21 Feb

Revolución La Gloriosa y el Fin del Reinado de Isabel II

Texto 3

El texto que vamos a comentar es histórico, circunstancial y, según su contenido, político. Se trata de una fuente primaria y un documento público, fechado el 19 de septiembre de 1868, dirigido a la nación española. Su autoría es colectiva, siendo firmado por los principales líderes de la sublevación militar en Cádiz, entre ellos Prim, Dulce, Serrano y Topete, marcando el inicio de la revolución conocida como “La Gloriosa”. El objetivo de este movimiento era establecer un régimen liberal basado en principios democráticos.

Contexto Histórico de La Gloriosa

Durante la última etapa del reinado de Isabel II, gobiernos breves e inestables, liderados por el Partido Moderado y la Unión Liberal, enfrentaron una crisis financiera y un descontento general debido al impuesto del consumo, las quintas, el desprestigio de la reina y el fracaso en campañas exteriores, como la Guerra de Indochina e intervenciones en Santo Domingo y México. En 1868, la Revolución La Gloriosa puso fin al reinado de Isabel II. Las leyes represivas y la dura respuesta a intentos de insurrección como la Noche de San Daniel (1865) y el Cuartel de San Gil (1866) provocaron la formación del Pacto de Ostende, donde progresistas, unionistas y republicanos se aliaron para derrocar a la monarquía. En septiembre, el alzamiento comenzó en Cádiz con Topete y se extendió por España, apoyado por Prim y Serrano. La derrota del ejército fiel a la reina en Alcolea forzó su exilio, dejando el país en manos de los revolucionarios.

Idea Principal del Manifiesto de 1868

La idea principal es justificar el pronunciamiento y pedir a la población que se sume a la sublevación. El texto comienza exponiendo que Cádiz y su provincia se han levantado en armas contra el gobierno moderado de Madrid, al considerar perdida la Soberanía Nacional. Los autores describen la grave situación del país, señalando el incumplimiento de la constitución, la corrupción del sufragio, y que instituciones como ayuntamientos, la administración, la hacienda, la enseñanza y la prensa han sido debilitadas o controladas. A continuación, los autores preguntan si “así ha de ser siempre” esta situación. Proponen la creación de una legalidad común respetada por todos y defienden la formación de un Gobierno Provisional que represente a todos los actores sociales del país, con el objetivo de garantizar el orden mientras el sufragio universal masculino (primera vez que se demanda en España) sienta las bases de una regeneración social y política. Señalan que cuentan con el apoyo de los liberales, la burguesía, el Ejército, la Iglesia y el pueblo en general, confiando también en el respaldo de Europa, que no debería permitir la degradación de España. Finalmente, se hace un llamado a tomar las armas, enfatizando la necesidad de actuar con serenidad y justicia, y no con ira.

Consecuencias de la Revolución de 1868

Respecto a la cuestión planteada, La Revolución de 1868 tuvo consecuencias inmediatas clave: la caída de Isabel II y su exilio en Francia, el fin del dominio borbónico y la formación de un Gobierno Provisional con Serrano al frente. Este gobierno disolvió las Juntas Revolucionarias, convocó elecciones por sufragio universal masculino y promovió la Constitución de 1869, la más democrática hasta 1931. La nueva carta magna estableció una monarquía democrática con soberanía nacional, división de poderes y amplias libertades, incluida la libertad religiosa. Finalmente, en 1870, tras una búsqueda liderada por Prim, Amadeo de Saboya fue elegido nuevo rey.

Conclusión sobre La Gloriosa

Como conclusión, podemos afirmar que la Revolución Septembrina tuvo un carácter dual, con un sector moderado, compuesto por militares, oligarcas y la burguesía, que buscaba un cambio moderado en la monarquía, y movimientos populares que perseguían una revolución democrática. El Sexenio reveló la debilidad de los apoyos a la democracia en España, pero, a pesar de su fracaso, trajo importantes transformaciones legislativas y económicas.


La Restauración Borbónica y el Sistema Canovista

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El documento a comentar es de naturaleza historiográfica, ya que se trata de una viñeta satírica publicada en una revista de la época de la Restauración, *La esquela de La Torratxa*, fechada el 13 de febrero de 1903. Su contenido abarca aspectos sociales y políticos, y tiene un carácter público, pues está dirigido a cualquier lector de la época. Además, es una fuente primaria por su proximidad a los hechos históricos a los que se refiere.

