08 Abr
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Explica los elementos fundamentales del sistema político ideado por Cánovas
La inestabilidad del Sexenio Democrático provocó un viaje de la burguésía hacia posiciones conservadoras: el fracaso de la oligarquía había despertado amplias capas sociales el anhelo de una restauración monárquica en cuanto al orden y garantía de la estabilidad de la propiedad privada y los intereses el Iglesia.
Cánovas del Castillo fue la gran figura política del momento y el artífice de la Restauración, ya que quién preparó la vuelta España – y el trono- de Alfonso XII hijo de Isabel II.
En los años anteriores, los partidarios de la restauración borbónica habían emprendido
un activo labor diplomática con el fin de lograr apoyo internacional para el nuevo monarca.
Pero los monárquicos estaban divididos en diferentes grupos, según el candidato que apoyaba, por lo que Cánovas volcó sus esfuerzos en presentar al príncipe Alfonso como único candidato idóneo al trono.
La intención de Cánovas era que la restauración borbónica se pusiera como resultado de un estado de opinión favorable.
Para ello, había redactado y hecho firmar al príncipe Alfonso el Manifiesto de Sandhurst en el que expónía al pueblo español sus ideales religiosos y sus propósitos conciliadores.
Pero los militares adelantaron una vez más y el desencadenante de la Restauración fue el pronunciamiento en Sagunto, 1874, del General Martínez Campos, que proclamó rey de España Alfonso XII. Cánovas por tanto se ve obligado admitirlo. Cánovas del Castillo no solo había preparado y dirigido la estrategia para volver entronizar a la casa de Borbón en España, sino que también había diseñado el nuevo sistema político que se había de regir la monarquía a partir de entonces.
Como hombre, aspiraba construir un sistema político estable y sólido capaz de superar definitivamente la confusión y el desorden que habían caracterizado la mayor parte del Siglo XIX.
Su fuente inspiración el modelo inglés, se basaba en la alternancia en el gobierno de dos grandes partidos y en la consolidación de dos instituciones fundamentales, la monarquía y el Parlamento, que habían hecho y innecesario la elaboración de una constitución escrita. Se trataba, en definitiva, de aplicar la doctrina inglesa de la balanza de poderes, según la cual la estabilidad se basaba en el equilibrio de fuerzas opuestas de igual poder: Corona y Parlamento;
partido gobernante y partido en la oposición.
El proyecto político de Cánovas se apoyaba sobre tres soportes fundamentales:
· El rey y las cortes, como instituciones fundamentales que compartían soberanía.
· El bipartidismo, como sistema idóneo alternancia en el poder.
· Una constitución moderada, como marco jurídico del sistema.
· Fraude electoral:
Encasillado, caciquismo y pucherazo.
(fin de la intro)
Para Cánovas, la nacíón era una creación histórica que se configuraba lo largo del tiempo. Y de la experiencia histórica surgía una Constitución interna, propia de cada nacíón. Así que no va a retornar a los planteamientos del liberalismo doctrinario.
Siguiendo el modelo bipartidista inglés, la labor de gobierno debía recaer exclusivamente en dos partidos principales, que se alternarían en el poder y en la oposición. Cánovas no se limitó a configurar su propio partido, el Partido Conservador, sino que además organizó su oposición, Sagasta, que creó el Partido Liberal. Ambos eran partidos dinásticos y de cuadros integrados solo por dirigentes políticos que defendían los intereses de la oligarquía.
Excluido de la posibilidad de gobernar quedaron los carlistas, por anticonstitucionales, y los partidos republicanos, por antimonárquicos. Los objetivos del bipartidismo son: evitar recurrir a golpes revolucionarios, asegurar la estabilidad del sistema político, impedir el acceso al poder de los grupos extremistas (carlistas, socialistas, republicanos) y mantener el orden socioeconómico en beneficio de la clase dominante.
Tras la celebración de elecciones, se reunieron las Cortes Constituyente. El resultado fue la Constitución de 1876, moderada y basada en lo esencial en la de 1845, aunque con algunos derechos de la del 1869, pero recortados.
Su gran ventaja radicaba en la elasticidad; es decir, en su articulado poco preciso compatible con gobiernos de muy distinto signo político.
De ese modo, los sucesivos gobiernos podrían cambiar las leyes ordinarias sin tener que cambiar la Constitución.
Las principales carácterísticas fueron:
· Establecía la soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
· Aumento de dlas prerrogativas del rey, que manténían el poder ejecutivo, sancionaba y promulgaba las leyes, y convocaba, suspendía y disolvía lasCortes.
· Las Cortes eran bicamerales.
o El Senado adquiríó un carácter elitista y estaba integrado por tres grupos: los senadores vitalicios por derecho propio, senadores vitalicios nombrados por el rey, y senadores elegidos por los mayores contribuyentes y las Corporaciones, para lo cual debía de tener un alto nivel de fortuna o haber desempeñado altos cargos político.
o El congreso era electivo, pero la Constitución no definíó el tipo de sufragio, que por ley se se establecíó el sufragio censitario.
· Contenido la declaración de derechos semejante a la de 1869, pero limitada.
· Declaraba el catolicismo como religión oficial del estado y se prohibía las manifestaciones públicas de cualquier otra religión, aunque se reconocía la libertad individual de culto.
Aunque la verdadera opinión del cuerpo electoral no importaba en absoluto, la farsa, para ser aceptable, debía parecer legitimada. Ahí intervénía un nuevo entramado de corrupción que tenía su protagonista principal en la figura del cacique.
Los cambio de gobierno se pactaban de antemano y después se amañaban las elecciones mediante métodos fraudulentos. Tanto el Partido Conservador como el Liberal tenían su propia red organizada, para asegurarse los resultados electorales. Se trataba de una red piramidal con la siguiente estructura y funcionamiento:
1. En Madrid estaba la oligarquía o minoría política dirigente, integrada por los altos cargos políticos y personajes influyentes de ambos partidos. Desde Madrid se comunicaba a los gobernadores civiles de las provincias con los resultados electorales que se pretendía obtener en ellas.
2. En cada capital de provincia el gobernador civil daba la lista de candidatos que debían salir elegidos en cada localidad, y daba, y estos a su vez, daban las instrucciones a los caciques locales (“encasillado”) .
3. Por último en las comarcas, pueblo y aldeas, actuaban los caciques locales, que eran personalidades con poder e influencias, bien por su riqueza económica, bien por su prestigio o sus contactos, de forma que podían controlar a mucha gente que dependían de ello. Se encargaban de que resultarán elegidos los candidatos en el “encasillado”, para lo cual recurrían a los más variados procedimientos, el “pucherazo”, todo tipo de coacciones y chantajes que se hacía a los votantes.
De este modo, se organizaba el fraude electoral de arriba abajo, la capacidad de manipulación y fraude era mucho menor en las ciudades que en el medio rural, donde las viejas formas de dominación feudal todavía pervivían, aunque modificadas, en los nuevos mecanismos de control de los terratenientes sobre los campesinos.
El sistema político de la Restauración no era más que una fachada institucional para ocultar el verdadero control del poder -económico, social y político- por parte de una reducida oligarquía. Apenas tenía consecuencia que el sufragio fuera censitario o universal masculino, donde tenían más probabilidades de obtener algún escaño los candidatos de otros partidos distintos del Conservador y Liberal.
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