05 Sep
Descartes fue un filósofo francés del Siglo XVII que vivió y filosofó durante el Antiguo Régimen. En esta época, en lo que se refiere a la política, se produce el triunfo de la monarquía absoluta respecto del poder de los señores feudales, lo que conducirá al absolutismo. El feudalismo se solapa con el incipiente capitalismo comercial, que producirá el progresivo ascenso de la burguesía. En el ámbito religioso, había tenido lugar en el s. XVI la Reforma protestante, la cual en el Siglo XVII es replicada por la Iglesia Católica con la Contrarreforma. Esta ruptura religiosa y sus implicaciones políticas, provocará la Guerra de los Treinta Años, en la que participará el propio Descartes. Se produce también la exaltación del antropocentrismo: el individuo se convierte en el objeto preferente de conocimiento, y la razón humana pase a ser la fuente de la certeza desbancando a la fe y a la revelación.Finalmente, el triunfo de la Revolución Científica con Copérnico, Kepler y Galileo, va a suponer el cuestionamiento de la física de Aristóteles y la reivindicación de la importancia de las matemáticas en el conocimiento de la naturaleza.
Desde el punto de vista del contexto filosófico que afectará a Descartes, tenemos que señalar que durante la Baja Edad Media había habido, al menos en la Europa continental, un predominio de la escolástica, centrada en el estudio de Dios, el alma y el mundo. Descartes conoció la tradición escolástica, pero la rechaza por la gran cantidad de contradicciones que presenta, proponiéndose encontrar una nueva base para los tres temas metafísicos clásicos. Posteriormente, en el Renacimiento, surge la figura de Michel de Montaigne, filósofo francés caracterizado por su escepticismo, el cual influirá en Descartes, aunque de manera limitada, puesto que Descartes acepta la duda como punto de partida para erradicar de la filosofía cualquier error y llegar a la verdad absoluta. Llegamos así al Siglo XVII y al debate entre racionalistas y empiristas. Descartes es uno de los principales representantes de la corriente racionalista, la cual se caracteriza por la idea de que nuestros conocimientos verdaderos de la realidad tienen su origen y fundamento en la razón. Ésta descubre en ella misma verdades completamente evidentes, llamadas ideas innatas, a partir de las cuales irá deduciendo el resto de verdades. El conocimiento, por tanto, no tiene límites.
Descartes consiguió deducir la existencia del “yo”, de Dios y de los cuerpos de la verdad del cogito. A estos tres elementos considerados genéricamente los llama sustancias. El concepto de sustancia puede ser aplicado a todos aquellos seres que percibimos con claridad y distinción que no necesitan de ninguna otra cosa para existir excepto de Dios.
Estos son dos: el “yo” (alma) y los cuerpos materiales, que son independientes y no se necesitan el uno al otro para existir. Existen, por tanto, 3 sustancias. Sin embargo, no podemos percibirlas directamente, sino que lo hacemos a través de sus atributos, que son las cualidades o propiedades de la sustancia. El atributo no puede existir por sí mismo, sino que necesita de la sustancia para existir. El atributo del alma es el pensamiento, que nos permite conocer la existencia del alma, por lo que recibe el nombre de sustancia pensante (res cogitans). Es indivisible e inmortal, y es el ámbito de la libertad. El atributo de las cosas materiales es la extensión, que nos permite conocer lo material, por lo que recibe el nombre de sustancia extensa (res extensa). Es mensurable y en ella rige el mecanicismo, por lo que su ámbito de estudio es la física. El atributo esencial de Dios, por su parte, es el de la infinitud, y es por eso que recibe el nombre de sustancia infinita.
Para Descartes, Dios es la garantía de que a las ideas sobre el mundo les corresponde un mundo real y existente. No obstante, Dios no garantiza que a todas las ideas les corresponda una realidad extramental. Descartes distingue en las cosas dos tipos de cualidades: las primarias y las secundarias. Las cualidades primarias son aquellas que se pueden medir y expresar matemáticamente (la expresión, el movimiento y la figura). El conocimiento del mundo sensible queda limitado a las ideas claras y distintas de estas tres cualidades de los cuerpos, que existen objetivamente. Las cualidades secundarias (luz, color, olor…) no son percibidas con la misma distinción que las primarias. De hecho, Descartes sostiene que no existen en los cuerpos, que son apreciaciones subjetivas. Su verdad, por tanto, no puede estar garantizada por Dios. Éstas cualidades no dan un conocimiento seguro, pero tienen una función utilitaria, ya que dan información de para qué sirven las cosas, enseñándonos lo que nos conviene y lo que nos perjudica. A partir de las tres cualidades primarias deduce Descartes su física, que constituye una Concepción mecanicista de la naturaleza (una explicación de los fenómenos naturales que no admite más causas explicativas que las derivadas de los movimientos de cuerpos en el espacio). Descartes concibe la naturaleza (res extensa) como una máquina en el que el movimiento de una de sus partes es el resultado automático de otros movimientos, que se transmiten de cuerpo a cuerpo, siendo como un reloj de cuerda en el que Dios es el relojero que ha creado el universo de materia inerte y la ha dotado después de movimiento. La cantidad de materia y de movimiento en el universo es constante ya que Dios es inmutable . Lo que ha creado es divisible indefinidamente y mediante sucesivas divisiones se van generando todas las clases de seres existentes en el universo. El vacío no existe , y el movimiento se transmite de un cuerpo a otro por contacto. Todos los seres se comportan máquinas complejas regidas por leyes universales y necesarias del movimiento, y carecen de libertad. Esto, no obstante, crea un problema que Descartes resolverá más adelante: el de la libertad humana
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