09 Mar
La estructura económica y financiera de la empresa
Entre los objetivos de la función financiera está garantizar el equilibrio financiero de la empresa.
Para aclarar el significado de este objetivo utilizaremos el balance de situación, que es un documento que refleja la situación económica y financiera de la empresa en un momento determinado.
Análisis de la estructura del balance Si se observa el balance de esta empresa (en miles de euros), puede reconocerse en él una doble estructura:
Estructura económica
En el activo se recoge lo que la empresa posee (maquinaria, mobiliario, existencias, edificios, etc.), es decir, nos muestra la relación de los elementos patrimoniales que la empresa ha ido adquiriendo para poder funcionar; por eso el activo se llama también estructura económica.
Desde este punto de vista, el activo es una combinación de factores productivos de los cuales algunos tienen un carácter permanente en la empresa (activo no corriente o inmovilizado) y otros tienen un carácter funcional que se renueva continuamente (activo corriente).
Estructura financiera
En el neto y el pasivo se recogen las distintas fuentes de financiación que utiliza la empresa, es decir, en ellos se nos informa sobre cuál es el origen de los fondos utilizados (fuentes de financiación).
En esta estructura, según el carácter más o menos estable de los recursos financieros se distinguen los recursos permanentes o financiación permanente (fondos propios más exigible a largo plazo)
De los recursos ajenos que llegan a la empresa a corto plazo (exigible a corto plazo) y que habrá que devolver durante el año.
Si hacemos una lectura del balance de derecha a izquierda se observa que el neto y el pasivo nos informan de dónde se obtienen los fondos o recursos financieros (fuente u origen) y el activo nos aclara en qué se han invertido o materializado (colocación o destino). Los distintos recursos financieros que aparecen en el neto y el pasivo son los que han permitido adquirir los diferentes elementos del activo, es decir, su capital productivo.
Técnicas de análisis de balances
Medidas relativas: las ratios
Las cifras de fondos propios o de deudas de la empresa en un momento determinado son cifras absolutas. Aunque suponen una va-liosa información en sí mismas, adquieren un significado más preciso cuando se relacionan (se relativizan) con otras magnitudes con las que están vinculadas. Así pues, en el análisis de la empresa utilizaremos cifras relativas, y para ello nos serviremos de una técnica muy útil: las ratios. Se trata de relaciones por cociente entre dos magnitudes que se desea comparar. A través de estas ratios podremos homogeneizar los datos relativos a diversas empresas o a años distintos de una misma empresa para poder compararlos.
2.
Porcentajes y gráficos de balances
Una vez ordenado debidamente el balance, es útil calcular el porcentaje que representa cada masa patrimonial respecto del total. Los porcentajes se calculan dividiendo cada masa patrimonial por el total del activo o del neto más pasivo y multiplicándolo por cien. Y efectuaremos la misma operación con los demás grupos, la suma de porcentajes de cada columna es cien.
A partir de este gráfico puede comprobarse cuál es el peso relativo del activo no corriente respecto al corriente y de cada uno de ellos respecto del total; o, dentro del neto más pasivo, la importancia relativa de cada una de las agrupaciones (análisis vertical)
. También nos permite, de una forma sencilla, comparar los activos – correspondientes pasivos,(análisis horizontal)
.
El fondo de maniobra
El balance es un instrumento del que se extrae información de interés para la empresa. Un aspecto importante es el equilibrio entre las inversiones y su financiación.
Principios de equilibrio financiero
Si el activo representa las inversiones realizadas y el neto más el pasivo, los fondos con que se han financiado esas inversiones, un primer principio de prudencia financiera exige que las inversiones a largo plazo (inmovilizado o activo no corriente) se financien con capitales o recursos permanentes (neto más exigible a largo plazo). Con ello se consigue el equilibrio entre el tiempo de permanencia del activo en la empresa (largo plazo) y el plazo en que deben ser devueltos los fondos utilizados para financiarlo.
