12 Jun
a) La evolución de Valle-Inclán es doble, tanto ideológica como estética, pues arranca del carlismo y del modernismo para acabar en una crítica de lo social con tintes anarquistas y comunistas, ideológicamente, y en el esperpento, con la estética de lo «grotesco».¿Por qué esa evolución?: quizás porque en los años finales de la segunda década del siglo se dan una serie de tensiones históricas y sociales a las que está atento Valle-Inclán (la guerra europea, la crisis económica tras la paz, en España la industrialización y proletarización de masa urbanas, el acicate de la revolución rusa para las masas y los intelectuales…). A ello debemos unir a un Valle-Inclán con sus dificultades económicas, a un esteta convertido en intelectual casi proletario.
b) Trascendencia del esperpento: no fue mucha a pesar de que el esperpento de Valle-Inclán es en sí una “revolución” de las formas teatrales en España. Pero como apenas pudo representarse tampoco tuvo trascendencia en el público o en otros autores.
Nuestro autor cultiva los tres grandes géneros tradicionales: narrativa, lírica y teatro aunque con frecuencia no se ajusta a lo preceptivo en cada uno de ellos. Su prosa tiene profundos rasgos líricos, su teatro presenta descripciones y acotaciones propias de la novela, etc.
La obra narrativa supuso el despegue definitivo del escritor gallego. Este éxito se vio confirmado con las tres Sonatas restantes.
la transformación de su prosa modernista hacia el esperpento se va operando desde Los cruzados de la causa y el resto de las obras de esta trilogía y el paso al esperpento narrativo será ya total con Tirano Banderas (1926)
Valle publicó también cuentos y relatos de horror y de misterio En general, tanto las Sonatas como los relatos se inscriben plenamente en la estética modernista. Se aprecia «un gusto por lo exótico, lo pintoresco y lo raro, lo exquisito, trabajado y suntuario.
En general, en su prosa modernista Valle busca el principio parnasiano «del arte por el arte» y practicar «el culto simbolista de la alusión y de la sensación». Hay una búsqueda continua de la musicalidad al estilo de R. Darío y una huída consciente y continua del realismo y el utilitarismo.
El esperpento es una deformación grotesca de la realidad con fines expresivos («lo ha inventado Goya»), héroes nacionales contemplados en espejos cóncavos… distorsionados sistemáticamente.
El autor ante un mundo monstruoso y absurdo opera de forma selectiva, desintegra los hechos y ofrece al público lo que más le escandaliza y sobrecoge. Hace una crítica demoledora del orden establecido y el esperpento es a la vez tragedia y farsa.
El propio Valle expuso los nuevos conceptos estéticos en tres textos sobradamente conocidos: Max Estrella (escena
XII de Luces de Bohemia), el autor mueve a sus personajes como si fueran marionetas en una postura «de superación del dolor y de la risa».
Respecto a la cronología del esperpento hay que señalar 1920 como un año decisivo. Definimos el esperpento como género literario creado por Ramón del Valle-Inclán en que deforma sistemáticamente la realidad, recargando sus rasgos grotescos y absurdos, a la vez que se degradan los valores literarios consagrados; para ello se dignifica artísticamente un lenguaje coloquial y desgarrado, en el que abundan expresiones cínicas y jergales. “Deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España.” “Mi estética actual es transformar con matemáticas de espejo cóncavo las normas clásicas.”
Valle logra la estética del esperpento a través de los siguientes procedimientos:
1.- La deformación, la distorsión de la realidad. O que, al representar a la policía a caballo, se hable irónicamente de “trote épico” y “de soldados romanos”. Se esperpentiza incluso hasta la muerte.
2.- La degradación de los personajes. Son 54. Aparecen como seres ridículos, grotescos que viven una tragedia. Esta degradación se manifiesta por los frecuentes rasgos de animalización: los hombres se transforman en “perros”, “cerdos”, etc.; cosificación: “Max.- ¡Porque eres un botarate!”; o muñequización: los personajes se transforman en “fantoches, peleles”, etc.
3.- Utilización de la ironía y de la sátira.
