06 Nov

2. Avances Técnicos en los Sistemas de Cultivo

En los últimos 50 años, los sistemas de cultivo en España han experimentado transformaciones que han conducido a una agricultura cada vez más intensiva. Esto se traduce en un importante aumento de los rendimientos y una clara orientación al mercado, con la práctica desaparición de las actividades de autoconsumo características de la agricultura tradicional. Algunos aspectos de esta intensificación son:

  • Especialización de actividades: El policultivo tradicional ha desaparecido o está en proceso de extinción. Actualmente, encontramos especializaciones de cultivos o de actividades ganaderas, ligadas a la demanda de los mercados nacional e internacional y a los apoyos de la Unión Europea (considerando la tendencia actual al “pago único” por hectárea).
  • Mecanización: La mecanización está ampliamente extendida (tractores, cosechadoras, ordeño mecánico, etc.), llegando en ocasiones a superar las necesidades y la rentabilidad, debido al reducido tamaño y la parcelación de muchas explotaciones, así como a la escasa tradición de asociacionismo y cooperativismo en el campo español.
  • Elevado consumo de pesticidas y fertilizantes: Esto se une al uso de variedades de semillas selectas y selección de razas ganaderas. En los últimos años, se observa una expansión de los cultivos transgénicos (variantes modificadas genéticamente para resistir plagas, sequía, heladas, etc.).
  • Empleo de nuevas técnicas de cultivo: Estas técnicas liberan a la agricultura de las limitaciones del medio natural. Ejemplos incluyen el acolchado (cubrir el suelo con láminas de plástico), los cultivos sin suelo (como el enarenado, con una capa de abono cubierta de arena, o los cultivos hidropónicos, que sujetan las raíces con arena o grava y les proporcionan nutrientes disueltos en agua), y el riego por goteo (de gran interés en zonas áridas). A esto se suman los invernaderos, que crean un microclima cálido y húmedo que permite el crecimiento rápido de las plantas y la obtención de varias cosechas al año. Gracias a estas técnicas, provincias como Almería o, más recientemente, Huelva, han experimentado un gran desarrollo rural, tras haber sido tradicionalmente focos de miseria y emigración.
  • Avances del regadío y retroceso del barbecho: La superficie regada en España ha aumentado considerablemente, siendo uno de los principales factores de intensificación de los cultivos. Sin embargo, existe un enorme despilfarro de agua en el campo español, a pesar de la tendencia a la aridez del país. Aunque existen sistemas de riego ahorradores (riego por goteo, aspersión), muchos regadíos siguen siendo extensivos (riego a manta) y las conducciones presentan pérdidas considerables. A esto se añade la sobreexplotación de acuíferos.

El barbecho se ha reducido a medida que avanzaba el riego, siendo importante hoy en día solo en zonas de la Meseta (especialmente al oeste, con suelos más pobres). En los últimos años, la política de la UE intenta reintroducir el barbecho para reducir las superficies cultivadas y la producción final.

3. Usos del Suelo Rural, Distribución de la Superficie Cultivada y Tipos de Cultivo

Actualmente, la mayor parte del suelo rural corresponde a terrenos de uso forestal (35%), incluyendo en esta categoría los cultivos de frutales, seguidos de las tierras de cultivo (32,3%). Estas últimas se han reducido en los últimos 20 años, con grandes diferencias regionales: desde el 3% en Asturias y Cantabria hasta entre el 40% y el 50% en Baleares, las dos Castillas y Andalucía. Las tierras destinadas a pastos (15%) también se han reducido, a pesar del crecimiento de la producción ganadera. Continúan creciendo las tierras de usos no agrarios (20%): urbanizaciones, industrias, servicios, etc.

La superficie cultivada se divide oficialmente en tres secciones:

  • Cultivos herbáceos (plantas de ciclo anual, de consistencia blanda y flexible como cereales, tubérculos y hortalizas): ocupan el 55% de la superficie.
  • Cultivos leñosos (plantas de ciclo vital de varios años, leñosas al ser árboles o arbustos, como olivar, frutales, viñedo, etc.): ocupan el 25% de la superficie, pero aportan el 40% del valor de la producción agrícola.
  • Barbecho: aunque en retroceso desde los años 60, ocupa todavía el 19% de la superficie, impulsado por algunas políticas de la Unión Europea.

La política comunitaria de cuotas y subvenciones influye significativamente en la distribución de las producciones agrícolas.

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