28 Nov
El Estado como Regulador y Organizador del Sistema Capitalista
Las necesidades de racionalización del sistema y las tensiones sociales generan un proceso de ajuste para impedir una sustitución radical del sistema capitalista. El Estado Social surge como una exigencia del proceso de acumulación capitalista en la coyuntura histórica, actuando como organizador de la iniciativa privada. El Estado ya no es un ente externo, sino que se articula con las relaciones socioeconómicas de producción capitalistas. No se limita a garantizar desde fuera las condiciones sociales y políticas (relaciones y distribución de fuerzas y posicionamiento en la estructura social de los grupos sociales), ni las reglas de juego de la acumulación capitalista, sino que las organiza y tutela.
Características Generales del Estado Social
Sin alterar el principio estructural del beneficio privado, consustancial con la racionalidad del capitalismo, el Estado Social trata de reducir y amortiguar sus consecuencias sociales. Representa una modernización y no una modificación sustancial del sistema. Se caracteriza por:
- Intervencionismo estatal en la economía: Superando el laissez faire, el Estado busca regular el mercado sin socializarlo, implementando una planificación indicativa (no vinculante).
- Disminución de la primacía absoluta de la libertad económica: Se matiza con criterios de utilidad social o interés general.
- El Estado como sujeto productivo: Interviene directamente en el mercado como empresario a través de la empresa pública (economía mixta).
- Asunción de cargas sociales: Expansión de los servicios públicos, aumento de la administración y del gasto público, incremento de la presión fiscal, establecimiento de sistemas impositivos progresivos y redistribución de la renta a través de los servicios (salario indirecto).
- Derechos sociales con limitada exigibilidad jurídica: Son normas programáticas o principios rectores, sin contenido vinculante inmediato o con un alcance ideológico.
El Modelo Económico Mixto Keynesiano
El modelo económico mixto keynesiano es paradigmático de la importancia de este nuevo tipo de Estado. Desarrolla técnicas de intervención estatal (políticas fiscales y monetarias) en los ciclos económicos, superando el laissez faire. Asigna al Estado la tarea indicativa de regular el mercado, sin socializar ni alterar el principio de la maximización del beneficio privado, consustancial con la lógica del capitalismo. Todo ello configura el perfil del Welfare State.
Fundamentos Políticos del Estado Social
En lo político, el Estado Social se fundamenta en la democracia representativa, articulada a través de sólidos sistemas de partidos, con subordinación de los mecanismos de democracia semidirecta. Los partidos, constituidos por el sistema jurídico-político en cauces exclusivos y excluyentes de participación política, tienden a convertirse en maquinarias electorales e institucionales, casi como apéndices u órganos del Estado, con financiación pública. Pasan de ser organizaciones generadas por e insertadas en la sociedad, vinculadas a ella y correas de transmisión de las demandas sociales ante el Estado, a convertirse en elementos del mismo dispositivo estatal, independizándose como aparatos separados de la base social.
Burocratización y Homogeneización de los Partidos Políticos
Los partidos experimentan un proceso de burocratización y jerarquización. Las líneas de actuación circulan desde las cúpulas dirigentes hacia la base y no a la inversa, perdiendo capacidad de mediación de la realidad social y de vehículos de los intereses sociales. Intentan captar votantes por encima de las diferencias ideológicas y de clase, lo que lleva a un debilitamiento de su identidad programática, volviéndose interclasistas. El escaso margen de autonomía que les permite la aceptación del modelo socioeconómico vigente provoca su homogeneidad.
Comunicación Política y Profesionalización de la Política
La comunicación entre los partidos y sus potenciales electores se adapta a las técnicas de la publicidad comercial, ausente de contenido argumental-racional, incidiendo solo en los aspectos emocionales y sensitivos (especialistas en marketing diseñan las campañas). La discusión sobre los programas es sustituida por la potenciación de la imagen del candidato. Los partidos se componen de profesionales de la política, y la lucha política se traduce en el terreno electoral como las leyes de la oferta y la demanda en el reino de los consumidores. Las alternancias del gobierno se configuran como recambios de limitados equipos de profesionales.
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