4.- El empleo de contrastes, especialmente entre lo doloroso y lo grotesco. En este sentido, la cima sería el velatorio de Max en la escena XIII.
5.- El tipo de humor utilizado: es una risa agria e irónica. Para Valle esta risa es más bien una forma de ataque demoledor. “No son circunstancias para el guasíbilis, niña”
6.- En cuanto al lenguaje, asombra su riqueza y la variedad de registros empleados. Esta variedad de registros se utiliza o bien para caracterizar a los personas, o bien para parodiar o criticar a algún personaje o algún aspecto de la realidad.
Destacamos como rasgos de estilo más relevantes:
– El lenguaje pedante o cursi.
– El uso paródico de frases literarias: Al final de la escena VII, D. Latino parodia un verso del Canto a Teresa de Espronceda: “Truéquese en risa mi dolor profundo…// Que haya un cadáver más, ¿qué importa a este mundo?”
– El uso de gitanismos: “gachó” ( individuo ), “mulé”(matado), etc.
– Voces callejeras. “dar el pan de higos”, “colgar” por empañar, etc.
– Utilización de vulgarismos: “dilustardo”, “cuála”, etc.
– Apócope o supresión de sílabas al final de una palabra: “la propi”, “la delega…”, etc.
– Madrileñismos: “beatas”, por pesetas; “estar afónico”, por no tener dinero, etc.
– Uso de galleguismos, “cachiza” y americanismos, “briago”.
– El nivel culto del lenguaje se presenta a través de: voces griegas: “eironeia”, voces latinas: “salutem plurimam”, referencias históricas: “Artemisa”, “Belisario”; referencias mitológicas: “La laguna Estigia”, la ceguera es el “regalo de Venus”, etc.
7.- Literaturización: Gran cantidad de citas y referencias literarias: Max saluda con la vida es sueño: “¡Mal Polonia recibe…!”; D. Filiberto recita a Rubén Darío: “¡Juventud, divino tesoro!”; se mencionan a diversos autores y obras: Shakespeare, Hamlet, etc.
8.- Los diálogos. Son breves pero de extraordinaria viveza y concentrada expresividad . De tono exclamativo abunda la sentenciosidad, las frases hechas, los juegos de palabras y la ironía: Ministro.- Dame un abrazo. / Max.- Toma un dedo y no te enternezcas.
9.- Las acotaciones. Son esenciales. Describen la caracterización de los personajes, los gestos, los movimientos los decorados… Tienen un valor literario por sí mismas que va más allá de lo teatral, es el toque artístico de la estética esperpéntica. (Analizar la acotación del inicio de la escena IX). En ellas importa mucho la luz. Son ricas en un estilo nominal, adjetivaciones, imágenes complicadas, metáforas, comparaciones, etc.
10.- Desde el punto de vista escénico, no es una obra convencional (3 ó 5 actos con presentación, nudo y desenlace). Está dividida en 15 escenas como ya comentamos. Gran dificultad para la escenificación. Se representó en París en 1963 y en España, gracias al montaje de José Tamayo en el 1970. Se puso en escena sin escenarios, ni decorados, jugando con los efectos de luz –muy relevante en las acotaciones. ¿Es una novela con forma de teatro? No. Es una obra teatral en donde los diálogos adquieren una gran importancia.
– técnicas de deformación y distanciamiento
Lo fundamental del esperpento es
– un intento de profundizar en la vida miserable de España: crítica
En cuanto al distanciamiento, el recurso más utilizado por Valle-Inclán es el de adoptar un punto de vista “desde arriba” o “levantado en el aire”. Este consiste en separarse de lo que se va a contar, ponerse por encima de ello, no implicarse ni identificarse el autor con los personajes… Así se transmite una realidad empequeñecida, desidealizada, deformada (el personaje es <> autor, ej., Homero); o “en pie”: los personajes son héroes pero humanos, se puede dar la identificación afectiva entre el autor y personaje (personaje = autor, ej., Shakespeare).
– Animalización: consiste en presentar al personaje con algún rasgo animal.
– Cosificación: presentándose como objetos a los personajes.
– Muñequización: identificando a personajes con “peleles”, “fantoches”, con “máscaras”.
