08 Oct
EL CLASICISMO I
Introducción
Musicalmente, delimitamos su cronología entre los años 1730 y 1820 aproximadamente.
En el resto de las artes, esta etapa se conoce con el nombre de “Neoclasicismo”, ya que se produce una nueva vuelta a los ideales de la cultura grecorromana, basados en la razón al servicio del equilibrio y la belleza.
La música irá abandonando los círculos eclesiásticos y palaciegos para desenvolverse en los círculos burgueses de casas privadas, salones y conciertos públicos. El compositor irá afirmándose como un artista liberal que busca llegar a un nuevo público con una música humana y natural, elegante y agradable para todos, en la que predomina la claridad formal y la sencillez melódica. Sus frases son regulares.
La música vocal profana: La ópera clásica
La ópera, nacida en el Barroco en torno a los círculos aristocráticos, (al igual que el resto de formas musicales) vivirá durante el clasicismo una serie de cambios: tiende hacia la naturalidad, elimina los excesos barrocos y se acercan los argumentos y los personajes al nuevo público burgués.
La música profana: La ópera seria
El iniciador de esta reforma en la ópera seria será el compositor alemán Gluck, que sentará las bases de la nueva ópera en 1762 con la obra “Orfeo y Eurídice”. Sus reformadas óperas utilizan una música más sencilla y evitan los contrastes entre aria y recitativo, haciendo las arias más simples y los recitativos más expresivos. El argumento es también más sencillo y creíble, desechando los elementos fantásticos y artificiales del Barroco. Suele estructurarse en tres actos y trata temas de carácter mitológico que terminan con finales heroicos y ejemplarizantes.
La música profana: La ópera bufa
La ópera bufa tomará el modelo de “La serva padrona” de Pergolesi y se convertirá en el género operístico preferido del Clasicismo. Utiliza el idioma propio de cada país y sustituye los recitativos por diálogos hablados. Los argumentos tratan temas de la vida cotidiana dándoles un carácter cómico y a veces sentimental. Emplea medios más humildes que la ópera seria, con menos personajes, orquestas más reducidas y estructuras más breves.
El compositor más importante fue W.A. Mozart, cuyas óperas marcan la cumbre de este género (aunque también escribíó extraordinarias óperas serias). Entres sus óperas bufas destacan “Las bodas de Fígaro” y “La flauta mágica”, claro ejemplo de singspiel.LA DANZA EN LA ANTIGÜEDAD
La danza primitiva, al igual que la música, está relacionada con los gestos más elementales de la vida. Todas las civilizaciones antiguas practicaron la danza como una forma de acompañamiento y celebración de todo tipo de actos sociales. Sin embargo, será Grecia la primera civilización que dé a la danza un papel fundamental más allá de lo lúdico o lo religioso.
Ya hemos visto que en la antigua Grecia la música era una disciplina unida a la poesía y la danza. En consecuencia, la danza, incluida en la música, se considerará también como una parte fundamental en la educación de los ciudadanos. Los griegos basaban sus danzas en los movimientos del cuerpo unidos a la poesía hablada o cantada y acompañada por instrumentos.
La civilización romana no concedíó la misma importancia a la música pero, heredera de Grecia, incluyó el canto y la danza en sus espectáculos teatrales y en todas las fiestas y celebraciones populares.
La llegada del cristianismo intentó eliminar las danzas, asociadas a ritos paganos considerados peligrosos para sus fieles. Sin embargo, las fiestas, profanas o incluso religiosas, se siguieron acompañando del baile.
LA DANZA EN LA Edad Media
Después de largos años de prohibición, la danza volvíó a ser reconocida y utilizada, unas cantadas y otras exclusivamente instrumentales. En muchos manuscritos, estas danzas aparecen con la denominación genérica de estampie. Utilizan una textura monódica y se estructuran en varias frases o «puncta» que se repiten: la primera vez se interpretan con final abierto y la segunda con final cerrado.
LA DANZA EN EL Renacimiento
La sociedad refinada del Renacimiento adoptó como uno de los entretenimientos preferidos de la nobleza. Un buen cortesano debía tener una adecuada formación musical y está incluida el cultivo de la danza. Buena parte del éxito de la música instrumental de este periodo se debe a la música destinada a la danza. La necesidad de componer una música para ser bailada condiciona su estructura, ya que los pasos obligan a una regularidad en las frases musicales que permita marcar fácilmente los desplazamientos. Así, la música de danza se caracteriza por la utilización de frases cortas y simétricas, con cadencias claras, ritmos marcados y frecuentes repeticiones.
