15 Oct
La España del Siglo XVIII: Reformas Borbónicas y la Monarquía Centralista
Durante la Edad Media, España se organizaba bajo un sistema foralista, donde cada reino mantenía sus propias leyes e instituciones. La llegada de los Borbones con Felipe V marcó una ruptura con esta tradición al imponer el modelo centralista francés. En plena Guerra de Sucesión, Felipe V firmó los Decretos de Nueva Planta, imponiendo el modelo político y administrativo castellano en los reinos de la Corona de Aragón.
Las principales reformas implementadas por Felipe V fueron:
- Supresión del Justicia Mayor, los fueros y las Cortes de la Corona de Aragón.
- Abolición de los Consejos, excepto el de Castilla.
- Creación de las Secretarías de Estado, antecesoras de los Ministerios.
- Sustitución de los virreyes por capitanes generales.
- Generalización de los corregidores.
- Introducción de las Intendencias provinciales para la gestión económica y de impuestos.
- Reforma del sistema impositivo.
- Reformas en el ejército para crear uno integrado en todo el Estado.
- Implantación de la Ley Sálica.
El Despotismo Ilustrado: Carlos III
Carlos III es considerado el máximo exponente del Despotismo Ilustrado en España. Esta doctrina abogaba por una monarquía absoluta al servicio del pueblo, buscando mejorar sus condiciones de vida según los principios de la Ilustración. Su lema, «todo para el pueblo pero sin el pueblo», refleja la intención de estos monarcas.
Rodeado de importantes ministros ilustrados, Carlos III impulsó grandes reformas para modernizar el país y adaptarlo a las corrientes europeas. Estas reformas se resumen en:
Reformas Económicas:
- Liberalización del comercio de cereales, llevada a cabo por el ministro Esquilache, que provocó un alza de precios y derivó en el «Motín de Esquilache», del cual se culpó a los jesuitas, provocando su expulsión.
- Revitalización de la industria y creación de las Reales Fábricas.
- Recorte de las atribuciones de los gremios.
- Impulso de obras públicas: canales, caminos, urbanismo.
- Control de los privilegios de la Mesta.
- Repoblaciones, como la de Sierra Morena por Pablo de Olavide.
- Creación del Banco de San Carlos.
- Creación de la lotería nacional.
Reformas Culturales, Educativas y Religiosas:
- Fomento de las «Ciencias útiles»: Ciencias Naturales, Química, etc.
- Creación de las Reales Academias.
- Creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País.
- Continuación de la política regalista y control de la Inquisición (sin llegar a su supresión).
Estas reformas tuvieron un éxito desigual debido a la oposición de sectores conservadores que se resistían a perder sus privilegios. Los reyes tampoco buscaban una confrontación directa con estos poderes. Sin embargo, el reinado de Carlos III impulsó la modernización en áreas cruciales para España.
La Ilustración en España
La Ilustración, corriente ideológica que se extendió por Europa durante el siglo XVIII, defendía la razón, el progreso, la naturaleza, las ciencias, el espíritu crítico y buscaba la felicidad del hombre a través de la racionalización y el bienestar social. Estas ideas llegaron a España, aunque con menor fuerza que en otros países europeos.
La primera generación de ilustrados españoles está representada por fray Benito Jerónimo Feijoo, quien inició el análisis y la crítica de la sociedad española.
La segunda generación incluye figuras como Ensenada, Campomanes, Floridablanca, Jovellanos (autor del Informe sobre el expediente de la Ley Agraria), Aranda, entre otros. Estos ilustrados, muchos de ellos ministros, intentaron implementar reformas con el apoyo de la Corona.
Sin embargo, la Ilustración española no abordó de manera frontal problemas clave de la organización social, ni se enfrentó abiertamente al control ideológico de la Iglesia, a pesar de las medidas regalistas y la expulsión de los jesuitas.
La falta de educación del pueblo, la resistencia de los privilegiados a perder sus privilegios y la cautela de los reyes respecto a su poder absoluto limitaron el alcance de las reformas ilustradas. Si bien hubo avances en la modernización del país, muchas reformas quedaron en proyecto o fueron suprimidas durante el reinado de Carlos IV por temor a la propagación de las ideas de la Revolución Francesa.
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