25 Oct
Diferencias entre «sexo» y «género» según Butler
Los conceptos de sexo y género, según Judith Butler en El género en disputa, no tienen una definición concisa, sino que se construyen a lo largo del primer capítulo.
Género como performance
El género puede entenderse como una performance. Actuamos y tomamos un rol para presentar al mundo el género que queremos mostrar o que se nos exige. La performatividad del género implica consecuencias. Actuamos cotidianamente de una manera que se identifica como femenina o masculina dentro del sistema binario de género vigente en la sociedad. Nadie nace con un género, sino que, basándose en Simone de Beauvoir, se llega a él.
Género como construcción social
Estamos condicionados por la opinión y las críticas de otros. El género es una construcción social basada en lo normativo según la raza, religión, región, clase y momento histórico. Este binarismo hombre-mujer no admite otros géneros que no tengan «coherencia» y continuidad entre género y cuerpo sexuado, lo que los hace inconcebibles. Aunque los sexos parezcan nítidamente binarios, no implica que los géneros deban serlo.
Género y representación política
El concepto de género se ha utilizado históricamente para dividir a las personas entre quienes merecen representación política y quienes no. La representación exige un sujeto previo, y la mujer no era considerada como tal. El sujeto se forma en el seno del mismo sistema que dice emanciparla, lo cual es problemático en términos representativos. La crítica feminista debería entender que las mismas estructuras de poder que buscan la emancipación restringen a las mujeres como sujeto del feminismo, ya que «mujer» también es un constructo social. Butler incluso duda de que el sexo biológico, dado al nacer, no tenga influencias sociales en el discurso científico que argumenta que ciertos atributos corporales son femeninos o masculinos. Este afán de corporalidad deja a la vista que la res extensa (cuerpo) puede no corresponderse con la res cogitans (mente), donde residiría el género.
Crítica al patriarcado universal
Con este concepto de género, Butler afirma que la idea del patriarcado universal, defendida por algunas feministas, destruye el movimiento al recurrir al constructo binarista. La oposición femenino/masculino se descontextualiza y separa analítica y políticamente la etnia, religión, condición política y judicial, e incluso las relaciones de poder que constituyen la identidad, desvirtuando el propio concepto de «identidad». Lejos de lograr universalidad y unidad, genera divisiones dentro del movimiento feminista, ya que no se fijan los límites de la identidad.
Reconstrucción del feminismo
El feminismo debería reconstruirse considerando el género y la identidad como construcciones variables por normatividad y metodología. Butler se aventura a decir que “la ‘representación’ tendrá sentido para el feminismo sólo cuando el sujeto de las ‘mujeres’ no se dé por sentado”.
Distinción entre sexo y género
El género se construye culturalmente (jurídica y socialmente), por lo que no es resultado causal del sexo ni tan fijo como él. No es correcto decir que género es a cultura como sexo a biología.
La distinción entre sexo y género supone que hombre y masculino sean aplicables a cuerpos de hombre y de mujer, igual que mujer y femenino. La naturaleza sexuada se explica en un contexto prediscursivo heterosexuado, es decir, desde antecedentes que han condicionado el pensamiento y han construido el rol que aceptamos “performar”. La biología ha ligado sexo y género, práctica sexual (reproducción) y deseo sexual.
Lenguaje falogocéntrico
Otra influencia para el feminismo es la conciencia del lenguaje falogocéntrico. Butler, al igual que Luce Irigaray, afirma que el lenguaje emplea el masculino no por economía del lenguaje, sino porque representa a los sujetos, y la mujer no es un sujeto, sino lo inexistente. El discurso teorizador entre lo femenino y lo masculino no puede darse porque la relación entre la mujer y el lenguaje es prediscursiva. Esto crea un problema circular entre el lenguaje y el feminismo, del cual se puede escapar redefiniendo identidad y género. El sexo es el cuerpo sexuado, pasajero, impuesto por la naturaleza y puesto en duda en el caso de las personas hermafroditas.
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