15 Nov
Contextualización de San Agustín
El texto pertenece a La Ciudad de Dios (Civitas Dei), concretamente a los libros XI, capítulos 26-27. Esta obra, escrita por San Agustín después de la caída del Imperio Romano, es su primer intento de construir una filosofía de la historia desde una perspectiva teológica.
Vida, Obra y Motivación
Su motivación es apologética (rama de la teología que expone las pruebas y fundamentos de la verdad de la religión católica). Esta motivación surge a raíz del saqueo de Roma. Agustín de Hipona nació en Tagaste (Argelia), en la provincia romana de Numidia, en el año 354 y murió en el 430. De padre pagano y madre cristiana, fue educado por esta última en el cristianismo, aunque pronto abandonó su práctica.
En su ciudad recibió una intensa formación, se inició en la lectura y la escritura, y posteriormente en la gramática y la retórica. Siendo un joven de 19 años, la lectura de la obra Hortensio, de Cicerón, fue de gran importancia para su formación, imprimiendo en su personalidad la creencia de alcanzar la verdad y la sabiduría, lo que le llevó al maniqueísmo (doctrina que postula dos principios radicales: el luminoso o principio del bien, y las tinieblas o principio del mal).
La posesión de la verdad solo la encontró en el cristianismo, al que se convirtió por influencia del obispo Ambrosio en el año 387. Desempeñó una intensa y afanosa práctica en el seno de la Iglesia, primero como sacerdote y, desde 395, como obispo de Hipona. Hasta el momento de su muerte en Hipona, en el año 430, desarrolló una vasta tarea apologética. Entre los escritos de San Agustín destacan: Contra las Academias, Confesiones (autobiografía) y La Ciudad de Dios. Esta última es su obra capital, en la que sintetizó su pensamiento filosófico, teológico y político. También escribió algunos tratados como: Sobre la Trinidad y Sobre la Religión Verdadera.
Contextualización Histórico-Social
Esta obra se ve influida por la caída del Imperio Romano, un imperio que había marcado la historia de Europa durante sus últimos siglos. Durante los siglos I-II, hubo un renacer del pensamiento platónico y una proliferación de creencias de tipo mistérico. Esta doctrina platónica influyó en la obra de San Agustín, sobre todo a partir de sus obras Fedón y Timeo. En el 410, Alarico entró en Roma y la saqueó; era el fin del Imperio Romano. Este es el período que vive San Agustín y en el que elabora su pensamiento, que sería seguido por la Iglesia romana.
Contextualización Histórico-Filosófica
Filosofía Medieval
El pensamiento medieval aborda temas como las relaciones entre fe y razón, la relación con Dios y el mundo, o los minerales. El mundo se considera como un sistema de realidades simbólicas que remiten a Dios. El mundo es el efecto de una causa suprema: Dios. Esta filosofía medieval no se identifica ni con la escolástica (conjunto de corrientes filosóficas que se originaron en la Europa medieval, caracterizadas por ser una síntesis entre los dogmas de la Iglesia católica y la filosofía griega) ni con la filosofía cristiana. Si se entendiese por filosofía medieval el conjunto de doctrinas surgidas a partir del siglo XVI, San Agustín, que vive en el siglo IV, no debería incluirse en este período, aunque es imprescindible para entender esta filosofía.
Patrística
Se desarrolla durante los primeros siglos de la era cristiana. En este período se plantean las cuestiones clave de la filosofía medieval: las relaciones entre fe y razón, el debate entre las dialécticas y las antidialécticas, etc. Asimismo, se escriben las primeras obras patrísticas. Fue llevada a cabo por los Padres de la Iglesia, tratando cuestiones teológicas. Esta filosofía termina en el siglo VII en Occidente y en el siglo VIII en Oriente.
Neoplatonismo
Corriente filosófica que nace en el siglo II y que fundamentalmente es una reaparición de la filosofía de Platón. Sus principales representantes fueron Filón y Plotino. Este último influyó profundamente en San Agustín. Para Plotino, todas las cosas proceden por emanación de lo Uno. Defiende la preexistencia y la inmortalidad del alma.
Contextualización Temática
El pensamiento de San Agustín configuró un conjunto de doctrinas que se mantuvieron durante la Edad Media al entrar en disputa con el aristotelismo. Entre las doctrinas que percibieron sus representantes, se encuentran:
- Voluntarismo: primacía de la voluntad sobre el entendimiento.
- Preeminencia de la fe respecto de la razón; el iluminismo, que se opuso a la teoría aristotélica de la abstracción difundida por Tomás de Aquino.
- La doctrina política de las dos ciudades: linealidad del tiempo histórico.
San Agustín es la figura más importante de la filosofía patrística y es el filósofo más influyente en la etapa posterior o escolástica, como en San Anselmo y Santo Tomás.
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