14 Feb
El Reinado de Isabel II (1833-1868): Regencias y el Problema Carlista
La Regencia de María Cristina (1833-1840)
Tras la muerte de Fernando VII, María Cristina asumió la regencia en nombre de su hija, la futura Isabel II, quien solo tenía tres años de edad.
El primer gobierno de la regencia fue el de Cea Bermúdez, quien impulsó algunas reformas administrativas. Sin embargo, los liberales exigieron cambios más profundos.
Por lo tanto, la regente situó al frente del gobierno a Martínez de la Rosa, quien se encargó de proyectar el Estatuto Real. Este era una especie de carta otorgada que establecía unas cortes bicamerales con funciones consultivas, ya que la iniciativa legislativa recaía en la corona.
La situación del país estaba marcada por:
- El desarrollo de la guerra carlista.
- La aparición de una epidemia de cólera.
- Protestas de los liberales más extremistas.
Estos acontecimientos llevaron a la regente a encargar el gobierno a Mendizábal, quien inició reformas importantes y promulgó el decreto de la desamortización eclesiástica con el objetivo de:
- Iniciar una reforma agraria.
- Conseguir dinero para sostener la guerra carlista.
Sin embargo, estos objetivos no se consiguieron completamente, y la regente, creyendo que las reformas estaban llegando demasiado lejos, sustituyó a Mendizábal por Istúriz, que era más moderado.
En agosto de 1836, los sargentos de La Granja obligaron a la regente a restablecer la Constitución de 1812 y a nombrar un gobierno presidido por Calatrava.
Los progresistas elaboraron la Constitución de 1837, que establecía lo siguiente y supuso un retraso con respecto a la de 1812:
- La soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
- El reconocimiento de los derechos individuales y de la libertad de imprenta.
- La afirmación de la libertad religiosa y el compromiso del Estado a mantener al clero.
La aprobación por la regente de la Ley de Ayuntamientos provocó el estallido de la revolución de 1840 y la renuncia de María Cristina a la regencia. Las Cortes eligieron como regente al general Espartero.
La Regencia del General Espartero (1840-1843)
Espartero era un militar muy popular, pero fue perdiendo apoyo debido a:
- Las críticas de los progresistas a su forma de militar y gobernar.
- La preparación de un pronunciamiento por parte de los moderados para sustituirlo por María Cristina.
Su gobierno implementó una política librecambista, que provocó la oposición de la burguesía catalana, lo que llevó a una violenta revuelta en Barcelona.
Espartero mandó bombardear la ciudad, lo que provocó su caída tras el pronunciamiento de Narváez en Torrejón de Ardoz.
El Problema Carlista (1833-1840)
A la muerte de Fernando VII, la crisis dinástica dividió al país en dos bandos:
- Los isabelinos, que apoyaban a Isabel II.
- Los carlistas, que apoyaban a Carlos María Isidro.
La Guerra Carlista tuvo tres etapas:
- En la primera etapa, los levantamientos carlistas fueron sofocados, excepto en la zona vasco-navarra, donde Zumalacárregui organizó el ejército carlista.
- En la segunda etapa, hubo dos iniciativas carlistas:
- Los sitios practicados a la ciudad de Bilbao.
- Las expediciones carlistas, como la “Expedición Real”.
- En la tercera etapa, la guerra terminó con la firma del Convenio de Vergara entre el isabelino Espartero y el carlista Maroto.
El Reinado de Isabel II: La Década Moderada (1844-1854)
Isabel II fue proclamada reina en 1843, a los trece años de edad. Los veinticinco años de su reinado estuvieron marcados por:
- Las agitaciones sociales.
- Los escándalos de la corte.
- La inestabilidad de los más de 50 gobiernos que se sucedieron.
Los moderados, que habían derrocado a Espartero, entregaron el gobierno a Narváez, quien estableció un régimen autoritario que frenó a la oposición de las clases sociales desfavorecidas y proporcionó la estabilidad necesaria para que la burguesía pudiera seguir enriqueciéndose.
Durante la Década Moderada sobresalen tres hechos:
- Promulgación de la Constitución de 1845, que recogía las principales ideas del liberalismo moderado:
- Suprimió la soberanía nacional y estableció la soberanía compartida entre el rey y las cortes.
- El sufragio era restringido, y reducía la participación electoral elevando el nivel de renta necesario, tanto para los electores como para los candidatos.
- Declaraba el catolicismo como única religión de la nación, y reconocía la obligación del estado de mantener económicamente al clero.
- Limitaba la libertad de expresión y reunión.
