18 Dic
René Descartes: Vida y Contexto Histórico
René Descartes nació en La Haye en Touraine en 1596. A los 10 años ingresó en un colegio jesuita interno. Luego estudió derecho y, una vez licenciado, dedicó su vida a la profesión de las armas, pero pronto pasó a moverse en ámbitos universitarios. Descartes vivió en Holanda y murió en 1650 en Estocolmo, donde había viajado para ser profesor de la reina Cristina de Suecia.
Contexto Cultural del Siglo XVII
Culturalmente, el siglo XVII es un siglo fundamental en la Época Moderna. Es el siglo del Barroco, que sucede al Renacimiento. Posteriormente, destaca el Siglo de Oro español con autores teatrales como Calderón o Lope de Vega y poetas como Quevedo o Góngora. En las artes plásticas destacará la pintura española con Murillo, Zurbarán y especialmente Velázquez, reconocido como uno de los principales pintores de la historia. Por último, en este siglo se consolida la Reforma protestante en el norte de Europa, así como la Contrarreforma en los países católicos, originándose un enfrentamiento religioso reflejado en la Guerra de los Treinta Años. Esta época, intelectualmente novedosa, lo es también para la Filosofía. El siglo XVII viene marcado por el definitivo declive de la filosofía escolástica y el nacimiento, teniendo como fundador a Descartes, de la Filosofía Moderna.
El Problema del Conocimiento en Descartes
Descartes, en el siglo XVII, es el fundador de la Filosofía Moderna y principal pensador de la corriente filosófica del Racionalismo. El Racionalismo es una escuela filosófica que considera a la Razón, frente a los sentidos, como única fuente de conocimiento verdadero. Para Descartes, lo fundamental es buscar un conocimiento cierto y seguro, una teoría que sea verdad sin ningún tipo de duda. Por ello, su prioridad será buscar un método que nos ayude a razonar, a modo de guía. Además, este método debe ser compatible con la forma de pensar de la Razón humana, pues si no, sería inútil. Por ello, lo primero que hace es analizar la forma de actuar de la propia Razón, llegando a la conclusión de que en esta Razón, que es la misma para todos los hombres, se distinguen dos modos de conocimiento:
- La intuición o luz natural: conocimiento de las ideas simples que surgen de la propia razón de forma clara y distinta, cuya verdad es evidente e indudable.
- La deducción: conocimiento de una sucesión de intuiciones de las ideas simples y de las conexiones que la razón descubre entre ellas para llegar a verdades complejas, juicios o leyes.
De esta forma, para Descartes, al existir estos dos modos de conocimiento, el método y proceso que se debe seguir para llegar a conocer deberá seguir dos pasos:
- El análisis: por el que se dividen las ideas complejas hasta lugar a las ideas simples y evidentes para que puedan ser intuidas.
- La síntesis: por la que, mediante la deducción, se llega a una conclusión que permite comprender lo complejo y construir leyes que lo expliquen.
Descartes aplicará este método para buscar una verdad indudable, a través del análisis, y poder llegar así, con la síntesis, a una metafísica cierta. Para encontrar esta verdad evidente a partir de la cual poder aplicar la deducción y hacer la síntesis usará la duda metódica.
La Duda Metódica
- En la primera duda, dudará del conocimiento que proviene de los sentidos, pues pueden engañarnos.
- En la segunda duda, dudará de la existencia de la realidad extramental, ya que resulta imposible distinguir la vigilia del sueño.
- Y por último, en la tercera duda, dudará del conocimiento que proviene de la razón, de las ideas de razón o de los razonamientos, pues se puede suponer la existencia de un genio maligno que nos lleva hacia el error cuando creemos estar en lo cierto.
Sin embargo, afirma Descartes, no podemos dudar que dudamos. Mientras pensamos, no podemos dudar que estamos pensando y, por lo tanto, que existimos. La primera intuición de una verdad indudable es «pienso, luego existo». Y si existo, lo hago como un yo pensante, un cogito, afirmando, pues, la existencia de la sustancia pensante (el cogito) como primera verdad indudable. A partir de aquí, Descartes buscará realizar una síntesis que le permita tener un conocimiento cierto. Para ello, partirá de su verdad indudable, el cogito. Este cogito piensa ideas que pueden dividirse hipotéticamente en tres tipos:
- Adventicias: aquellas que parecen provenir del exterior.
- Facticias: aquellas que construye la mente a partir de otras ideas.
- Innatas: aquellas que la razón tiene en sí misma y no son ni adventicias ni facticias.
La Existencia de Dios según Descartes
Dentro de las ideas innatas está la idea de infinito: yo no la he podido hacer por ser finito, pero esta idea la tengo yo y yo no la he podido hacer, por lo que alguien la ha hecho: Dios. Este me garantiza que el mundo exterior y mis ideas están relacionadas (Causa Real Proporcionada). Ahora, Dios no me puede engañar y a mis ideas les corresponde la realidad. La consecuencia, tras demostrar a Dios, es que el mundo sí existe, donde Dios es bueno y veraz, y las ideas adventicias pertenecen a ese mundo.
El Método Cartesiano y la Búsqueda de los Primeros Principios
Descartes cree encontrar el primer principio en el “cogito ergo sum” (pienso, luego existo), pero para encontrarlo necesitamos encontrar las bases de la ciencia. El objetivo es encontrar los fundamentos del saber, cuáles son los primeros principios, porque Descartes está convencido de que el saber es único porque la razón es única, por lo que buscaremos el método único (no hay dos saberes distintos, no hay dos ciencias separadas). Se aplica el método matemático porque es con el que funciona mi razón, con la intuición y deducción (observo y así saco conclusiones), pero el problema es llegar a la intuición (las primeras verdades). Para esto se utilizan dos procedimientos: análisis y síntesis.
Hay que hacer un análisis del conocimiento para saber cuáles son buenos o desechables; si dudas, serán desechables:
- El primer objeto es la duda metódica, que busca los primeros principios. Una cosa es el objeto de duda (asunto sobre el que se analizan datos sensitivos), que son desechados porque Descartes dice que los sentidos engañan, y otra cosa es el motivo de duda (no me valen los sentidos porque me han engañado, entonces, ya no puede ser un conocimiento cierto).
- El segundo objeto de estudio es la realidad exterior: no sabes nada de la forma, el color… que tienen las cosas, pero sí que ahí hay un objeto (todo lo que no soy yo). El motivo por el que se desecha esto es por la vigilia y el sueño, que hace que el mundo exterior (la realidad) tampoco sea un fundamento.
- El tercer objeto de duda son los principios matemáticos. El motivo por el que se desechan es por un genio maligno (posibilidad de error humana).
Con este estudio no llega a los primeros principios y aparece la primera verdad y el modelo de esta: “yo existo y pienso por estar haciendo estas cosas”. El criterio de verdad es la claridad y distinción de que eso está ahí. Los contenidos de mi razón son ideas que se han quedado entre paréntesis; yo pienso ideas, no cosas, y no sé si son verdades o no.
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