Tema 4. Poesía de principios del S.XX.
Antes de comenzar a desarrollar el tema, serla conveniente realizar una pequeña introducción histórico-soclal. España durante el siglo XX es un pais pobre y rural, lo que llevó a muchos españoles a emigrar a América.
Se desarrolla a principios del siglo XX la Primera Guerra Mundial en la que España se mantiene neutral.
En España, las primeras décadas de este siglo se caracterizan, políticamente, por el reinado de Alfonso XIII y por la crisis originada al perder las colonias de ultramar (1898). En 1923, el General Primo de Rivera dio un golpe de Estado y estableció una dictadura. En 1930, Alfonso XIII vuelve a España y convoca unas elecciones a las Cortes, en las que vence, en 1931, la República.
Contrario a la República se encontraba el bando nacionalista que da otro golpe de Estado con el que se inicia, en 1936, la Guerra Civil. A esta le siguen los años de la dictadura franquista.
En lo referente a la literatura, surgen a principios de este siglo dos movimientos que se desarrollan simultáneamente: el modernismo y la generación del 98. En ambos movimientos se aprecian influencias de la poesía Hispanoamericana modernista de Rubén Darío, del Parnasianismo francés, del simbolismo francés, del romanticismo y, en el caso de la generación del 98, de algunos filósofos como Kierkegaard y Nietzsche.
Algunas de las características que describen a la generación del 98 son la defensa del neocastelianismo (ensalzar la nueva Castilla, mercantil y austera), la afición por lo castizo, el decadentismo (gusto por refugiarse en un pasado decadente, mortecino y ruinoso), la atracción hacia lo marginal y la insatisfacción con el mundo.
A pesar de surgir a la vez y convivir en el tiempo, la mayoría de las características del modernismo y las de la generación del 98 no son las mismas.
El modernismo se caracteriza por la vuelta a la Grecia Clásica, la atracción hada lo marginal, el gusto por lo exótico, un deseo de huir de la mediocridad próxima, el cosmopolitismo (gusto por los viajes y fijación de París como capital modernista), la insatisfacción con el mundo que les rodea y que les lleva a una curiosa afición por lo esotérico, un esteticismo consistente en ensalzar la belleza como ideal más importante y, finalmente, por el sincretismo (creen que la poesía es el compendio de todas las artes posibles).
La poesía modernista hace hincapié en todo lo sensorial, usa constantemente los colores y diferentes efectos sonoros. Se utilizan abundantes adjetivos ornamentales, imágenes sugerentes, símbolos y sinestesias. Además, los modernistas hacen uso de un léxico muy rico y exótico, de palabras extrañas, cultas y de neologismos.

En cuanto a los temas, aparecen lugares exóticos, orientales y griegos con gran valor simbólico y evocador. Los animales aparecen como elegantes y fabulosos.
Desde el punto de vista formal, existe una gran variedad métrica: se observa la influencia de los simbolistas y se cultiva el verso alejandrino, entre otros, así como los versos de tradición española. Aparece también un verso libre, también simbólico. Las estrofas más usadas son los sonetos, silvas y serventesios.
Entre los poetas más destacados se encuentran Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y Manuel Machado.
Rubén Darío fue un poeta nicaragüense considerado el padre de la estética modernista. Entre sus obras podemos destacar Azul, donde se observa una renovación léxica y métrica así como una gran preocupación por el verso y los ritmos musicales; Prosas profanas, obra en la que abundan el colorido, la belleza y ta experiencia métrica; y Cantos de vida y esperanza, obra de madurez donde se combinan elementos del modernismo más puro con otros propios de la generación del 98.
Antonio Machado naciót en Sevilla pero pronto se trasladó a Madrid en la Institución Libre de Enseñanza. Fue profesor en Soria, donde conoció a su mujer, Leonor Izquierdo, cuya muerte lo deja sumido en una profunda depresión que supera escribiendo. Por otro lado, fue miembro de la Real Academia Española y apoyó abiertamente al bando republicano en la guerra lo que le (levó a morir en el exilio en Francia.
En cuanto a sus obras, la primera que publicó fue Soledades, escrita en pleno apogeo modernista con tono melancólico y doliente. En 1912, aparece Campos de Castilla, obra de cincuenta y seis poemas muy diferentes a los de su primera obra; más que simbolismo, aparecen descripciones de la realidad: la encabeza el famoso Retrato, uno de los poemas más famosos que aparecen es La tierra de Alvogonzález, contiene poemas de preocupación patriótica en los que critica la

ignorancia, la envidia y otros vicios nacionales así como otros en los que recuerda a su esposa muerta. Esta obra acaba con una serie de poemas sentenciosos de tipo filosófico y existencialista. Otras obras de este autor son Nuevas canciones o Juan de Mairena. Además, escribió algunos teatros en colaboración con su hermano.
Juan Ramón Jiménez nació en Huelva. Se formó en la Universidad de Sevilla y estrechó amistades con otros autores en la Institución Libre de Enseñanza. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1956 y dos años después murió en el exilio.
En sus obras no existen fronteras claras entre la prosa y el verso. Su poesía es una poesía en continua elaboración ya que revisa y reelabora constantemente su obra buscando la perfección absoluta. Ésta se divide en tres fases:
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Época sensitiva

Es neorromántica y sensitiva y al final de ella intenta superar el modernismo. Pertenecen a esta época Arias tristes o Laberinto.
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Época intelectual

Se inicia con su obra Diario de un recién casado, escrito durante su viaje a Nueva York, que supone la ruptura con el modernismo y abre la puerta a las vanguardias. Se caracteriza por el verso libre, el uso de poemas en prosa, enumeraciones caóticas y palabras inglesas. Se inicia el camino hacia la poesía pura, desnuda, que busca la expresión de lo inefable. Otras de esta etapa son Eternidades y Piedra y cielo.
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Época suficiente o verdadera

Comprende su producción en el exilio. Se caracteriza por su temática metafísica (identificación del poeta con Dios, la Naturaleza y la Belleza). Destacan Dios deseado y deseante y En el otro costado.
En cuanto a su obra en prosa, cabe decir que tiene toques líricos. Conocidísima es su libro Platero y yo.
Para él la depuración de las formas es el camino hacia la perfección y, por ello, explica que su obra nunca se acaba.

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