09 Mar

La Existencia de Dios y las Ideas Ejemplares según San Agustín

San Agustín de Hipona, influenciado por el creacionismo, sostenía que Dios creó el mundo de la nada (ex nihilo) y que todo lo existente proviene de Él. Además, desarrolló el concepto de razón seminal, que explica la diversidad y evolución de los seres. Para San Agustín, comprender el mundo requiere entender a Dios, aunque no es necesario justificar su existencia. Desde una perspectiva dualista, distinguió entre el Dios necesario (perfecto, inmutable, creador) y el mundo contingente (que existe, pero podría no haber existido, y donde los seres no son necesarios).

Argumentos para la Existencia de Dios

San Agustín propuso varios argumentos para la existencia de Dios, destacando las ideas ejemplares: verdades intelectuales preexistentes que no son creación humana, sino divina, y que son fundamentales para el conocimiento.

  • Argumento Cosmológico: La capacidad de percibir un orden en el universo implica un creador divino.
  • Argumento Psicológico: Dios existe porque da sentido a la vida y llena el vacío del alma; la felicidad es el gozo en Dios.
  • Argumento del Consenso: La creencia generalizada en seres supremos en todas las sociedades sugiere la existencia de Dios.

La Libertad y el Problema del Mal en San Agustín

San Agustín relaciona el dualismo de cuerpo y alma con la libertad y el problema del mal. El cuerpo, corrompido por el pecado, contrasta con el alma inmaterial, que nos acerca a Dios. El mal no es una entidad creada por Dios, sino una privación del bien, resultado del mal uso del libre albedrío otorgado por Dios.

El ser humano, creado con libre albedrío, puede elegir entre seguir a Dios o al pecado. La elección del mal moral es responsabilidad humana. La verdadera libertad, la tendencia hacia Dios, solo se alcanza con la gracia divina. El mal físico (sufrimiento, enfermedades) es parte de la naturaleza y no se atribuye directamente a Dios. San Agustín ve el sufrimiento físico como un camino potencial hacia la salvación, donde el sacrificio por Dios demuestra mayor libertad.

Fe y Razón: El Principio de «Creer para Entender»

San Agustín establece una relación complementaria entre fe y razón, ambas necesarias para el conocimiento pleno. La certeza del conocimiento (SI FALLOR SUM – «Si me equivoco, existo») se basa en la triple certeza: existir, vivir y entender. La capacidad de pensar, incluso erróneamente, demuestra la existencia. Esta certeza interna, el conocimiento interior válido, implica que la mente puede trascender en busca de la verdad. Si el entendimiento es válido, sus principios también lo son, permitiendo alcanzar el conocimiento, cuyo culmen es Dios.

Niveles de Conocimiento

San Agustín gradúa el conocimiento humano:

  1. Sentidos: Nivel más bajo, relacionado con el mundo físico y sus deficiencias.
  2. Conocimiento Racional Inferior: Conocimiento del presente y de las realidades físicas mediante la razón.
  3. Conocimiento Racional Superior (Sabiduría): Conocimiento de Dios y sus ideas, el nivel más alto, alcanzado mediante la fe iluminada por la gracia divina.

San Agustín enfatiza la complementariedad de fe y razón («Creer para entender»). La razón precede a la fe, ya que es lógico creer, pero la razón puede fallar, requiriendo la fe. La fe guía y la razón profundiza; cualquier error es atribuible a la razón.

Filosofía de la Historia: Ciudad Terrena y Ciudad de Dios

San Agustín desarrolla una filosofía política analizando la historia de la humanidad, concluyendo que, independientemente de los cambios de gobierno, el cristianismo perdura. Divide la historia en cinco etapas: desde el Génesis hasta el Juicio Final, pasando por el pecado original, la espera de Cristo, su llegada, pasión y el establecimiento de la Iglesia.

