07 Ene

1. Tendencias Poéticas en España

Poesía Realista y Social

La llamada poesía social fue una de las semillas en que, como ya anunciamos, germinó la poesía existencial. 1955 marca un hito, con dos obras: de Blas de Otero, Pido la paz y la palabra, y de Gabriel Celaya, Cantos iberos, en las que ambos superaban su anterior angustia existencial y se abrían a los sufrimientos de los demás. La solidaridad será ahora una palabra clave. Se dirigen a la inmensa mayoría y con un lenguaje claro, directo, en el que no priman preocupaciones estéticas. En la nómina de los poetas sociales se inscriben, junto a los citados, muchos de los representantes de la poesía desarraigada. Y otros algo más jóvenes, entre los que debe citarse a Ángel González.

La Poesía de la Experiencia y los Novísimos

Llega un momento en que se comprende que era ilusorio querer transformar el mundo con libros de poesía de tiradas limitadísimas. Y si bien no se abandona la preocupación por el hombre, ni el inconformismo ante el mundo, en los años 60 domina un cierto escepticismo. Y se retorna a un intimismo llamado poesía de la experiencia, al que corresponde un estilo que huye del patetismo, un estilo antirretórico pero depurado y denso.

Destacan en esta línea, entre otros, los nombres de Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, Francisco Brines y Claudio Rodríguez, nacidos entre 1929 y 1934.

Son autores que ejercerán un especial magisterio en posteriores promociones. En 1970 se publica una antología de amplia repercusión, titulada Nueve novísimos poetas españoles. Son poetas (Pedro Gimferrer, Molina-Foix, Leopoldo María Panero…) que no conocieron la Guerra Civil y que, en su mayoría, comienzan a escribir en una sociedad de consumo. Se percibe en ellos una nueva sensibilidad, formada tanto por muy amplias lecturas de autores clásicos y modernos, españoles y extranjeros, como por los tebeos, el cine o la música (jazz, rock, folk…).

No son los temas lo que más les interesa, sino el estilo: con mayor o menor audacia, se sitúan en una línea experimental, en una nueva vanguardia, a la búsqueda de un lenguaje poético. En ese sentido, el Surrealismo vuelve a ser un modelo para algunos.

La Poesía en la Época Democrática

El panorama de la poesía española posterior a 1975 presenta una gran variedad de tendencias. Ha de tenerse en cuenta que conviven poetas de distintas generaciones y que muchos no han dado por finalizada su actividad poética; así, siguen apareciendo libros de autores consagrados como Bousoño, Hierro, Valente, Brines, Claudio Rodríguez. Puede decirse que, en general, la actitud individualista y la negativa a dejarse encasillar son dos constantes de los nuevos poetas. La mayoría de los críticos señalan las siguientes tendencias:

  • Tendencias vanguardistas: con autores como José Miguel Ullán, que ha cultivado la imagen surrealista, el collage y otros experimentos visuales; Guillermo Carnero con la metapoesía; Blanca Andreu, con un nuevo surrealismo. Hace algunos años se difundió un cierto refinamiento que mereció el calificativo de «veneciano» y que tendría su origen en la célebre «Oda a Venecia ante el mar de los teatros» de Gimferrer y en la película «Muerte en Venecia» de Visconti.
  • Tendencia culturalista y clásica: Gusta de la recreación de los mitos griegos y bizantinos y de las culturas orientales. Reivindican también a los clásicos españoles de los siglos XVI y XVII como Garcilaso o Góngora. Se incluyen autores como Antonio Colinas, Luis Antonio de Villena, Antonio Carvajal, Jaime Siles y Luis Alberto de Cuenca. Significativo es el libro de poemas Sepulcro en Tarquinia, del bañezano Antonio Colinas.
  • Tendencia poética de la experiencia: Sus rasgos más destacados están en su carácter urbano y temática realista, en la expresión del desencanto y en su comprometido interés por lo cotidiano, sin rehuir la mirada crítica o el tono coloquial. En esta línea, alentada por Gil de Biedma, se sitúan poetas como Andrés Trapiello, Justo Navarro, Felipe Benítez Reyes o Jon Juaristi.

Otras Tendencias

Con posterioridad han surgido muchas tendencias poéticas: el nuevo erotismo en los libros de Ana Rossetti y otras poetisas reunidas en la antología Las diosas blancas; la nueva épica de Julio Llamazares, César Antonio Molina o Julio Martínez Mesanza, etc.

2. Tendencias Poéticas en Hispanoamérica

Dada la variedad de tendencias, podemos apuntar las siguientes:

a) Pervivencia de la Poesía Pura

Cuyo modelo se encuentra en Jorge Luis Borges y los autores precedentes de esta corriente. Poetas destacados son el chileno Nicanor Parra y el mexicano Alí Chumacero. Al primero se le atribuye la antipoesía: una expresión literaria que rompe con los cánones tradicionales de la lírica.

b) Poesía Existencialista

Poetas destacados: el argentino Eduardo A. Jonquieres y el cubano Cintio Vitier. Árida es una de sus obras poéticas más relevantes. Cintio Vitier estuvo vinculado en sus comienzos a la revista cubana Orígenes, considerada como la mejor de las editadas a mediados de siglo en América.

c) Poesía Comprometida, Social y Política

A partir de los años cuarenta. Con la mirada vuelta hacia los acontecimientos que se viven en España (Guerra Civil, dictadura) algunos poetas vanguardistas evolucionan hacia este tipo de poesía comprometida. La obra más significativa es Canto general, de Pablo Neruda. Autores que denuncian los crímenes contra la libertad de las dictaduras son el uruguayo Mario Benedetti y el cubano Nicolás Guillén.

Compromiso social encontramos en el argentino Juan Gelman y en el cubano Fernández Retamar. Juan Gelman fue uno de los fundadores del grupo de poetas «El pan duro», integrado por jóvenes comunistas que proponían una poesía comprometida y popular. Roberto Fernández Retamar dirigió dos revistas literarias: Nueva Revista Cubana y Casa de las Américas.

d) Poesía Experimental

Cultivada intensamente en México. Poetas destacados: Marco Antonio Montes de Oca, José Emilio Pacheco y Homero Aridjis. El tema central de la poesía de Pacheco es el tiempo; cada poema suyo analiza imaginativamente un elemento que forma parte de lo cotidiano.

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