Como ejemplo de estas técnicas, puede verse el comienzo de la escena II, en la que aparece el librero Zaratustra en tertulia con “el gato, el loro y el canario”, “abichado”, con “la cara de tocino rancio” y “la bufanda de verde serpiente”; en conjunto un “fantoche”. Posteriormente aparecerá conversando con toda ese extraña tertulia en la que el loro gritará: ¡Viva España!; el que hable, humanizándose, está aún fortaleciendo más esa simbiosis de lo animal y el personaje que se presenta al inicio de la escena II.
No sólo los personajes son deformados sino también las situaciones. El procedimiento más habitual de la esperpentización de las distintas situaciones consiste en hacerlas grotescas o absurdas mediante la técnica del contraste, fundamental en algunas escenas, como la escena XIII, llena de ellos: Don Latino llega borracho al entierro de su mejor amigo, el perrillo que salta por encima de la caja y tuerce la vela, la aparición de Soulinake diciendo que Max no está muerto sino en estado de catalepsia, la llegada del cochero para comprobar si está muerto o no muerto… Todos estos contrastes convierten en grotesca una situación trágica.
Finalmente, dentro de las técnicas de deformación, también deberíamos hablar de las comprensiones de espacio y de tiempo. España es la noche madrileña. Los tres días en que se desarrolla su acción reúnen a personajes y acontecimientos reales que sucedieron en un tiempo mucho menos limitado, en los años del reinado de Alfonso XIII. Basta con fijarse en Max Estrella, identificado con Alejandro Sawa que murió en 1909, y en ministro de Gobernación, Julio Burell, que lo fue en durante unos meses en 1917. La “esperpentización” de la vida española se logra aquí mediante esa condensación de múltiples aspectos de la realidad social, política, cultural y literaria en una acción dramática que logra integrarlos en una estructura cerrada. Esa misma esperpentización se puede percibir en el “cronología” viendo cómo Valle juega con ella. Así se ve, por ejemplo, en el modo en que Max-Sawa habla de sí mismo como muerto en la conversación que tiene con el ministro- Burell (Sawa se llamaba a si mismo “Alex” no Alejandro, del que se dice en el texto que “murió”).
4.- El empleo de contrastes, especialmente entre lo doloroso y lo grotesco. En este sentido, la cima sería el velatorio de Max en la escena XIII.
5.- El tipo de humor utilizado: es una risa agria e irónica.
6.- En cuanto al lenguaje, asombra su riqueza y la variedad de registros empleados. Esta variedad de registros se utiliza o bien para caracterizar a los personas, o bien para parodiar o criticar a algún personaje o algún aspecto de la realidad.
Destacamos como rasgos de estilo más relevantes:
– El lenguaje pedante o cursi.
– El uso paródico de frases literarias: – El uso de gitanismos: “
– Utilización de vulgarismos: “dilustardo”, “cuála”, etc.
– El nivel culto del lenguaje se presenta a través de: voces griegas: “eironeia”, voces latinas: “salutem plurimam”, referencias históricas: “Artemisa”, “Belisario”; referencias mitológicas: “La laguna Estigia”, la ceguera es el “regalo de Venus”, etc.
7.- Literaturización: Gran cantidad de citas y referencias literarias: Max saluda con la vida es sueño: “¡Mal Polonia recibe…!”; D. Filiberto recita a Rubén Darío: “¡Juventud, divino tesoro!”; se mencionan a diversos autores y obras: Shakespeare, Hamlet, etc.
8.- Los diálogos. Son breves pero de extraordinaria viveza y concentrada expresividad . De tono exclamativo abunda la sentenciosidad, las frases hechas, los juegos de palabras y la ironía: Ministro.- Dame un abrazo. / Max.- Toma un dedo y no te enternezcas.
