15 Oct

Los Gobiernos de Felipe González (1982-1996)

El final de la transición puede considerarse el triunfo del PSOE en las elecciones de octubre de 1982. Elegido con las promesas de sanear la administración, aplicar una política socialdemócrata, realizar un referéndum anti-OTAN, modernizar las empresas y crear 800.000 puestos de trabajo, su acción de gobierno frustró muchas esperanzas.

Llevó a cabo una política de saneamiento económico con una devaluación de la moneda y la reconversión industrial de la industria pesada obsoleta (altos hornos, astilleros…).

La liberalización del mercado de trabajo y los incrementos de beneficios empresariales originaron una oleada de protestas por parte de los sindicatos. La existencia de bolsas de pobreza en el sur se trató de solucionar con el Plan de Empleo Rural.

La entrada definitiva de España (junto con Portugal) en la Comunidad Económica Europea (CEE, antecedente de la UE actual) en 1986 se produjo tras una larga negociación. Esto favoreció la inversión extranjera en España.

Se produjo un enfrentamiento con la Iglesia a consecuencia de la Ley Orgánica del Derecho a la Educación y la LOGSE, que aumentó con la ley de despenalización del aborto.

En 1986, al final de su primer mandato, el gobierno convocó el referéndum sobre la permanencia en la OTAN. Su actitud a favor de la permanencia, después de haber defendido la salida cuando estaban en la oposición, le restó votos en las elecciones generales de ese año.

En junio de 1986 volvió a ganar las elecciones por mayoría absoluta. La implantación del IVA y la entrada en el Sistema Monetario Europeo facilitó la inversión extranjera. La inversión de fondos estructurales europeos permitió la extensión del Estado de bienestar y un incremento considerable del nivel de vida de los españoles. Sin embargo, este crecimiento económico favoreció las inversiones especulativas. Se produjo una gran concentración empresarial y financiera (BBV-BSCH…).

Los Gobiernos de José María Aznar (1996-2004)

En marzo de 1996 se realizaron elecciones generales que tuvieron como vencedor en minoría al Partido Popular liderado por José María Aznar. Los 156 escaños obligaron a pactar con los nacionalistas del PNV y de CiU.

El primer gobierno de Aznar se caracterizó por la negociación con los partidos nacionalistas, ampliando la autonomía fiscal de las comunidades (cesión del 30% del IRPF y la negociación de un nuevo sistema presupuestario), y con las centrales sindicales, garantizando el poder adquisitivo de las pensiones (Pacto de Toledo). Para sanear las cuentas públicas congeló el salario de los funcionarios y redujo al mínimo los gastos en infraestructuras y los gastos sociales.

A pesar de esta situación, en los primeros años no se produjo el ansiado retroceso del paro; para ello se realizó una nueva reforma liberalizadora del mercado laboral (despido libre). El saneamiento de las cuentas públicas animó a la actividad inversora, alcanzando la Bolsa máximos históricos. El incremento de apoyos fiscales a las empresas permitió la afloración de una parte muy importante de la economía sumergida.

La contrapartida a estos éxitos económicos fue la disminución de la calidad de los empleos (sustitución del empleo indefinido por el precario y los contratos “basura”) y el descenso del poder adquisitivo por la inflación, no controlada, originada por la entrada del euro.

En el País Vasco la situación se complicó por los asesinatos de concejales socialistas y populares por el grupo terrorista ETA. La repercusión del asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco (12 de julio de 1997) fue tremenda en el interior y en el exterior. Los países europeos aprobaron una ley de extradición rápida y un aumento de la colaboración internacional.

En septiembre de 1998 todos los partidos nacionalistas vascos aprobaron la declaración de Estella-Lizarra para conseguir la independencia. ETA decretó un alto el fuego que duró 14 meses. La polarización entre nacionalistas y constitucionalistas creó un clima político de enfrentamiento entre el gobierno central y las comunidades históricas.

En marzo del 2000 se celebraron elecciones generales, obteniendo el PP la mayoría absoluta. A pesar de la buena situación económica, durante esta legislatura el clima de tensión social y política fue en aumento a causa de la actitud del gobierno de imponer sus planteamientos. Así, llevó a cabo una reforma laboral por decreto, es decir, sin el consenso de los sindicatos, que provocó en junio de 2002 una huelga general.

Además, desarrolló una serie de leyes que modificaban la legislación socialista precedente: Ley de Extranjería, Ley Orgánica de Universidades, Ley Orgánica de la Calidad de la Enseñanza (LOCE), Ley de Partidos (por iniciativa del PSOE, dotó al gobierno de una mayor capacidad para ilegalizar a los grupos políticos afines a ETA).

Tras los atentados del 11 de marzo de 2004 (atentados de Madrid), el PP perdió las elecciones en marzo de 2004.

Los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2008)

La victoria de los socialistas en las elecciones de marzo de 2004 fue totalmente inesperada. Durante esta primera legislatura (2004-2008), gobernó en minoría. La primera medida adoptada fue la retirada de las tropas de Irak. A partir de aquí, se comprometió a retirar el Plan Hidrológico Nacional y reformar las leyes educativas (Ley Orgánica de Educación, LOE) aprobadas por los populares.

En esta primera etapa se desarrolló una importante labor legislativa de carácter social: Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, Ley de Dependencia, Ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Algunas de estas actuaciones encontraron la oposición de la Iglesia católica.

Las elecciones celebradas en marzo de 2008 revalidaron el triunfo de los socialistas, aunque otra vez en minoría.

Cambios Económicos, Sociales y Culturales

En el transcurso de los últimos 25 años, España se ha integrado totalmente en la economía capitalista de su entorno. La entrada en la Unión Europea y en la unidad monetaria ha obligado a un proceso de modernización y de competitividad en todos los sectores. Todavía arrastra algunos problemas estructurales importantes, como son el predominio de la pequeña y mediana empresa y la baja inversión en investigación y desarrollo.

En 50 años ha pasado de ser una sociedad con predominio del sector agrario a una sociedad terciaria con un gran sector de servicios. La población ha sufrido un tremendo proceso de urbanización, con la consiguiente pérdida de valores tradicionales. La ciudad, a su vez, ha traído problemas como la soledad, las drogas, el incremento de los suburbios…

El concepto de familia ha variado; la aparición de unidades familiares monoparentales, las uniones de hecho y la aceptación social de la homosexualidad han supuesto un duro golpe para una sociedad que todavía se basaba en presupuestos sociales católicos.

Se ha elevado el nivel de estudios y de preparación tecnológica en general.

Deja un comentario