18 Sep
El noveno mandamiento exige no dejarnos llevar por el impulso sexual desordenado, ni en los pensamientos ni en los deseos. Esto supone pureza de corazón para ver todo según Dios.
El décimo mandamiento exige una actitud interior de respeto en relación con la propiedad ajena, y prohíbe la envidia y la avaricia.
Orar es hablar con Dios Padre, que siempre nos ama y nos escucha. Al orar respondemos a Dios como hijos suyos.
Se dice que el padrenuestro es la más perfecta de todas las oraciones porque nos la enseñó el mismo Jesús, nuestro Señor, y recoge en forma de oración el contenido esencial de todo el Evangelio.
En la oración podemos dar gracias a Dios, pedirle ayuda, alabarlo, ofrecernos, estando en silencio delante de él, en adoración.
La Iglesia reza a María, ante todo, con el avemaría, oración con la que la Iglesia pide la intercesión de la Virgen. Entre las muchas oraciones a la Virgen sobresale el santo rosario.
El noveno mandamiento exige no dejarnos llevar por el impulso sexual desordenado, ni en los pensamientos ni en los deseos. Esto supone pureza de corazón para ver todo según Dios.
El décimo mandamiento exige una actitud interior de respeto en relación con la propiedad ajena, y prohíbe la envidia y la avaricia.
Orar es hablar con Dios Padre, que siempre nos ama y nos escucha. Al orar respondemos a Dios como hijos suyos.
Se dice que el padrenuestro es la más perfecta de todas las oraciones porque nos la enseñó el mismo Jesús, nuestro Señor, y recoge en forma de oración el contenido esencial de todo el Evangelio.
En la oración podemos dar gracias a Dios, pedirle ayuda, alabarlo, ofrecernos, estando en silencio delante de él, en adoración.
La Iglesia reza a María, ante todo, con el avemaría, oración con la que la Iglesia pide la intercesión de la Virgen. Entre las muchas oraciones a la Virgen sobresale el santo rosario.
El noveno mandamiento exige no dejarnos llevar por el impulso sexual desordenado, ni en los pensamientos ni en los deseos. Esto supone pureza de corazón para ver todo según Dios.
El décimo mandamiento exige una actitud interior de respeto en relación con la propiedad ajena, y prohíbe la envidia y la avaricia.
Orar es hablar con Dios Padre, que siempre nos ama y nos escucha. Al orar respondemos a Dios como hijos suyos.
Se dice que el padrenuestro es la más perfecta de todas las oraciones porque nos la enseñó el mismo Jesús, nuestro Señor, y recoge en forma de oración el contenido esencial de todo el Evangelio.
En la oración podemos dar gracias a Dios, pedirle ayuda, alabarlo, ofrecernos, estando en silencio delante de él, en adoración.
La Iglesia reza a María, ante todo, con el avemaría, oración con la que la Iglesia pide la intercesión de la Virgen. Entre las muchas oraciones a la Virgen sobresale el santo rosario.
El noveno mandamiento exige no dejarnos llevar por el impulso sexual desordenado, ni en los pensamientos ni en los deseos. Esto supone pureza de corazón para ver todo según Dios.
El décimo mandamiento exige una actitud interior de respeto en relación con la propiedad ajena, y prohíbe la envidia y la avaricia.
Orar es hablar con Dios Padre, que siempre nos ama y nos escucha. Al orar respondemos a Dios como hijos suyos.
Se dice que el padrenuestro es la más perfecta de todas las oraciones porque nos la enseñó el mismo Jesús, nuestro Señor, y recoge en forma de oración el contenido esencial de todo el Evangelio.
En la oración podemos dar gracias a Dios, pedirle ayuda, alabarlo, ofrecernos, estando en silencio delante de él, en adoración.
La Iglesia reza a María, ante todo, con el avemaría, oración con la que la Iglesia pide la intercesión de la Virgen. Entre las muchas oraciones a la Virgen sobresale el santo rosario.
El noveno mandamiento exige no dejarnos llevar por el impulso sexual desordenado, ni en los pensamientos ni en los deseos. Esto supone pureza de corazón para ver todo según Dios.
El décimo mandamiento exige una actitud interior de respeto en relación con la propiedad ajena, y prohíbe la envidia y la avaricia.
Orar es hablar con Dios Padre, que siempre nos ama y nos escucha. Al orar respondemos a Dios como hijos suyos.
Se dice que el padrenuestro es la más perfecta de todas las oraciones porque nos la enseñó el mismo Jesús, nuestro Señor, y recoge en forma de oración el contenido esencial de todo el Evangelio.
En la oración podemos dar gracias a Dios, pedirle ayuda, alabarlo, ofrecernos, estando en silencio delante de él, en adoración.
La Iglesia reza a María, ante todo, con el avemaría, oración con la que la Iglesia pide la intercesión de la Virgen. Entre las muchas oraciones a la Virgen sobresale el santo rosario.
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