31 May
Mecanismos de Defensa del Organismo
1. Concepto y Tipos de Defensa
Existen dos mecanismos de defensa principales frente a los microbios patógenos y células extrañas:
- Defensa Inespecífica o Innata: Actúan frente a cualquier microbio y están activadas permanentemente, sin necesidad de entrar en contacto previo con el agente extraño.
- Defensa Específica o Adquirida: Dirigidos contra un microbio determinado, se activan solo al entrar en contacto con él. Es un proceso más lento y complejo, llevado a cabo por los linfocitos.
2. Defensa Innata o Inespecífica
Este sistema se compone de dos mecanismos principales:
2.1. Barreras Externas
Constituyen la primera línea defensiva que impide la entrada de cualquier microbio. Se dividen en:
- Barreras Físicas: La piel y los epitelios (mucosas) que recubren las cavidades internas de órganos huecos. Las lesiones en estas barreras actúan como puertas de entrada para los microbios patógenos.
- Barreras Químicas: Fluidos segregados por la piel y mucosas con acción antimicrobiana:
- Secreción sebácea: En la piel, crea un pH ácido de 5,5 que inhibe la proliferación de microbios.
- Mucus: Producido por las mucosas digestiva y respiratoria, atrapa a los microbios.
- Lisozima: Presente en la saliva, las lágrimas y el mucus, con acción bactericida.
- Jugo gástrico: Contiene HCl que destruye parte de los microbios ingeridos con los alimentos.
- Barreras Biológicas: Bacterias que colonizan la piel y las mucosas, como las del colon, que evitan la multiplicación y el desarrollo de microbios patógenos mediante competencia.
2.2. Barreras Internas
Se activan cuando un microbio patógeno supera las barreras externas e invade los tejidos subepiteliales. Son defensas locales que buscan evitar la propagación de la infección. Se componen de:
- Reacción Inflamatoria: Los mastocitos liberan histamina, sustancia que provoca vasodilatación capilar y aumento del flujo sanguíneo en la zona afectada, generando enrojecimiento y calor local. La histamina también aumenta la permeabilidad capilar, permitiendo la salida de plasma sanguíneo y causando edema (hinchazón). Los síntomas de la inflamación son: tumor (hinchazón o edema), calor local, rubor (enrojecimiento) y dolor.
- Respuesta Celular Inespecífica: El aumento del flujo sanguíneo facilita la llegada de fagocitos (leucocitos, neutrófilos y macrófagos) a la zona infectada. Las sustancias liberadas durante la inflamación atraen a los fagocitos, que atraviesan las paredes de los capilares (diapédesis) y se acumulan en los tejidos infectados. Los fagocitos destruyen los microbios mediante fagocitosis y mueren después de fagocitar. El pus es el resultado de esta actividad, formado por plasma sanguíneo y restos de fagocitos muertos.
3. Defensas Específicas: Células y Órganos de la Respuesta Inmunitaria
Cuando las defensas inespecíficas son insuficientes, se activa la tercera línea defensiva: la respuesta inmunitaria. Esta respuesta, llevada a cabo por los linfocitos, es específica porque actúa selectivamente contra un microbio determinado y se desencadena al entrar en contacto con él.
La respuesta inmunitaria se basa en la capacidad de los linfocitos para distinguir lo propio de lo extraño. Todas las células presentan en su membrana un conjunto de glicoproteínas con función antigénica llamadas antígenos del complejo principal de histocompatibilidad (CMH). Estas glicoproteínas representan la marca que identifica a una célula como perteneciente a un individuo concreto. Al detectar CMH extraños, los linfocitos desencadenan la respuesta inmunitaria para destruir los agentes extraños.
Existen dos tipos básicos de linfocitos: los linfocitos B y T, responsables de dos tipos de respuestas inmunitarias:
- Respuesta Inmunitaria Humoral: Los linfocitos B producen anticuerpos que neutralizan a las células extrañas (antígenos).
- Respuesta Inmunitaria Celular: Los linfocitos T y las células CPA (como macrófagos y leucocitos neutrófilos) destruyen directamente a las células infectadas.
4. Antígenos
Un antígeno es cualquier molécula extraña al organismo, inmunogénica, capaz de provocar la síntesis de anticuerpos específicos y de unirse a ellos. Son químicamente heterogéneos, pudiendo ser proteínas, lípidos, glúcidos, etc., que se localizan en la superficie de una célula extraña. Los determinantes antigénicos o epítopos son pequeños fragmentos del antígeno por los cuales se une al anticuerpo específico.
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