9.- Las acotaciones. Son esenciales. Describen la caracterización de los personajes, los gestos, los movimientos los decorados… Tienen un valor literario por sí mismas que va más allá de lo teatral, //No sólo los personajes son deformados sino también las situaciones. El procedimiento más habitual de la esperpentización de las distintas situaciones consiste en hacerlas grotescas o absurdas mediante la técnica del contraste, fundamental en algunas escenas, como la escena XIII, llena de ellos: Don Latino llega borracho al entierro de su mejor amigo,
Luces de bohemia es una sátira nacional de la política, la sociedad, la religión…Valle-Inclán se servirá de la bohemia para denunciar y poner de manifiesto la caótica situación de la España de su época. Su intención no es la de recrear minuciosamente unos hechos históricos, sino la de evocar el ambiente político-social de toda una época. La obra reacciona contra el poder establecido, contra todo aquello que constituya una forma de autoridad, el capitalismo, la mediocridad, la vulgaridad y la burocratización. Esta actitud es una constante en el comportamiento de Max Estrella: Pero la actitud antiburguesa se concreta en la crítica a los políticos. No hay ninguna ideología que consiga librarse de los comentarios negativos de los personajes de Valle: Contra el conservador Maura, Presidente de Consejo y Presidente de la Real Academia de la Lengua, al que se alude con gritos como: ¡Muera Maura! ¡ Y también al republicano Castelar: ¡Castelar era un idiota! Contra Alfonso XIII, de quien Dorio afirma que es el primer humorista de España por
haber nombrado presidente a García Prieto (Esc. VII). Asimismo se alude irónicamente al Conde de Romanones, a don Jaime, el pretendiente carlista al trono, y a la Infanta Doña Isabel.
Se denuncia la corrupción política, la realidad política que carecía por completo de transparencia, pensemos en el episodio en que Max recibe un sueldo del Ministro de la Gobernación. Debido a todas las irregularidades, los personajes entienden la corrupción como un mal inevitable asociado a la política española, independientemente de tendencias políticas. Un sepulturero expone: En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo. (Esc. XIV). Su opinión es generalizada.
Luces de bohemia nos muestra debajo de las peripecias crudas y desgarradas de sus personajes un panorama histórico –social concreto en el tiempo y en el espacio. Sin embargo, no hay que limitar la localización cronológica a la década 1910-1920. Hay alusiones a diferentes acontecimientos separados por el tiempo: huelga general de 1917, Semana Trágica de Barcelona de 1909, Revolución Rusa del 17… Su crítica social
no se dirige contra individuos, clases o colectivos concretos, sino que es una queja desde la monarquía hasta el mundo de la delincuencia, dejando ver la corrupción administrativa, la inmoralidad, la superstición, la brutalidad policial, la represión política sobre los más desfavorecidos, el periodismo al servicio del poder, el mundo artístico (representado por los modernistas) absurdo y frívolo, el egoísmo de los comerciantes, el submundo de las prostitutas… No hay que olvidar el clima de lucha social que vivió España en torno a esas fechas y el golpe de estado de Primo de Rivera.
El signo bajo el que se presenta la realidad social es el de la violencia y la crueldad. La vida humana es objeto de permanente desprecio. El propio Max bromea amargamente sobre los atentados contra los empresarios y la muerte de los obreros en la represión: Todos los días, un patrono muerto, algunas veces, dos…Eso consuela (Esc. VI). La violencia se convierte en sarcasmo en las palabras del carcelero cuando se dirige al anarquista, personaje que se puede relacionar con la Semana Trágica de Barcelona y que es consciente de que lo van a matar: Gachó, vas a salir en viaje de recreo (Esc. VI). Más tarde nos encontramos con la muerte de un niño (Esc. XI) y poco después asistimos al fusilamiento de un preso
por presunto intento de fuga (Esc. XI), al aplicársele la famosa ley que permitía asesinar a los detenidos sin juicio previo. Antes hemos sido testigos de las cargas de la policía y de las palizas en los sótanos del ministerio de la desgobernación (Esc. V).
