03 Feb
El Proceso Democratizador y los Cambios Agrarios en la España del Siglo XIX
En el siglo XVIII se planteó el problema agrario que los ilustrados analizaron, pero no resolvieron. Aunque a comienzos del siglo XIX no había grandes diferencias regionales, con minifundio en Galicia, pequeña propiedad en el norte y grandes latifundios en Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura, la mayor parte de las tierras eran propiedad de la nobleza y la Iglesia. Las cultivaban los campesinos arrendados que practicaban una agricultura de subsistencia con técnicas tradicionales. La propiedad estaba inmovilizada, es decir, vinculada a los títulos nobiliarios. La mayoría de las tierras estaban amortizadas, en «manos muertas», por lo que no se podían vender ni comprar.
La Desamortización como Motor de Cambio
En el siglo XIX, los liberales abordaron la desamortización y convirtieron la tierra en objeto de libre compraventa para modernizar la agricultura española. Los precedentes de estas se remontan a los reinados de Carlos IV y José I, a las Cortes de Cádiz y al Trienio Liberal, pero tuvieron pocas consecuencias por su corta duración. La mayor parte de la desamortización se dio durante el reinado de Isabel II, en dos etapas:
La Desamortización de Mendizábal (1836)
La desamortización de Mendizábal en 1836 fue precedida por dos decretos que determinaron la abolición del régimen señorial y el de los mayorazgos. Fue una desamortización eclesiástica: las tierras del clero regular se expropiaron por el Estado que las vendió en pública subasta. Tuvo éxito a corto plazo: permitió disminuir la deuda pública, armar al ejército contra el carlismo y crear una masa de compradores vinculada al liberalismo. Se cometieron errores duramente criticados por miembros del partido progresista como Flórez Estrada. Este criticó que las tierras se vendieron a la vez, por lo que perdieron valor, se admitió el pago con vales de deuda pública devaluada y se vendieron las tierras en grandes lotes, por lo que solo pudieron pujar los grandes propietarios.
La Desamortización de Madoz (1855)
Más tarde, en el Bienio Progresista, se llevó a cabo la desamortización de Madoz en 1855. Sus objetivos eran disminuir la deuda pública y financiar el ferrocarril. Fue una desamortización general en la que se vendieron bienes del clero secular y las órdenes militares, pero que afectó sobre todo a las tierras comunales de los ayuntamientos. Madoz corrigió defectos de Mendizábal: realizó subastas escalonadas y solo se podía pagar en metálico o con vales de deuda pública consolidada.
Consecuencias de las Desamortizaciones
Estas desamortizaciones tuvieron importantes consecuencias:
- Se consiguieron los objetivos políticos a corto plazo.
- Aumentó la extensión de las tierras cultivadas.
- La agricultura siguió siendo tradicional y los procesos modernizadores de la misma, nulos.
- Aumentó la producción agrícola, lo que explica el moderado crecimiento de la población del siglo XIX.
- En la segunda mitad del siglo, se desarrolló una agricultura orientada a la comercialización en el mercado interior y la exportación.
Las desamortizaciones también tuvieron consecuencias negativas:
- Los compradores fueron la nobleza y la burguesía, que se fundieron en un grupo social: la burguesía agraria, que mantuvo actitudes rentistas, es decir, no invertía en la tierra para mejorar la productividad y se limitó a recibir las rentas que obtenían de ella.
- Se desviaron hacia el mundo agrario capitales necesarios para la industrialización.
- Se dio el deterioro económico de muchos agricultores. Solo una minoría de los campesinos pudo comprar tierras, y la mayoría se convirtieron en jornaleros y perdieron los derechos de uso de los comunales.
- Provocaron una importante movilidad de las tierras, pero no se alteró la distribución de la tierra anterior.
Las desamortizaciones fueron una oportunidad perdida para realizar la reforma agraria en España.
Los Inicios de la Industrialización en España (1830-1875): Dificultades y Logros
La Revolución Industrial fue tardía y limitada a algunas regiones españolas como Cataluña y Asturias y, desde 1875, el País Vasco. En el resto del país predominaba la industria tradicional.
Causas de la Escasa Industrialización
Las causas de la escasa industrialización fueron las siguientes:
- La escasez de capital por la falta de tradición industrial, la debilidad de la burguesía española y el peso de las mentalidades rentista y nobiliaria. Los capitales se usaron en la compra de tierras procedentes de la desamortización, en inversiones de Hacienda pública o en la especulación bursátil. Solamente en el norte la burguesía invirtió en actividades industriales.
- La falta de transformaciones agrarias. La agricultura aumentó la producción modestamente y siguió reteniendo mano de obra.
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