02 Ene

Áyax

Áyax es la tragedia conservada más antigua de Sófocles. Se cree que fue representada entre el 450 y el 440 a.C. El tema se encuentra en la Odisea (libro 11) y en La pequeña Ilíada (obra no conservada), mencionada por Píndaro. Áyax se sitúa en el asedio de Troya. Áyax, hijo de Telamón y rey de Salamina, tras la muerte de Aquiles, aspira a heredar sus armas por considerarse el más fuerte. Sin embargo, Menelao y Agamenón se las otorgan a Ulises.

Encolerizado, Áyax decide matar a Ulises, pero Atenea nubla su mente y le hace matar ganado, creyendo que está acabando con Ulises, Menelao y Agamenón.

Cuando recobra la razón y se da cuenta de lo sucedido, al ser un héroe a la antigua usanza, siente que ha perdido el honor y decide que no vale la pena seguir viviendo. Se suicida lanzándose sobre su espada. Una vez muerto, su cuerpo es trasladado al campamento, y tanto Agamenón como Menelao deciden que no merece ser enterrado, en contra del deseo de su mujer Tecmesa, su hermanastro Teucro y su hijo. Finalmente, Ulises intercede por el entierro de Áyax.

Los personajes son Atenea, Ulises, Áyax, Agamenón, entre otros, hasta nueve, además del coro de marineros de Salamina. Esta obra carece de unidad y se divide en dos mitades: la primera hasta la muerte de Áyax y la segunda hasta que se decide qué hacer con su cuerpo. Quizás la continuación esté relacionada con las otras dos obras que conformaban la trilogía.

Ulises se compadece de Áyax porque sabe que también le podría pasar a él; es el único que lo defiende. Áyax domina la obra, tanto en vida como en muerte. Es inflexible, no acepta consejos y siempre es el centro de la escena. Realiza un monólogo cuando se despide del mundo y, en algún momento, habla de tal manera de la vida que el coro y su mujer llegan a pensar que no se suicidará. En la obra se produce un cambio de escena cuando Áyax toma la decisión de morir.

Se dice que esta obra muestra dos mundos, dos actitudes: un héroe antiguo, de la antigua democracia, que se mueve por motivos de honor, y Ulises, un hombre pragmático que actúa por razonamientos. Representa las dos maneras de ser de la Grecia clásica. Queda claro que el hombre es manipulado por los dioses. Atenea protege a Ulises porque Áyax ha caído en la hybris, mostrando un enfado que lo equipara a los dioses. A Áyax solo le importa su honor, ni su mujer ni sus hijos.

Las Traquinias

Su datación es confusa, pero no puede ser anterior al año 435 a.C., porque hay una obra llamada Heracles que trata este tema y es anterior.

Esta obra nos muestra la muerte de Heracles. Después de los doce trabajos encomendados, vuelve a casa. Cuando le anuncian a su esposa Deyanira que Heracles regresa, pero que viene acompañado de otra mujer, la princesa Iole, Deyanira, desesperada, recuerda que tiene un filtro de amor que le dio el centauro Neso. Ordena a un heraldo que lleve la túnica roja a Heracles para que se la ponga cuando llegue. Sin embargo, es una trampa del centauro, y al ponérsela, Heracles se quema poco a poco, maldiciendo a Deyanira sin escuchar las palabras de su hijo Hilo. Cuando Deyanira se da cuenta, se suicida. Después, muere Heracles. Esta tragedia nos muestra el error fatal, el destino humano en manos de los dioses.

Edipo Rey

Edipo Rey es una obra mayor del teatro universal, con cuatro personajes principales y cuatro secundarios. Se sitúa entre el 430 y el 420 a.C. Los tres grandes trágicos escribieron obras tituladas Edipo. Esta obra se basa en la Tebaida y en la Edipodia (mediocre), y es una obra capital sobre el destino humano no superada. En Tebas (de hecho, Atenas) hay una epidemia de peste y, según los oráculos, no cesará hasta que se descubra y se castigue al asesino de Layo, el anterior rey de Tebas. Todo el pueblo se reúne en el palacio esperando las palabras de Edipo.

El Edipo de Sófocles es un invento suyo; no responde a ninguna de las dos leyendas. Sófocles manipula la historia y convierte a Edipo Rey en la primera obra de detectives. Para Aristóteles, es la mejor tragedia.

De hecho, se trata de que el personaje se encuentre a sí mismo; es un flashback impresionante. Recuerda cómo llegó a Tebas, cómo respondió a la Esfinge, cómo de pequeño alguien le dijo «hijo de padre falso»… La tensión va aumentando durante la obra. Un solo personaje domina la trama de forma material e ideal.

Desde el principio se sospecha de Edipo. Este acusa a Creonte de maquinar contra él, pero aun así tiene sospechas y quiere saber la verdad. Edipo es manipulado por Apolo. Es un hombre como nosotros, ni más bueno ni más malo, por eso la obra triunfa. Esta tragedia está en la base de multitud de obras.

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