Los padres de danza
Las danzas solían presentarse agrupadas en parejas contrastantes con una primera danza de pasos en ritmo binario y tempo lento, seguida de una segunda danza de giros o saltos, más rápida y en ritmo ternario.
Uno de los pares de danza más célebres fue la combinación de pavana y gallarda, ambas se escribían temáticamente relacionadas.
– La Pavana: es una danza de carácter procesional en ritmo binario lento y ceremonioso. Suele estar compuesta por tres partes, cada una de las cuales se repite dos veces.
– La Gallarda: es una danza animada de ritmo ternario. Compuesta a partir de la Pavana, responde a su misma estructura, pero con una coreografía más exigente.
A partir del Siglo XV surgirán los primeros maestros de danza, que establecerán reglas y pasos precisos, enseñando a bailar a los cortesanos y publicando manuales con la coreografía y la música de las danzas de moda.
El más célebre de los manuales de danza es la Orchésographie, del maestro Arbeau, publicado en 1588. Utilizan las letras del alfabeto para indicar los pasos y proporciona consejos tan útiles antes del baile como “escupir y sonarse la nariz con moderación” o “elegir a la dama que mejor olor desprenda”.
El origen del ballet
La vinculación del arte dramático con la corte provocará enseguida la introducción de la danza en el teatro, que comenzará a desarrollarse como un arte propio sometido a unas reglas muy severas. A partir de este momento podemos hablar de dos géneros de danza diferenciados: la danza de sociedad, que irá conociendo éxitos y modas más o menos duraderos, y la danza teatral, que dará origen al ballet moderno.
El primer ballet de la historia es el Ballet comique de la Reine, encargado por Catalina de Medici para los esponsales del duque de Joyeuse con Margarita de Lorena y representado en París en 1581. Interpretado por nobles aficionados, es la primera representación que combina música, poesía, decoración y danza en un solo escenario.
Introducción
Musicalmente, delimitamos su cronología entre los años 1730 y 1820 aproximadamente.
En el resto de las artes, esta etapa se conoce con el nombre de “Neoclasicismo”, ya que se produce una nueva vuelta a los ideales de la cultura grecorromana, basados en la razón al servicio del equilibrio y la belleza.
La música irá abandonando los círculos eclesiásticos y palaciegos para desenvolverse en los círculos burgueses de casas privadas, salones y conciertos públicos. El compositor irá afirmándose como un artista liberal que busca llegar a un nuevo público con una música humana y natural, elegante y agradable para todos, en la que predomina la claridad formal y la sencillez melódica. Sus frases son regulares.
La música vocal profana: La ópera clásica
La ópera, nacida en el Barroco en torno a los círculos aristocráticos, (al igual que el resto de formas musicales) vivirá durante el clasicismo una serie de cambios: tiende hacia la naturalidad, elimina los excesos barrocos y se acercan los argumentos y los personajes al nuevo público burgués.
La música profana: La ópera seria
El iniciador de esta reforma en la ópera seria será el compositor alemán Gluck, que sentará las bases de la nueva ópera en 1762 con la obra “Orfeo y Eurídice”. Sus reformadas óperas utilizan una música más sencilla y evitan los contrastes entre aria y recitativo, haciendo las arias más simples y los recitativos más expresivos. El argumento es también más sencillo y creíble, desechando los elementos fantásticos y artificiales del Barroco. Suele estructurarse en tres actos y trata temas de carácter mitológico que terminan con finales heroicos y ejemplarizantes.
La música profana: La ópera bufa
La ópera bufa tomará el modelo de “La serva padrona” de Pergolesi y se convertirá en el género operístico preferido del Clasicismo. Utiliza el idioma propio de cada país y sustituye los recitativos por diálogos hablados. Los argumentos tratan temas de la vida cotidiana dándoles un carácter cómico y a veces sentimental. Emplea medios más humildes que la ópera seria, con menos personajes, orquestas más reducidas y estructuras más breves.