En la obra tiene gran protagonismo la conflictividad social, los graves problemas del proletariado y su lucha contra la burguesía. Aunque en la obra encontramos algún juicio negativo sobre ella, el autor recurre a las palabras de los propios interesados que retratan su insensibilidad ante el dolor ajeno. Aparece un expresivo contrapunto entre el plano de la madre ante el hijo muerto y la conversación de los comerciantes. En ese momento de dolor, el tabernero dice: Las turbas anárquicas me han destrozado el escaparate… Supongo que se acordará el pago de daños… (Esc. XI). Para los burgueses de Valle-Inclán no existe valor alguno ni derecho más alto que la defensa de sus intereses comerciales, son ajenos a los problemas de los proletarios porque no desean perder su hegemonía en la sociedad. El fraude y la estafa es el modo usual de comportamiento. Zaratustra es un buen ejemplo cuando engaña a Max (Esc. II).
Mientras los burgueses se preocupan por el mantenimiento de sus posesiones, los trabajadores deben sobrevivir en unas pésimas condiciones. Un sepulturero comenta: Nos pagan un jornal de tres pesetas…Hoy, a como está la vida, ni para mal comer…Total, miseria. (Esc. XIV). Como dice el albañil: el pueblo tiene hambre y, sin embargo esto no parece importarle a la clase dirigente, que simplemente se dedica a reprimir con dureza unas manifestaciones que no quiere escuchar. Es relevante también la ridiculización de Acción Ciudadana, organización derechista que colaboraba con las autoridades en la represión de huelgas y manifestaciones. Max frecuentará también el mundo de la marginalidad social. En su vagabundeo por la noche madrileña se relaciona también con prostitutas y delincuentes (La Lunares, El Pollo del Pay-Pay…)
Como dice Max, estamos en un mundo de horror que el autor retrata con las tintas más negras, pero superando el dolor por medio de la risa y la burla más cruel. Lo peor es que todo lo que allí se deforma sucedió. No sólo existieron los hechos históricos comprobables sino que se vivió el bárbaro ambiente que Valle nos describe. La España que aparece es una multitud heterogénea que trata de sobrevivir, según su circunstancia, pero cuyo rasgo definitorio es su hundimiento en la miseria moral y económica. Luces de bohemia consigue transmitirnos una imagen monstruosa de la realidad español
Su crítica social no se dirige contra individuos, clases o colectivos concretos, sino que es una queja desde la monarquía hasta el mundo de la delincuencia, dejando ver la corrupción administrativa, la inmoralidad, la superstición, la brutalidad policial, la represión política sobre los más desfavorecidos, el periodismo al servicio del poder, el mundo artístico (representado por los modernistas) absurdo y frívolo, el egoísmo de los comerciantes, el submundo de las prostitutas… No hay que olvidar el clima de lucha social que vivió España en torno a esas fechas y el golpe de estado de Primo de Rivera.
El signo bajo el que se presenta la realidad social es el de la violencia y la crueldad. La vida humana es objeto de permanente desprecio. El propio Max bromea amargamente sobre los atentados contra los empresarios y la muerte de los obreros en la represión: La violencia se convierte en sarcasmo en las palabras del carcelero cuando se dirige al anarquista, personaje que se puede relacionar con la Semana Trágica de Barcelona y que es consciente de que lo van a matar: por presunto intento de fuga (Esc. XI), al aplicársele la famosa ley que permitía asesinar a los detenidos sin juicio previo. Antes hemos sido testigos de las cargas de la policía y de las palizas en los sótanos del ministerio de la desgobernación (Esc. V).
En la obra tiene gran protagonismo la conflictividad social, los graves problemas del proletariado y su lucha contra la burguesía. Aunque en la obra encontramos algún juicio negativo sobre ella, el autor recurre a las palabras de los propios interesados que retratan su insensibilidad ante el dolor ajeno. Aparece un expresivo contrapunto entre el plano de la madre ante el hijo muerto y la conversación de los comerciantes. Para los burgueses de Valle-Inclán no existe valor alguno ni derecho más alto que la defensa de sus intereses comerciales, son ajenos a los problemas de los proletarios porque no desean perder su hegemonía en la sociedad. El fraude y la estafa es el modo usual de comportamiento. Zaratustra es un buen ejemplo cuando engaña a Max (Esc. II).
Mientras los burgueses se preocupan por el mantenimiento de sus posesiones, los trabajadores deben sobrevivir en unas pésimas condiciones.
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