06 Ene

Tipos de Corrosión

La corrosión es el resultado destructivo de las reacciones químicas entre un metal o una aleación metálica y el ambiente que los rodea. A continuación, se describen los tipos más comunes:

  • Corrosión Uniforme: El metal se disuelve uniformemente en toda su superficie. La estructura pierde una capa de metal cuyo espesor estará determinado por la velocidad con que se produce el ataque y el tiempo de exposición al medio agresivo. Este tipo de corrosión es la preferida desde un punto de vista técnico, ya que es predecible.
  • Corrosión por Grietas: Es una forma de corrosión electroquímicamente localizada que puede presentarse en hendiduras y bajo superficies protegidas, donde pueden existir soluciones estancadas. La corrosión por grietas tiene una reconocida importancia en ingeniería, toda vez que su presencia es frecuente bajo juntas, remaches, pernos y tornillos, entre válvulas y sus asientos, bajo depósitos porosos y en muchos lugares similares.
  • Corrosión Galvánica: Es un proceso electroquímico en el que un metal se corroe preferentemente cuando está en contacto eléctrico con un tipo diferente de metal (más noble) y ambos metales se encuentran inmersos en un electrolito o medio húmedo.
  • Corrosión por Picaduras: Es una forma de ataque corrosivo localizado que produce pequeños hoyos y agujeros en un metal. Este tipo de corrosión es muy destructivo para las estructuras si provoca perforación del metal.
  • Corrosión-Erosión: Es el efecto producido cuando el movimiento de un agente corrosivo sobre una superficie de metal acelera sus efectos destructivos a causa del desgaste mecánico. La corrosión-erosión prospera en condiciones de alta velocidad, turbulencia, choque, etc. De manera frecuente, aparece en bombas, mezcladores y tuberías, particularmente en curvas y codos.
  • Cavitación: Es un caso especial de corrosión-erosión. Ocurre cuando la velocidad es tan alta que la reducción de presión en el flujo es suficiente para producir burbujas de vapor de agua que implosionan en la superficie. Esta implosión produce altas presiones que pueden provocar la ruptura de la película de la superficie e incluso arrancar partículas del metal. Tiene lugar en las palas de las turbinas, bombas, hélices de los barcos y en tuberías donde se producen grandes cambios de presión.

Métodos de Protección Contra la Corrosión

Existen diversos métodos para proteger los metales de la corrosión. Algunos de los más comunes son:

Pinturas Anticorrosivas

Las pinturas son recubrimientos orgánicos que se aplican en primer lugar como un líquido, mediante brochas, rodillos o espray. El líquido está formado por disolvente, resina, pigmentos y aditivos. El disolvente transporta la resina disuelta o suspendida, que se adhiere recubriendo el sustrato; los aditivos y las partículas de pigmento quedan adheridas después de que el disolvente se evapore y el recubrimiento se cure. La resina provee a la superficie recubierta resistencia química y frente a la corrosión. Los pigmentos disminuyen la permeabilidad, dan opacidad y color; de esta manera, protegen a la resina de la radiación ultravioleta que la puede degradar y cubre la superficie subyacente. Los pigmentos pueden ser también anticorrosivos.

Ánodos de Sacrificio

Los ánodos de sacrificio son metales más activos que el metal a proteger. En el caso del acero, pueden ser usados como ánodos de sacrificio el magnesio, el zinc y el aluminio. Los ánodos de sacrificio han de tener potenciales de corrosión negativos, baja polarización, un alto equivalente electroquímico y una alta eficiencia.

  • Magnesio: Tiene un potencial de corrosión muy negativo y una baja polarización. Se utiliza en suelos y aguas puras. Su empleo en agua de mar es desaconsejable, ya que causa sobreprotección y se consume rápidamente.
  • Zinc: Tiene un potencial de corrosión intermedio, baja polarización y alta eficiencia. Es ideal para agua de mar.
  • Aluminio: Sus aleaciones convencionales se pasivan, presentando una alta polarización. Aleado con Zn, In, Hg y Sn, permanece en su estado activo. Es utilizado en agua de mar.

Protección por Corriente Impresa

Un rectificador provee una corriente continua, aportando electrones al cátodo. En el ánodo puede producirse la oxidación del metal, la del agua produciendo iones hidrógeno, o la de los cloruros produciendo cloro. La reacción de oxidación del metal debe evitarse, ya que produciría el consumo del ánodo. Las otras dos reacciones son las que se dan en ánodos inertes, que son los que suelen usarse en corriente impresa.

Se utilizan como ánodos para corriente impresa:

  • Hierros fundidos y aceros: Se usaron en los inicios del uso de la técnica.
  • Grafito compactado: Es un material inerte y de bajo coste. Se suele utilizar en suelos y agua de mar.
  • Platino: Es el material ideal para ser utilizado como ánodo de corriente impresa. No se consume por oxidación y se consiguen velocidades apreciables en las otras dos reacciones. Su problema es el elevado coste. Este problema se solventa utilizando ánodos platinados.

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