Contexto Histórico de la Restauración

El contexto histórico se sitúa en el periodo de la Restauración borbónica, iniciado tras el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto en 1874, proclamando rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II. El gran artífice de la vuelta de los borbones fue el político conservador Antonio Cánovas del Castillo, ideólogo del nuevo sistema político. Este periodo estuvo protagonizado por el propio Cánovas y Sagasta, y se caracterizó por la alternancia en el poder de conservadores y liberales mediante la manipulación de los resultados electorales. A pesar de la lacra caciquil, la Restauración y la Constitución de 1876 forjaron, hasta ese momento, el régimen más duradero y pacífico de la España contemporánea, al lograr el final de la Tercera Guerra Carlista (con la supresión de fueros vasco-navarros a cambio de un concierto económico) y la Paz de Zanjón con Cuba en 1878. La política conservadora de los gobiernos de Cánovas se “compensó” con algunos avances liberalizadores promovidos por Sagasta como la Ley de Asociaciones o el sufragio universal masculino en 1890, pero ello no evitó el descrédito del sistema y el alejamiento de las masas desilusionadas por el continuo fraude electoral. Con el fin de asegurar la estabilidad política durante la Regencia de María Cristina de Habsburgo, Cánovas y Sagasta firmaron el Pacto del Pardo (1885), en el que acordaron turnarse pacífica y permanentemente en el poder.

Crítica al Sistema Electoral de la Restauración

Idea principal. En esta viñeta se representan dos escenas: en la primera aparece un sacerdote controlando la votación de la gente, poniendo de manifiesto el control social realizado por la Iglesia en los distintos lugares del territorio peninsular, especialmente en el medio rural. En la segunda viñeta aparece otro de los métodos fraudulentos característicos del sistema canovista: la sobrevotación del censo. La viñeta denuncia el caciquismo y el fraude electoral sistemático, así como la influencia del clero en las campañas electorales y la connivencia de las autoridades para “mirar hacia otro lado” y facilitar estas prácticas fraudulentas. Se denuncia el fraude consistente en introducir en las urnas más papeletas que votantes, la complicidad de la Iglesia con el sistema aprovechando su ascendencia sobre la sociedad, y la colaboración de las autoridades policiales. El caciquismo se convirtió en algo sistémico e institucionalizado que no sólo adulteraba las elecciones, sino que extendía la corrupción a todas las esferas políticas. Eran prácticas habituales el encasillado que establecía el ganador ya antes de las elecciones e imponía diputados cuneros (aquellos que se presentaban por una provincia que ni conocían), los pucherazos (destrucción o manipulación de urnas y recuentos), el voto de “los lázaros” (difuntos), y la compra de votos a cambio de favores.

El Caciquismo como Pilar del Sistema Canovista

Respecto a la cuestión planteada, El caciquismo fue clave en el sistema canovista, ya que garantizaba el turnismo y el bipartidismo al controlar alcaldías y elecciones. Su estructura piramidal iba desde el Ministro de Gobernación hasta los caciques locales, quienes influían en la política y la vida diaria, beneficiando a la burguesía conservadora, especialmente en el ámbito rural. El sistema marginaba a los sectores pobres y a partidos ajenos al régimen, como nacionalistas, obreristas y republicanos. La Constitución de 1876 estableció el marco del sistema con principios conservadores y cierta flexibilidad para la alternancia en el poder. Características clave del sistema fueron:

  • Bipartidismo, con el Partido Conservador de Cánovas y el Partido Liberal de Sagasta, excluyendo a los opositores.
  • Turnismo, un pacto entre ambos partidos para alternarse en el poder, consolidado en el Pacto del Pardo (1885).
  • Caciquismo electoral, donde el partido gobernante manipulaba las elecciones para garantizar la victoria del opositor en el turno pactado.

El sistema buscaba estabilidad política imitando el parlamentarismo inglés, pero con control monárquico, recorte de libertades y sufragio restringido.

Conclusión sobre la Restauración

Conclusión. Esta crítica al sistema de la Restauración enlaza con la obra de Joaquín Costa, *Oligarquía y Caciquismo*, libro que constituye un testimonio fundamental para conocer las prácticas fraudulentas por parte de la oligarquía y caciques hasta bien entrado el siglo XX con el fin de integrar la voluntad nacional dentro de la lógica de un bipartidismo que prepara las elecciones y simula formalmente la existencia de un régimen democrático, marginando a las fuerzas políticas opuestas al sistema.

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