El compositor más importante fue W.A. Mozart, cuyas óperas marcan la cumbre de este género (aunque también escribíó extraordinarias óperas serias). Entres sus óperas bufas destacan “Las bodas de Fígaro” y “La flauta mágica”, claro ejemplo de singspiel.LA DANZA EN LA ANTIGÜEDAD
La danza primitiva, al igual que la música, está relacionada con los gestos más elementales de la vida. Todas las civilizaciones antiguas practicaron la danza como una forma de acompañamiento y celebración de todo tipo de actos sociales. Sin embargo, será Grecia la primera civilización que dé a la danza un papel fundamental más allá de lo lúdico o lo religioso.
Ya hemos visto que en la antigua Grecia la música era una disciplina unida a la poesía y la danza. En consecuencia, la danza, incluida en la música, se considerará también como una parte fundamental en la educación de los ciudadanos. Los griegos basaban sus danzas en los movimientos del cuerpo unidos a la poesía hablada o cantada y acompañada por instrumentos.
La civilización romana no concedíó la misma importancia a la música pero, heredera de Grecia, incluyó el canto y la danza en sus espectáculos teatrales y en todas las fiestas y celebraciones populares.
La llegada del cristianismo intentó eliminar las danzas, asociadas a ritos paganos considerados peligrosos para sus fieles. Sin embargo, las fiestas, profanas o incluso religiosas, se siguieron acompañando del baile.
LA DANZA EN LA Edad Media
Después de largos años de prohibición, la danza volvíó a ser reconocida y utilizada, unas cantadas y otras exclusivamente instrumentales. En muchos manuscritos, estas danzas aparecen con la denominación genérica de estampie. Utilizan una textura monódica y se estructuran en varias frases o «puncta» que se repiten: la primera vez se interpretan con final abierto y la segunda con final cerrado.
LA DANZA EN EL Renacimiento
La sociedad refinada del Renacimiento adoptó como uno de los entretenimientos preferidos de la nobleza. Un buen cortesano debía tener una adecuada formación musical y está incluida el cultivo de la danza. Buena parte del éxito de la música instrumental de este periodo se debe a la música destinada a la danza. La necesidad de componer una música para ser bailada condiciona su estructura, ya que los pasos obligan a una regularidad en las frases musicales que permita marcar fácilmente los desplazamientos. Así, la música de danza se caracteriza por la utilización de frases cortas y simétricas, con cadencias claras, ritmos marcados y frecuentes repeticiones.
Los padres de danza
Las danzas solían presentarse agrupadas en parejas contrastantes con una primera danza de pasos en ritmo binario y tempo lento, seguida de una segunda danza de giros o saltos, más rápida y en ritmo ternario.
Uno de los pares de danza más célebres fue la combinación de pavana y gallarda, ambas se escribían temáticamente relacionadas.
– La Pavana: es una danza de carácter procesional en ritmo binario lento y ceremonioso. Suele estar compuesta por tres partes, cada una de las cuales se repite dos veces.
– La Gallarda: es una danza animada de ritmo ternario. Compuesta a partir de la Pavana, responde a su misma estructura, pero con una coreografía más exigente.
A partir del Siglo XV surgirán los primeros maestros de danza, que establecerán reglas y pasos precisos, enseñando a bailar a los cortesanos y publicando manuales con la coreografía y la música de las danzas de moda.
El más célebre de los manuales de danza es la Orchésographie, del maestro Arbeau, publicado en 1588. Utilizan las letras del alfabeto para indicar los pasos y proporciona consejos tan útiles antes del baile como “escupir y sonarse la nariz con moderación” o “elegir a la dama que mejor olor desprenda”.
El origen del ballet
La vinculación del arte dramático con la corte provocará enseguida la introducción de la danza en el teatro, que comenzará a desarrollarse como un arte propio sometido a unas reglas muy severas. A partir de este momento podemos hablar de dos géneros de danza diferenciados: la danza de sociedad, que irá conociendo éxitos y modas más o menos duraderos, y la danza teatral, que dará origen al ballet moderno.
El primer ballet de la historia es el Ballet comique de la Reine, encargado por Catalina de Medici para los esponsales del duque de Joyeuse con Margarita de Lorena y representado en París en 1581. Interpretado por nobles aficionados, es la primera representación que combina música, poesía, decoración y danza en un solo escenario.
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