El segundo principio de equilibrio financiero se refiere a la financiación del activo corriente (inversiones a corto plazo). Como se trata de inversiones a corto plazo, nos podría parecer que deberían financiarse con pasivo corriente (exigible a corto plazo). Pero la prudencia financiera nos aconseja que esto no sea así. La razón está en que en el activo corriente aparecen todos los activos que se han de convertir en dinero antes de un año (las existencias deben venderse, los derechos deben cobrarse, etc.), míen-tras que el pasivo corriente refleja las deudas que se han de pagar también antes de un año. Para que no haya problemas financieros, es necesario que lo que se cobre antes de un año sea más que todo lo que se ha de pagar en el mismo período, es decir, que el activo corriente sea superior al pasivo corriente o exigible a corto plazo.
Por ello, el equilibrio financiero exige la creación de una especie de fondo de seguridad que permita hacer frente a los desajustes que pudieran producirse entre la corriente de cobros y la de pagos. Para ello, es recomendable que los recursos permanentes finan-cien, además de la totalidad del activo no corriente, una parte del activo corriente. Esta parte del activo corriente que se financia con recursos permanentes o financiación a largo plazo se conoce como fondo de rotación o fondo de maniobra (FM).
Como se deduce del gráfico, el fondo de maniobra se puede obtener así:
1. Como diferencia entre el activo corriente y el pasivo corriente: FM = AC — PC
2. Como diferencia entre los recursos permanentes y el activo no corriente: FM = RP — activo no corriente
El activo corriente es superior al pasivo corriente o exigible a corto plazo; así se comprueba que esta empresa tiene un FM positivo, lo que garantiza su solvencia financiera. Si el FM fuera negativo, significaría que parte del activo no corriente (inversiones a largo plazo) estaría siendo financiado con exigible a corto plazo, lo que generaría dificultades para afrontar las deudas a corto plazo. Si el FM = O, todo el activo corriente estaría financiado con exigible a corto plazo; si hubiera dificultades en cobros a clientes o en ventas de existencias, la empresa tendría problemas para pagar sus deudas a corto plazo.
Análisis financiero del balance (I)
Equilibrio financiero a corto plazo
El equilibrio a corto plazo viene determinado por la liquidez o solvencia de la empresa, es decir, por su capacidad de hacer frente a sus compromisos de pago a corto plazo. Para su diagnóstico se utilizan las ratios siguientes:
1
. Ratio de liquidez o solvencia a corto plazo. Esta ratio mide la relación entre el activo corriente y el pasivo corriente o exigible a corto plazo:
R= AC / PC = (disponible + realizable + existencias) / exigible a c. P.
Para que no haya problemas de liquidez, su valor ha de estar aproximadamente entre 1,5 y 2. Es decir, el activo corriente ha de ser mayor que el exigible a corto plazo para que lo que se cobre durante el año sea más que todo lo que se ha de pagar en el mismo período. Si fuera menor que 1, indicaría que los activos corrientes son insuficientes para afrontar las deudas contraídas a corto plazo y, por tanto, podría haber problemas de liquidez, con el consiguiente riesgo de suspensión de pagos.
Si es igual a 1, indicaría que el activo corriente coincide con las deudas a corto plazo; no habría problemas de liquidez si los activos se convierten en dinero al mismo ritmo que vencen las deudas, lo que puede resultar arriesgado para la empresa por la posible morosidad de algunos clientes o las dificultades para vender las existencias a corto plazo.
2.
Ratio de tesorería
Se llama test de distancia a la suspensión de pagos y relaciona el realizable más el disponible con las deudas a corto plazo:
R = (disponible + realizable) / exigible a corto plazo
Su valor óptimo debe estar cerca de la unidad, aunque se consideran valores de equilibrio los comprendidos entre 0,75 y 1, es decir, que el realizable más el disponible han de cubrir, aproximadamente, las deudas a corto plazo. Si estuviera por debajo de 0,75, nos avisaría del riesgo de carencia de efectivo para poder atender los pagos inmediatos. Se produciría el problema contrario si el cociente fuera significativamente mayor que 1, lo que indicaría que la empresa dispone de exceso de tesorería o exceso de recursos ociosos (infrautilizados), por lo que habría que valorar la conveniencia de reducir el realizable o el disponible.
3. Ratio de disponibilidad o tesorería inmediata. Relaciona el disponible con las deudas a corto plazo:
R3 = disponible / exigible a corto plazo
Los fondos líquidos o disponibles deben suponer como mínimo un 10 % de las deudas a corto plazo; por tanto, se recomienda un valor entre 0,1 y 0,3. No obstante, depende mucho del tipo de empresa y de la velocidad en que se cobra y se paga, aunque un valor excesivamente alto supone un exceso de disponible (recursos ociosos).
