos datos reales, la biografía de Valle está salpicada de anécdotas y tabulaciones, verídicas o inventadas por otros o por él mismo, que la hacen sumamente atractiva.
Valle-Inclán y la Generación del 98
La adscripción de Valle a la Generación del 98 es muy discutible, su evolución ideológica y estética no tiene apenas puntos en común con los noventayochistas. Valle fue mucho más radical que ellos en su crítica de la sociedad, de la cultura y de la política. Su inagotable búsqueda artística le llevó de su inicial modernismo decadente a la creación de un género personal: el esperpento.
El Teatro de Valle-Inclán
El Modernismo Decadente
Al igual que en su labor novelística, el primer teatro de Valle se inscribe en la corriente modernista, en su faceta más decadente. Los temas de evasión, el estilo brillante y la actitud rebelde se encuadran en unas obras idealizadas y estetizantes, que resultan convencionales y retóricas. Títulos como El yermo de las almas, Cuento de abril y Voces de gesta representan esta vía fracasada de combatir el teatro al uso.
El Ciclo Mítico
Valle prueba a la par otros caminos. El ciclo mítico, para el que crea un espacio galaico, con las Comedias bárbaras, una trilogía formada por Águila de blasón, Romance de lobos y la tardía Cara de plata. La Galicia mítica y rural es el marco en el que se desarrollan estas historias. En ellas, los personajes, ya sean hidalgos, mendigos o seres tarados, actúan gobernados por instintos y pasiones violentas y primitivas, en un clima donde las supersticiones y los mitos desempeñan un papel fundamental. Los episodios truculentos se suceden con un ritmo vertiginoso, ayudado por los continuos cambios de escenario y la abundancia de personajes. La culminación de este ciclo es Divinas palabras. Seres diabólicos, irracionales y monstruosos pueblan esta obra, en la que la avaricia y la lujuria desencadenan todos los conflictos. El argumento nos sitúa de nuevo en los caminos y aldeas de Galicia. La disputa entre Mari-Gaila y su cuñada Marica del Reino por exhibir al enano hidrocéfalo Laureaniño para conseguir dinero, se mezcla con los coqueteos lujuriosos de Mari-Gaila y Séptimo Miau, que ponen la honra del marido de aquélla, el sacristán Pedro Gailo, en boca de las comadres del pueblo.
El Ciclo de las Farsas
Simultáneamente, Valle-Inclán desarrolla el ciclo de las farsas, para el que crea un espacio dieciochesco, donde lo grotesco y la caricatura convierten a los personajes en fantoches y marionetas ridículas: Farsa infantil de la cabeza del dragón, La marquesa Rosalinda, Farsa italiana de la enamorada del Rey y Farsa y licencia de la Reina Castiza, las dos de 1920, pintan un retablo satírico y despiadado de la España isabelina.
El Esperpento: Una Nueva Forma de Ver el Mundo
En ese mismo año de 1920, Valle-Inclán encuentra la fórmula en la que cuajan las líneas anteriores: el esperpento, situado en un espacio contemporáneo. Con la primera versión de Luces de bohemia, Valle da nombre a un género literario propio, basado en la deformación sistemática de personajes y valores, con la que ofrece una denuncia de la sociedad española contemporánea. Lo esperpéntico es una manera de ver el mundo, un reflejo deformado de una realidad ya deformada, que nos revela el verdadero rostro de la vida española. Los personajes son seres grotescos en un mundo grotesco, semejantes a marionetas ridículas y de pesadilla, aunque en ocasiones el autor tenga un gesto de ternura hacia ellas.
He aquí dos de las formulaciones del esperpento puestas por el autor en boca de algunos de sus personajes.
Otros rasgos formales de los esperpentos son:
- El uso de contrastes: entre lo doloroso y lo grotesco, lo trágico y lo cómico.
- La riqueza del lenguaje, cuidadosamente elaborado y muy personal, en el que hay una estilización de registros diferentes.
- Las acotaciones teatrales, muy literarias, que adquieren valor en sí mismas.
- Los numerosos personajes y los continuos cambios de espacio y tiempo entre las escenas.
Obras Esperpénticas
Las obras esperpénticas incluyen novelas como Tirano Banderas o la serie de El ruedo ibérico. El teatro esperpéntico agrupa a la mencionada Luces de bohemia y la trilogía Martes de carnaval, integrada por Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán. Por la misma época compone Valle las piezas breves agrupadas bajo el título de Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, influidas por el esperpento, aunque el autor no las denomine así.
El Legado de Valle-Inclán
El valor literario de los esperpentos hay que buscarlo en la ruptura que, paralela a la de las vanguardias, representan frente a la tradición, en su entronque con el expresionismo europeo y en su nexo con posteriores reflexiones teatrales de Brecht y del teatro del absurdo: Valle fue un precursor y un guía del moderno teatro crítico.
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