23 Feb
El Arte Rupestre en la Península Ibérica
El arte rupestre en la Península Ibérica se manifiesta en dos zonas principales, cada una con características distintivas:
- Zona Cantábrica: Se caracteriza por un arte figurativo con representaciones de animales y técnicas naturalistas. Predomina el uso del color negro y la ausencia de escenas complejas.
- Zona Levantina: Se desarrolla en abrigos al aire libre y presenta escenas narrativas con figuras humanas. Se emplean colores planos y las figuras muestran una gran estilización. Hay una marcada monocromía y las escenas reflejan la actividad humana.
Carlos I y Felipe II: Dos Reinados, un Imperio
Carlos I (1516-1556): El Desafío de un Imperio Universal
Carlos I heredó el título de emperador en un contexto europeo convulso. La rebelión religiosa y política de los protestantes en Europa central, las aspiraciones de Francia al dominio de Italia y el Mediterráneo, y la creciente amenaza del Imperio Otomano, marcaron su reinado.
Carlos I se consideró a sí mismo como el líder de una misión histórica: mantener una monarquía cristiana y universal frente a los desafíos protestantes, otomanos y franceses. Sin embargo, este proyecto de unidad cristiana, de raíces medievales, encontró la oposición de los intereses particulares de cada Estado y príncipe.
Para defender su ideal, el emperador se vio envuelto en numerosas guerras, llevando una vida itinerante y financiando sus campañas con los metales preciosos provenientes de América. Esta situación llevó al agotamiento de España.
Conflictos Principales de Carlos I
- Francia: Se produjeron varios enfrentamientos debido a la situación geoestratégica de Francia, rodeada por los territorios de Carlos I. Las disputas se centraron en el Milanesado, con victoria española en la batalla de Pavía (1525), y en los territorios de Flandes y Borgoña.
- Protestantes: La Reforma iniciada por Martín Lutero con sus 95 tesis, desafió la autoridad de la Iglesia. La Dieta de Worms (1521), presidida por el emperador, no logró la retractación de Lutero. El protestantismo fue adoptado por varios príncipes alemanes y flamencos, obligando a Carlos I a defender la unidad religiosa. A pesar de la victoria en la batalla de Mühlberg (1547), el problema persistió. El Concilio de Trento (1545) marcó la reacción católica (Contrarreforma). Finalmente, la Paz de Augsburgo (1555) reconoció el derecho de cada príncipe a elegir la religión de su Estado, dividiendo el Imperio en zonas católicas y protestantes.
- Imperio Otomano: La expansión turca por los Balcanes, Hungría, Austria, Italia y el norte de África, junto con sus actividades de piratería, representó una amenaza constante. Carlos I logró la toma de Túnez.
A los 56 años, Carlos I abdicó en favor de su hijo Felipe II, cediéndole la Corona y todos sus territorios, excepto el Archiducado de Austria y los derechos al título imperial, que fueron para su hermano Fernando. Carlos I falleció en 1558.
Felipe II (1556-1598): Consolidación y Nuevos Desafíos
El reinado de Felipe II se caracterizó por la consolidación del Imperio español y el enfrentamiento a nuevos desafíos, tanto internos como externos.
Conflictos y Anexiones durante el Reinado de Felipe II
- Portugal: Entre 1580 y 1581, se produjo la incorporación de Portugal y su vasto imperio, heredado por Felipe II a través de su madre, Isabel de Portugal. Esta unión representó la realización de la unidad ibérica, un anhelo de los Reyes Católicos.
- Francia: Al inicio de su reinado, Felipe II enfrentó una coalición franco-papal que buscaba expulsar a España de Flandes e Italia. La victoria española en la batalla de San Quintín (1558) se conmemoró con la construcción del Monasterio de El Escorial.
- Imperio Otomano: El reinado de Felipe II coincidió con el apogeo del poder otomano bajo Solimán el Magnífico. La amenaza turca en el Mediterráneo se materializó con la toma de Chipre y Túnez. La formación de la Santa Liga, integrada por la monarquía hispánica, Venecia y el Papado, culminó con la victoria en la batalla de Lepanto (1571), frenando temporalmente la expansión otomana.
- Países Bajos: Este fue el problema más grave del reinado. El descontento de los burgueses por los impuestos, el emergente nacionalismo y la división religiosa (norte protestante y sur católico) generaron una rebelión. Inglaterra y Francia apoyaron a los rebeldes. Felipe II envió a los tercios de Flandes, liderados por destacados generales (Duque de Alba, Don Juan de Austria, Alejandro Farnesio), quienes ejercieron una dura represión. El sur católico aceptó la obediencia a Felipe II, pero el norte calvinista (futuras Provincias Unidas de Holanda) continuó la lucha por la independencia, un conflicto que resurgiría en el siglo XVII.
- Inglaterra: A partir de 1580, Inglaterra se convirtió en un enemigo de España, rivalizando en el Atlántico, apoyando a los protestantes holandeses y protegiendo a los corsarios que atacaban los barcos españoles. La respuesta de Felipe II fue la Armada Invencible, derrotada en 1588.
La Política Colonial en América
La Corona española ejerció un control estricto sobre el comercio con América, implementando el «quinto real» (20% de las ganancias para la Corona) y un impuesto del 7,5% sobre las importaciones. Se establecieron las encomiendas, un sistema de trabajo forzado para los indígenas. Las minas eran propiedad real y se utilizó la mita, otra forma de trabajo obligatorio. Aunque las Leyes de Burgos (1512) buscaron regular esta situación, se cometieron abusos.
Castilla suministraba a América trigo, vid, aceite, ganado y armas, mientras que América enviaba oro, plata y productos desconocidos en Europa. La Casa de Contratación, establecida en Sevilla, centralizaba y controlaba el comercio transatlántico.
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