Garantía frente a acreedores y endeudamiento
Mientras que la ratio de garantía mide la solvencia global de la empresa, las ratios de endeudamiento, calidad de la deuda y autonomía se utilizan para diagnosticar la cantidad y calidad de la deuda, así como su independencia financiera.
4. Ratio de garantía
Se refiere a la capacidad de los activos de la empresa para hacer frente a la totalidad de las obligaciones contraídas:
R4 = activo total / exigible total
Mide la garantía o seguridad que tienen los acreedores de cobrar sus deudas tanto a corto como a largo plazo. Se recomiendan valores entre 1,5 y 2,5. Esta ratio también se denomina de distancia a la quiebra, ya que, a medida que se reduce su valor y, sobre todo, cuando se acerca a 1, la quiebra se aproxima. Cuan-do es menor que 1, la empresa está en situación de quiebra técnica, pues ni vendiendo sus activos (inmovilizados y corrientes) tendría suficiente para pagar sus deudas.
5. Ratio de endeudamiento
Analiza el peso de las deudas respecto de la totalidad de los recursos financieros utilizados (neto más pasivo):
R5 = Exigible total / neto más pasivo
Su valor no debe ser superior a 0,5. Valores superiores indican que las deudas superan los fondos propios (estructura financiera muy arriesgada). El nivel de endeudamiento también puede analizarse comparando las deudas con los fondos propios: R5 = exigible total / neto. Este cociente, llamado coeficiente de apalancamiento, representa la cantidad de fondos ajenos que utiliza la empresa por cada unidad de fondos propios. Valores superiores a 1 indican exceso de deuda.
6. Ratio de calidad de la deuda
Relaciona las deudas a corto plazo con la totalidad de las deudas: R6 = exigible a corto plazo / exigible total
Cuanto menor sea el valor de esta ratio significa mejor calidad tendrá la deuda en lo que a plazos de devolución se refiere.
7. Ratio de autonomía financiera: R7 = recursos propios / exigible total
La autonomía será tanto mayor cuanto mayor sea el cociente y, por tanto, la empresa será menos dependiente de sus acreedores.
Desequilibrios patrimoniales
Desde un punto de vista contable, el patrimonio de una empresa siempre está en equilibrio, ya que [a masa patrimonial del activo debe coincidir con la suma del neto más el pasivo: Activo = neto + pasivoEste equilibrio contable, no obstante, nada nos indica sobre la estabilidad financiera de la empresa o sobre posibles desequilibrios entre su estructura económica y financiera. Desde un punto de vista de equilibrio financiero, existen varias situaciones posibles, que enumeramos a continuación:
1.
Equilibrio total
Representa la máxima estabilidad financiera. Todo el activo está financiado con recursos propios y, por tanto, no hay pasivo ni deudas que pagar. Esta situación de ausencia de deudas no suele darse en la práctica.
2.
Estabilidad financiera
Lo normal es que las empresas financien sus activos no solo con recursos propios, sino también con recursos ajenos, tanto a corto como a largo plazo. Dentro de este supuesto, la situación óptima y más frecuente es la de estabilidad financiera, en la que los recursos permanentes (RP) financian las inversiones del activo no corriente más una parte del activo corriente o fondo de maniobra, garantizando el equilibrio financiero de la empresa
3. Desequilibrio financiero a corto plazo
A veces, las empresas acumulan deudas a corto plazo por encima de lo deseable y comienzan los desequilibrios financieros. Cuando esto sucede, el exigible a corto plazo crece, lo que hace que el fondo de maniobra disminuya hasta transformarse en negativo (FM < o).=»» esta=»» situación=»» puede=»» producirse=»» por=»» distintos=»» motivos.=»» a=»» veces=»» hay=»» coyunturas=»» que=»» impiden=»» pagar=»» a=»» tiempo.=»»>
Por ejemplo, una disminución de ventas o una crisis económica provocan que no entre liquidez en la empresa y haya que acudir a créditos a corto plazo por encima de lo habitual. En otras ocasiones, el desequilibrio puede darse como consecuencia de una mala planificación financiera o debido a la existencia de dificultades transitorias en el cobro de derechos, etc. Si la circunstancia es transitoria y la empresa logra restablecer el equilibrio financiero, no habrá problemas. Por el contrario, si el desequilibrio se mantiene y la empresa prevé que no podrá hacer frente a sus deudas, deberá solicitar al juez la paralización de sus pagos durante un tiempo para tratar de recuperarse. Esta situación requiere la intervención judicial y el sometimiento a un procedimiento establecido (concurso de acreedores).
