27 Nov

Siglos de Oro: Literatura Española del Renacimiento y el Barroco

Poesía de los Siglos de Oro

El Renacimiento, especialmente a través de Garcilaso de la Vega, significó la recuperación de la poesía clásica y la importación de modelos italianos. Esta nueva tradición, muy rica gracias al acceso a la cultura de una gran cantidad de autores, permitió que la lista de poetas importantes fuera muy amplia, de ahí la denominación de «Siglos de Oro». El Barroco representó la diversificación del camino iniciado por Garcilaso en dos vías: el conceptismo y el culteranismo, destacando las figuras de Góngora y Quevedo; este último, además, un prosista excepcional.

Poesía Renacentista

La poesía del siglo XV puede dividirse en dos partes: durante la primera mitad, sigue la tradición de la poesía cancioneril sin aportar novedades; durante la segunda mitad, se importan las formas italianas a través de la obra de Garcilaso de la Vega. Los temas principales son el amor y la naturaleza. Las fuentes son autores grecolatinos como Horacio u Ovidio, y el Cancionero de Petrarca. Se importaron nuevas formas estróficas como el soneto, la lira o la octava real, y se retomaron formas clásicas como la égloga, la elegía y la oda.

Garcilaso de la Vega

Paradigma del escritor de la época, miembro de la corte de Carlos V, soldado y poeta. Siguiendo el consejo de Juan Boscán, introdujo el soneto en lengua castellana, pero también destacaron sus liras y églogas. Su obra influirá en la tradición poética hasta el siglo XX, con la Generación del 27.

Fray Luis de León

Catedrático de teología en la Universidad de Salamanca, tradujo el Cantar de los Cantares y, como consecuencia, fue apartado de la docencia por la Santa Inquisición debido a la alta carga erótica del libro. Su obra poética es importante porque toma la tradición clásica, introduciendo en ella las raíces religiosas cristianas y las innovaciones formales de Garcilaso para componer una poesía que permite la aparición de la obra del resto de poetas de la época, desde Herrera hasta San Juan de la Cruz. Podemos destacar composiciones como la «Oda a Salinas» o «Que descansada vida», donde aparecen los tópicos de la torre de marfil o el aurea mediocritas.

Juan de Yepes/San Juan de la Cruz

Monje carmelita descalzo que, junto a Santa Teresa de Jesús, promovió la renovación de su orden, lo que le valió la prisión, lugar donde escribió sus obras. La poesía de San Juan de la Cruz es un intento de explicar lo inefable: la experiencia mística, el proceso de unión con Dios que solo se ha visto reflejado en contadas ocasiones por escrito. El proceso de unión con Dios pasa por tres fases que San Juan de la Cruz transcribe en su obra, breve en extensión pero de gran profundidad y pervivencia, donde podemos destacar Subida al Monte Carmelo y Llama de amor viva.

La Prosa de los Siglos de Oro

Durante el siglo XVI, la prosa didáctica adquiere una gran importancia, fomentando su desarrollo. Son muy importantes e interesantes por su novedad, destacando los Diálogos de los hermanos Valdés, posiblemente alumbrados en los que se recogen buena parte del ideario procedente no solo de las ideas reformistas de Erasmo, Lutero y Calvino, sino también algunas ideas propias de las doctrinas ocultistas que empiezan a abundar por toda Europa. Podemos destacar el Diálogo de Mercurio y Caronte, el Diálogo de la Lengua y el Diálogo de las cosas sucedidas en Roma. Es muy importante también la obra de Santa Teresa de Jesús, en la que, de forma paralela a la poesía de San Juan de la Cruz, se trata la experiencia mística y la reforma de la orden carmelita. Las obras más destacadas son Las Moradas y Las Fundaciones.

La prosa de ficción destaca por las novelas sentimentales y las novelas bizantinas. Las novelas sentimentales tratan temas moriscos y pastoriles, inspirándose en la antigüedad y los romances. La novela bizantina se encuentra a medio camino de la novela de aventuras y la amorosa, puesto que en ella los amantes protagonistas viven varias aventuras motivadas por su intento de reencontrarse tras una separación impuesta por sus familias o por el destino; es el inicio de la novela de aventuras.

La primera obra maestra en prosa renacentista es La Celestina, que no solo plantea un tema ambiguo con una estructura de aparente sencillez (historias ensartadas), sino que empieza a reflejar los contenidos metanovelísticos que luego desarrollará Cervantes. El protagonista se dirige a un receptor para explicar su biografía como justificación del «caso» sobre el que se le ha perdido información.

La Aragonesa consentida de su mujer: se trata de una obra donde encontramos un substrato crítico con la ideología oficial, de posible origen judío o reformista, que justifican el anonimato de la obra.

Cervantes y el Quijote

La biografía de Cervantes nos muestra una especie de imagen deformada del gran escritor de la época, Garcilaso de la Vega: soldado de poca fortuna que perdió su brazo en la batalla de Lepanto, preso en Argel, obtuvo un cargo de cobrador de impuestos que lo llevó a un poco claro episodio de acusaciones de quedarse con el dinero; sus hermanas, cuando vivieron con él, recibían un apodo insultante debido a sus confusos negocios. Durante toda su vida buscó la gloria literaria cultivando todos los géneros: la poesía con La Galatea, el teatro con los entremeses y la prosa con las Novelas ejemplares. Fue ninguneado e insultado por el resto de autores contemporáneos y es el autor de la que probablemente sea la mayor obra en prosa en cualquier lugar de todos los tiempos.

El Quijote se publica en dos partes. En la primera parte encontramos una estructura en la cual la historia principal del hidalgo que enloquece y parte en busca de aventuras, primero solo y luego acompañado de Sancho Panza, se desarrolla primero en una serie de encuentros y aventuras de carácter bildungsroman, que dan paso a las narraciones ensartadas que empiezan a aparecer cuando el hidalgo permanece en Sierra Morena. Estas digresiones desaparecen en la segunda parte cuando los protagonistas empiezan su viaje hacia Barcelona, y los únicos contrapuntos que se encuentran son los duques, con quienes se sigue desarrollando la paradoja que marca buena parte del contenido del libro.

¿Quién está más loco, el loco o los cuerdos?

La novela se adelantó varios siglos a conceptos como la metaficción cuando introduce un narrador interpuesto, la paradoja entre realidad y ficción, el intento de presentar una novela letal o, por citar un último ejemplo, la introducción de ideas filosóficas en el discurso de las armas y las letras. Todas estas cuestiones no volverán a aparecer con la misma entidad hasta el siglo XX. Además, el personaje principal no solo pasa a ser un arquetipo universal, sino que también caracteriza una forma de ser o de comportarse.

La Literatura en el Barroco

Introducción

En el Barroco, la situación política y social, con el reinado de Felipe II, la Contrarreforma y la crisis económica, configura una situación donde la literatura es utilizada como vía de escape por la sociedad y aprovechada por el poder político para transmitir su ideología y controlar al pueblo mediante el entretenimiento. Se inicia la posibilidad de acceso al arte de todas las clases sociales a través de la literatura, y los autores adquieren una importancia y notariedad similares a las que se producirían posteriormente.

La Poesía Barroca

La senda iniciada por Garcilaso será seguida por Góngora y Quevedo, máximos representantes del culteranismo y el conceptismo. La primera corriente se basa en la complicación estructural, sobre todo a través del recurso a la hipérbaton, en obras como las Soledades. La segunda corriente se basa en el concepto, que es la relación entre ideas e imágenes, y podemos destacar las obras de Góngora y Quevedo.

Deja un comentario