08 Oct

El Teatro de Posguerra (1939-1965)

Una insólita gravedad y una honda desesperanza golpeaban la conciencia del espectador, consiguiendo lo que Buero Vallejo se propuso a lo largo de toda su carrera: inquietar al público y empujarlo al compromiso moral; la pugna del hombre por gobernar su destino contra cualquier tipo de impedimentos. Desde entonces, contó con el favor del público, que supo reconocer en él la conciencia moral con la que siempre defendió los valores de la dignidad humana, la justicia, el amor a la verdad y la lucha por la libertad. Evitó ofrecer soluciones a los conflictos en el final de sus obras y, con sus desenlaces abiertos, obligó al espectador a implicarse en la resolución de los problemas planteados.

A las obras realistas de los años 50, sucede la etapa de reflexión histórica, en la que Buero Vallejo escribe una serie de obras de tema histórico donde se sirve del pasado para reflexionar sobre el presente, como en Las Meninas y Un Soñador para un Pueblo.

En las obras de los 70, la acción llega al espectador a través de la visión subjetiva de uno de los personajes, que además padece alguna limitación física o psíquica. Así ocurre en obras como El Sueño de la Razón y La Fundación.

Alfonso Sastre es el mejor representante de un teatro radical que ejerce la denuncia política directamente. Se inicia a partir de 1953 con Escuadra Hacia la Muerte.

En la década de los 60 se consolida el teatro social crítico en España, gracias a la necesidad, general para todos los autores españoles del momento, de que el teatro exprese los problemas de su momento actual. La aparición de un nuevo tipo de público (joven y universitario) y, por supuesto, una cierta relajación de la censura, permite el estreno de obras políticamente comprometidas.

Características del Teatro Social

  • Temas: Denuncia de la injusticia y la desigualdad social, las condiciones inhumanas de vida de las clases populares y la alienación de los seres humanos en el orden social.
  • Personajes: Humildes, frecuentemente víctimas de la guerra o el sistema político.
  • Lenguaje: Coloquial y, en ocasiones, violento y directo, sin eufemismos.
  • Estilo: Rechazan las formas del teatro de vanguardia y prefieren las formas dramáticas realistas-naturalistas, la farsa popular de raíz esperpéntica o los recursos del sainete.
  • Autores destacados: Carlos Muñiz con El Tintero y Lauro Olmo con La Camisa y La Pechuga de la Sardina (aunque rara vez estrenaron sus obras).

El Teatro Renovador (1965-1975)

En torno al año 1965, los autores españoles se cansan de un teatro técnicamente sencillo y comienzan a aplicar en sus obras las tendencias vanguardistas europeas y americanas que se venían desarrollando desde principios de siglo en Europa. Técnicamente, por tanto, las obras de este momento se caracterizan por un abandono del realismo mediante los siguientes procedimientos:

Características del Teatro Renovador

  • Temas: Temas sociales como la injusticia, la falta de libertades, la crítica a la dictadura y la denuncia de la pobreza, pero su presentación ya no es directa ni testimonial, sino alegórica.
  • Personajes: Figuras o tipos que encarnan símbolos, son “personajes-signo”.
  • Importancia del espectáculo: El texto literario deja de considerarse la base de la creación dramática y se sientan las bases de la consideración del teatro como espectáculo o fiesta. Los elementos escénicos (gestualidad, escenografía, sonido…) tienen igual o mayor importancia.
  • Creación colectiva: La obra es una creación colectiva donde el público puede incluirse de manera activa, alterando la base textual de la obra; es la concepción del teatro como experimento colectivo.
  • Recursos esperpénticos: Deformación de la realidad, animalización o robotización de los personajes, de la acción y del lenguaje.

Hay que destacar la personalidad de Francisco Nieva, cuya obra, claramente vanguardista, se puede dividir en varias categorías: teatro de “farsa y calamidad” (más metafísico y poético), el teatro “furioso” (Pelo de Tormenta) y el teatro de “crónica y estampa”.

Fernando Arrabal, con su “teatro pánico”, obtuvo en Francia el reconocimiento que no alcanzó en España.

Junto a ellos también son de destacar los grupos de teatro independiente como Els Joglars, La Cuadra, Tábano y Els Comediants.

El Teatro Después de 1975

A partir de 1975, las obras publicadas o estrenadas ofrecen, con pocas excepciones, un interés limitado y, como consecuencia, el público, que tiene cubiertas sus necesidades de diversión a través del cine y de otras formas de comunicación, se siente cada vez menos atraído por este género literario.

Los factores que favorecen el teatro se deben fundamentalmente a los cambios trascendentales que sucedieron en la sociedad española a partir de 1975 con el fin de la dictadura.

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