4
. Desequilibrio total
En esta situación, la empresa carece de fondos propios, es decir, está descapitalizada como consecuencia de pérdidas de ejercicios anteriores que han ido absorbiendo el neto patrimonial. Se trata de una situación conocida como quiebra técnica, que solo tiene una salida: la liquidación de la empresa, ya que implica la existencia de unas deudas iguales o superiores a los activos que se poseen.
Supone, por tanto, la absoluta insolvencia para hacer frente a los pagos que tiene pendientes la empresa. Por lo general, antes de llegar a la quiebra, los síntomas de la crisis han tenido que ser evidentes. La contabilidad permite a los administradores conocer el estado de la empresa y adoptar las medidas oportunas en cada momento. Además, para prevenir una situación tan extrema, el empresario debe solicitar el concurso de acreedores como medida de emergencia y evitar que el problema vaya a más.
Soluciones a la crisis: el concurso de acreedores
Se trata de un procedimiento que pretende reorganizar la gestión de una empresa insolvente de modo que pueda volver a ser viable y que los acreedores recuperen sus deudas. Es una situación especial que debe solicitarse al juez, quien, a la vista de la documentación presentada, declarará o no el concurso de acreedores. Si la solicitud la presenta la empresa insolvente, se denomina concurso voluntario y debe hacerse en los dos meses siguientes a la fecha en que se detecta el problema.
La empresa entrega al juez sus documentos contables, la relación de acreedores, la memoria explicativa de las causas de la insolvencia y la relación de bienes y derechos que posee, junto a una propuesta sobre su viabilidad. Y si la solicitud la presenta un acreedor, se denomina concurso necesario;
En este caso debe demostrarse el incumplimiento de obligaciones por parte de la empresa.
Una vez declarado el concurso, su principal efecto es que se suspenden todos los pagos y no corren los intereses de las deudas. El juez toma las riendas de la empresa y delega en unos administradores y puede inhabilitar al empresario en el ejercicio de su actividad sustituyéndolo por los administradores (concurso necesario), o simplemente limitar sus facultades.
Las fases del concurso
1. Evaluación de la situación. En esta fase, los administradores determinarán, en un plazo de dos meses, el conjunto de bienes y derechos de la empresa (masa activa) destinado a satisfacer a los acreedores (masa pasiva). Finalmente, los administradores emitirán un informe sobre la solución del problema. En cual-quier momento de esta fase, la empresa insolvente puede realizar una propues-ta anticipada de convenio de acreedores que permite poner fin al concurso y a sus trámites, siempre que sea aceptada por los acreedores y por el juez.
La solución del proceso, con dos alternativas:
• Convenio de acreedores
Con él se pacta un acuerdo con los acreedores para reducir el importe de la deuda (quita o perdón), y también para aplazar los pagos (espera), de forma que el empresario insolvente tenga más tiempo para recuperarse. Si los administradores acreditan ante el juez que, con el nuevo rumbo, la empresa puede ser viable, lo normal es que continúe su actividad.
• La liquidación de la sociedad
Tiene lugar cuando no es posible llegar a un acuerdo con los acreedores, o no se cumple el convenio pactado, o la empresa quiere la liquidación. Como la liquidación del patrimonio no siempre da para todos los acreedores, la ley establece un orden de preferencia para cobrar, que protege a los acreedores más débiles, los trabajadores, y sitúa en el último lugar a los socios de la empresa y a aquellos que han tenido influencia en su mala gestión.
En la fase de liquidación, el concurso puede calificarse de fortuito o culpable. Si hay culpabilidad, se derivarán efectos legales para el empresario (inhabilitación para administrar empresas, pago de indemnizaciones, etc.) independientemente de las actuaciones penales que procedan por acciones constitutivas de posibles delitos.
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