Las Dos Ciudades

En el Juicio Final se distinguen dos grupos, no geográficos, sino espirituales y morales:

  • Ciudad Terrena (Civitas Diaboli): Formada por quienes se aman a sí mismos hasta despreciar a Dios, buscando bienes temporales y gloria humana. Su consecuencia es el castigo eterno.
  • Ciudad de Dios (Civitas Dei): Compuesta por quienes aman a Dios sobre todas las cosas, buscando la gloria divina y guiándose por el alma. Su recompensa es la contemplación eterna de Dios.

La pertenencia a una u otra ciudad se determina por el amor predominante en cada persona. Durante la vida terrenal, ambas ciudades coexisten y pueden haber individuos «disfrazados» en ambas.

La Existencia de Dios: Las Cinco Vías de Tomás de Aquino

Tomás de Aquino afirma que los seres humanos tienen una capacidad limitada para conocer. La existencia de Dios no es evidente y debe ser demostrada mediante la razón. Tomás propone cinco vías:

  1. Vía del Movimiento (Aristóteles): Una serie infinita de movimientos es absurda; debe haber un primer motor inmóvil, Dios.
  2. Vía de la Eficiencia (Aristóteles): Una serie infinita de causas es absurda; debe haber una primera causa incausada, Dios.
  3. Vía de la Contingencia (Maimónides): Una serie infinita de seres contingentes es ilógica; debe haber un ser necesario que cree a los seres contingentes, Dios.
  4. Vía de la Perfección (Platón): Percibimos grados de perfección (belleza, etc.) porque existe un ser perfecto, Dios, y sus ideas.
  5. Vía de la Causa Final (Aristóteles): Los seres humanos necesitan una causa final para alcanzar su fin, Dios.

Felicidad y Posesión de Dios

San Agustín concibe la felicidad como la posesión plena y eterna de Dios, la única vía para ser verdaderamente felices. Acercarse a Dios requiere elegir su camino, evitar el pecado y mostrar sacrificio, para que, con la ayuda de la gracia divina, alcancemos la felicidad y el verdadero conocimiento. Dios es el único que satisface plenamente el anhelo del alma. La iluminación se extiende a todas las cosas y verdades eternas, permitiendo conocer nuestro origen y reconocer la dependencia ontológica de Dios. Para Agustín, conocer la verdad es conocer a Dios. La auténtica felicidad, la beatitud, es la tendencia a satisfacer el deseo de saber y conocer.

Agustín plantea dos problemas:

  1. El que proviene del alma, que lleva al autoconocimiento, placentero y digno de la vida feliz.
  2. El que proviene de Dios, que lleva al conocimiento de nuestro origen, que es valioso y conduce a la felicidad.

La auténtica verdad es Dios, y nadie puede ser feliz si no es sabio (si no conoce a Dios). La felicidad se resume en el encuentro entre el ser humano y Dios.

La Influencia de la Filosofía Platónica en el Pensamiento de Agustín

La filosofía de San Agustín muestra una clara influencia platónica en muchas de sus ideas. Entre las influencias neoplatónicas, se observa en ambas filosofías una gradación ontológica donde el Uno es todo y todo lo que surge es creado por la acción de este. De manera similar, en la teoría de San Agustín, Dios y sus ideas son el todo, y a partir de la razón seminal se crean copias de sus pensamientos. Ambas corrientes perciben la maldad como lo alejado del Uno o de Dios, aunque su origen difiere.

Coincidencias con Platón

Existe coincidencia con Platón en el dualismo antropológico, ontológico y epistemológico:

  • Antropología: Ambos conciben el cuerpo como material y el alma como inmaterial. Difieren en el origen del alma: para Agustín, Dios crea alma y cuerpo simultáneamente; para Platón, el alma preexiste.
  • Ontología: Ambos distinguen dos realidades. Agustín: Dios y sus pensamientos, y las cosas creadas del mundo contingente. Platón: Mundo de las Ideas (copiado por el Demiurgo para crear el mundo sensible).
  • Epistemología: Ambos diferencian entre el conocimiento del mundo sensible y el inteligible. San Agustín relaciona el conocimiento inteligible con Dios, ya que las verdades eternas residen en la mente divina.

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