18 Ene

Tema 12.5. Reinado de Alfonso XII: el sistema canovista y la Constitución de 1876


En la historia de España el régimen de la Restauración es el periodo que se inicia en 1875 con el regreso de la dinastía borbónica en la persona de Alfonso XII, y termina en 1931 con la proclamación de la II República. Se distingue una primera etapa, entre 1875 y 1902, en la que se suceden los reinados de Alfonso XII (1875-1885) y la regencia de María Cristina (1885-1902), hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII.El pronunciamiento del general Martínez Campos en 1874 llevó a la proclamación de Alfonso XII. Se formó un gobierno provisional, presidido por Antonio Cánovas del Castillo, que fue en realidad el responsable tanto de la restauración borbónica, como de la orientación política del nuevo régimen, que, por ello, recibe el nombre de “canovista”.Cánovas se propuso dos objetivos. En primer lugar, elaborar una Constitución que permitiese el  bipartidismo.
Con ello, se evitarían los graves problemas de inestabilidad del reinado de Isabel II,  los continuos pronunciamientos, la agitación en las calles, etc. En esta línea de pacificar la vida política del país, también se propuso poner fin a la guerra de  Cuba y al conflicto carlista.  El bipartidismo del sistema canovista consistíó en que el juego político recaía sólo en dos grandes partidos: el Partido Conservador, dirigido por el propio Cánovas, y el Partido Liberal, liderado por Sagasta. Los demás partidos fueron sencillamente anulados, mediante otro de los aspectos del régimen, el “turnismo” alternancia pacífica en el poder: Ante el estallido de alguna crisis política, el jefe del partido de la oposición pasaba a ser presidente del gobierno. Se convocaban entonces elecciones, que, invariablemente, siempre ganaba el partido del gobierno. Por lo que, como otra  carácterística del sistema, siempre hubo una fuerte manipulación o fraude electoral (los “pucherazos”), lo que era posible no sólo porque convénía a los dos partidos, sino por  la presión ejercida por los caciques. El caciquismo es otro de los elementos carácterísticos del sistema canovista. Los caciques eran personas notables, sobre todo en el medio rural, con gran influencia en la vida local. Orientaban la dirección del voto, agradeciendo con sus “favores” la fidelidad electoral y discriminando a los que no respetaban sus intereses.
El canovismo también intentó apartar al ejército de la vida política, por una ley según la que no podía intervenir en las disputas entre los dos partidos del sistema. Como contrapartida se otorgaba a los militares una cierta autonomía para sus asuntos internos y se dotaba al ejército de un elevado presupuesto. En 1876 se promulgó la Constitución de este sistema, que también fue el resultado del pacto entre los dos grandes partidos. Fue una Constitución de carácter conservador, inspirada en los valores tradicionales de la monarquía, la religión y la propiedad. La monarquía era la institución superior, incuestionable. Por ello, se establecía la soberanía compartida entre la corona y las Cortes, y se concedían amplios derechos al monarca: derecho de veto, nombramiento de ministros y potestad de convocar las Cortes, suspenderlas o disolverlas sin contar con el gobierno. Las Cortes eran bicamerales y estaban formadas por el Senado y el Congreso de los Diputados, este último de carácter electivo. No se fijó en la Constitución el tipo de sufragio, pero leyes posteriores establecieron primero un sufragio censitario, y, más adelante, con el partido liberal en el gobierno, el sufragio universal masculino (1890). La Constitución también proclamaba la confesionalidad católica del estado, aunque toleraba otras creencias siempre que no se hiciese manifestación pública de ellas. Asimismo, el texto constitucional reconocía, sin concretar, los derechos habituales de los ciudadanos dentro del sistema liberal.La estabilidad del régimen se vio favorecida por el fin de las guerras carlista y cubana. La restauración de la monarquía, en la persona de Alfonso XII, ya le había restado muchos seguidores al carlismo. Hubo sin embargo intervención militar, en las regiones que tradicionalmente habían apoyado el carlismo, hasta su total rendición, en 1876. Por otra parte, el final de esta guerra, permitíó acabar más fácilmente con la insurrección cubana. Como resultado de la actuación militar y de la negociación con los insurrectos, en 1878 se firmó una paz (la Paz de Zanjón).Como conclusión, el canovismo supuso en síntesis un intento de pacificar la vida política del país, basado en el pacto entre la monarquía y los dos principales partidos, pero no sólo sin contar con las otras fuerzas políticas y sociales, sino anulando la posibilidad de que intervinieran. Por eso, bajo la aparente estabilidad y tolerancia, el sistema se iba desprestigiando, a la vez que la oposición se iba radicalizando, ante la imposibilidad de utilizar la vía parlamentaria.


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