03 Abr

LAS TÉCNICAS NARRATIVAS Y LAS VOCES DE LA NOVELA
Para Delibes es básico, una vez diseñados los principales episodios de la historia y perfilado el carácter de los personajes, el modo de narrar, es decir, la manera en que la historia se transforma en discurso. Para el autor es importante el enfoque o punto de
vista desde el que se cuenta la historia por parte del narrador.
La presentación gráfica de las voces del narrador y los personajes obligó a Delibes a resolver un problema técnico: tuvo que transcribir el habla de los personajes en estilo directo pero incorporándolo al discurso del narrador (estilo indirecto libre). Para distinguir gráficamente uno de otro determinó introducir un salto de línea en cada parlamento directo y un sangrado de la primera línea del mismo, manteniendo el discurso del narrador al margen izquierdo. Todo ello afectaba a la puntuación: la de suprimir el punto en el cuerpo textual de los libros y reservarlo para el cierre, sustituyéndolo por la coma y por el punto y coma. En Los santos inocentes advertimos la presencia de tres voces narrativas: la del narrador testigo, la del narrador-acorde y las voces de los personajes.
4.1. EL NARRADOR-TESTIGO Aparece en esta novela un narrador que está fuera de la acción, pero que demuestra una gran cercanía al mundo que narra y un conocimiento detallado del marco en el que sitúa los hechos. El autor se presenta como un observador directo de los acontecimientos, dando la impresión de que traslada a su novela una parcela de vida contrastada por experiencias personales. Posee una completa documentación e información de todo lo que relata o describe. No se trata, por tanto, únicamente de un narrador omnisciente, sino de un narrador-testigo, que permanece fuera de la acción, pero está cercano a los hechos, lo que confiere al relato un sesgo inequívoco de verosimilitud, autenticidad y Realismo. Son signos de esta presencia del narrador testigo:
-La utilización de la tercera persona narrativa, señal de distanciamiento, deseo de objetividad y de no querer intervenir en la acción.
-La minuciosidad y el detallismo que se advierte en las descripciones de los lugares, en los modos de conducta, en la penetración psicológica de los personajes y en fidelísimo reflejo del habla rural.
4.2. EL NARRADOR- ACORDE En esta novela el narrador se identifica con el personaje, es decir, se produce una asunción por parte del narrador de los pensamientos y del modo de hablar de algunos de sus personajes; la escritura se adapta a las experiencias, estímulos y reacciones de estas criaturas de ficción.
Es habitual en Delibes la identificación con los humildes; por eso, la identificación con ellos se transforma en compasión, se “com-padece”, se compromete con sus personajes. El narrador no se limita a contar objetivamente los hechos, sino que se sitúa en una posición de simpatía para con los personajes humildes o desfavorecidos. En Los santos inocentes la presencia de este narrador-acorde es perceptible en todo el relato e influye decisivamente en su sentido último. Su presencia se hace más clara:
-En el título: la iglesia católica celebra el 28 de Diciembre la festividad de los santos inocentes, que recuerda el episodio de la matanza por Herodes de todos los niños menores de dos años.
La novela también se refiere a niños (la Niña Chica, el Azarías, que hacía cosas por pura niñez), que además son inocentes (carentes de culpa por falta de raciocinio). No obstante, el sintagma lexicalizado por el santoral (“santos inocentes”) posee una gran intención expresiva con relación a la compasión: se refiere a los personajes humildes del relato a los que se les pueden aplicar muchos de los significados que el diccionario atribuye a estas dos palabras.
-En la oralidad del relato: Delibes utiliza en cada caso el registro idiomático adecuado al personaje a cuya conciencia se adapta. No solo asume el sistema de valores que caracteriza la vida de los humildes, sino que lo transmite con su mismo lenguaje. La simpatía hacia los desheredados exige la adopción del mismo registro con el que ellos se comunican.
-En el lirismo: por encima de otros aspectos, lo que imprime carácter a la novela es la plasmación del mundo de los sentimientos; la sociedad, la falta de instrucción y sus propias limitaciones han robado a los seres humildes la capacidad de pensar, pero, en contrapartida, son los únicos que atesoran sentimientos sencillos que dignifican la condición humana. Sentimientos como el amor al prójimo, el amor a la naturaleza, la ternura. Las palabras(“milana bonita”) con que Azarías expresa su cariño por el búho, por la grajeta y por la Niña Chica tienen tal intensidad lírica que convierten la novela en un hermosísimo poema. Esas dos palabras transmiten la sencillez del personaje, pero también condensan todo un sistema de valores: ternura, búsqueda de calor humano, amor a la naturaleza,… Sentimientos que, según el autor, pertenecen a los humildes.

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