- Las cortes, formadas por congreso y senado, solo podían ser convocadas por el monarca.
- Firma del Concordato de 1851 con la Santa Sede: fue la solución de los problemas pendientes con el Vaticano tras la desamortización. El gobierno español se comprometió a:
- Paralizar la venta de bienes de la iglesia.
- Permitió el regreso a España de varias órdenes religiosas suprimidas.
- Acordó la dotación al clero de dinero.
Por su parte, la Santa Sede aceptó:
- Las ventas de tierras desamortizadas.
- Perdonó a los compradores de esas tierras.
- No puso objeciones para que la corona tuviera derecho a intervenir en la elección de los obispos.
- Iniciación de la reorganización Administrativa del Estado
Esta política se manifiesta en:
- La división provincial de 1833 de Javier de Burgos seguía vigente, pero se puso al frente de cada una de las provincias a un gobernador civil. Los alcaldes pasaron a ser designados por el rey, en municipios de más de 2000 habitantes.
- Se redacta un nuevo código civil, por el que quedan anulados los fueros, leyes, usos y costumbres anteriores a su publicación. En 1848 se publicó un nuevo código penal que estuvo vigente hasta 1996.
- Reorganización de la Institución Pública, por la que se estructuró la universidad española siguiendo el modelo francés, se elaboraron planes de estudio iguales, obligación de libros de texto, y distinguió entre escuelas primarias y secundarias.
- Creación de la Guardia Civil con funciones civiles, actuaba principalmente en el medio rural.
- Disolución de la Milicia Nacional donde había jornaleros y obreros desempleados, y que siempre fue contemplada por los moderados como peligrosos bajo la influencia y control de los progresistas radicales.
- Intento de crear una burocracia moderna con la ley de funcionarios.
- La ley de reforma fiscal de Alejandro Mon y Ramón de Santillán de 1845 que pretendía sanear la Hacienda del Estado, para ello reformaron el sistema tributario, se crearon nuevos impuestos, se creó un sistema de contabilidad. Había dos tipos de impuestos:
- Los directos (gravan la renta o patrimonio).
- Los indirectos (gravan determinados artículos).
Estos dos tipos de impuestos fueron constantes problemas para Narváez.
El más popular fue el impuesto sobre consumo de bienes, porque grava los productos de primera necesidad.
Los moderados, especialmente durante el gobierno de Bravo Murillo, iniciaron obras públicas:
- La reparación de antiguos caminos.
- Construcción de nuevas comunicaciones para el desarrollo industrial.
- En 1851 se aprobó la Ley de Ferrocarriles que establecía una red radial que tuvo como centro Madrid.
- Se promulgó una ley de puertos para mejorar las comunicaciones marítimas y se hicieron obras hidráulicas como el Canal de Castilla o la Canalización del Ebro.
El Reinado de Isabel II: El Bienio Progresista (1854-1856) y la Vuelta al Moderantismo (1856-1868). El Territorio de Castilla – La Mancha con Isabel II
El Bienio Progresista (1854-1856)
La crisis y la imposibilidad de llegar al gobierno debido a un sistema restringido, llevó a los progresistas al pronunciamiento para llegar al poder. El resultado fue el pronunciamiento de O’Donnell en Vicalvaro.
La situación era incierta hasta la publicación del Manifiesto de Manzanares por que el se proponía mejorar la ley electoral, rebajar los impuestos, y la reina tuvo que recurrir a Espartero que compartió el poder con O’Donnell.
El nuevo gobierno:
- Restauró la Constitución de 1837, y se inició la constitución de 1856 que no entró en vigor.
- La nueva desamortización de Pascual Madoz que puso a la venta propiedades eclesiásticas, con lo que agravó la situación de los municipios.
- La nueva ley de ferrocarriles favoreció la red de vías férreas.
La Vuelta al Moderantismo (1856-1868)
La inestabilidad política y las revueltas en Madrid fue aprovechado por O’Donnell para volver a proclamar la constitución de 1845 y apartar a Espartero del Gobierno.
Los años de gobierno de O’Donnell y la unión liberal:
- Garantizaron las libertades y el orden público.
- Mayor estabilidad política.
- Crecimiento Económico
En política exterior O’Donnell emprendió unas intervenciones militares en Asia, África y América.
Desde 1863 se sucedieron gobiernos de moderados y unionistas que tuvieron una política autoritaria y represiva.
Durante 1866 progresistas y demócratas conciertan el pacto de Ostende para desalojar a los moderados y derrocar a Isabel II.
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