15 Ene
Transiciones a la Democracia en América Latina
A finales de los años 80 y principios de los 90, América Latina comenzó a establecer regímenes democráticos, con la excepción de Cuba. Este proceso marcó un hito histórico, dado que nunca antes había habido tantos países democráticos en la región. En 2016, se puso fin a las guerras civiles en Centroamérica, completando el ciclo de pacificaciones. Sin embargo, Colombia continuaba enfrentando violencia política y problemas de control territorial. Desde los años 70, la cantidad de regímenes democráticos aumentó notablemente, alcanzando su pico en 2001. En 1985, la tendencia se rompió y las democracias superaron a las dictaduras, lo que nunca antes había sucedido en la historia de América Latina. La transición a la democracia fue un proceso contrastante, influenciado por varios factores clave.
Factores Clave en la Transición
- Crisis Financiera: La crisis de la deuda externa en los años 80 debilitó a las dictaduras al generar problemas financieros insostenibles. Esta crisis provocó malestar y movilización social, desarticulando las bases de apoyo de las dictaduras. Los efectos sociales de la crisis fueron devastadores, con movilizaciones y cambios en los sectores empresariales que terminaron criticando a los regímenes dictatoriales.
- Fin de la Guerra Fría: La disolución de la URSS y el fin de la Guerra Fría hicieron que Estados Unidos dejara de apoyar a las dictaduras latinoamericanas. Con el fin del incentivo geopolítico, el apoyo económico y político de EE.UU. a estas dictaduras cesó, lo que debilitó aún más a los regímenes autoritarios.
Modos de Transición
La transición a la democracia no fue uniforme en toda la región. Algunos países, como Argentina, experimentaron un colapso del régimen dictatorial sin mayores imposiciones militares. En contraste, en Brasil y Chile, las transiciones fueron negociadas y los militares lograron imponer condiciones que afectaron la consolidación democrática. Uruguay tuvo una transición negociada, aunque con menos imposiciones militares en comparación con Chile.
Desafíos en la Consolidación Democrática
Uno de los principales desafíos tras la transición fue la estabilización democrática y la eliminación del riesgo de retorno al autoritarismo. La violencia política y la criminalidad persistieron como problemas importantes. En varios países, las fuerzas armadas no estaban completamente subordinadas al poder civil, y en algunos casos, los presidentes no lograban completar sus mandatos, lo que indicaba una falta de respeto por la voluntad popular.
Impacto Socioeconómico
La estabilidad democrática coexistió con altos niveles de pobreza y criminalidad. Aunque la pobreza aumentó menos que la población, la situación no mejoró significativamente para muchos ciudadanos, lo que generó desconfianza en la democracia. A finales del siglo XX, menos de la mitad de la población prefería la democracia sobre un régimen autoritario.
Desconfianza en la Democracia
El apoyo a la democracia comenzó a disminuir, con muchas personas insatisfechas con la capacidad de los regímenes democráticos para satisfacer sus necesidades básicas. Esta insatisfacción podría llevar a una preferencia por otros tipos de regímenes políticos en el futuro. La herencia de problemas estructurales de las dictaduras, como la falta de independencia del poder judicial y la desigualdad ante la ley, continuó afectando la consolidación democrática. La transición a la democracia en América Latina fue un proceso complejo y multifacético. Aunque se lograron avances significativos, la consolidación democrática enfrentó numerosos desafíos. La persistente insatisfacción con la democracia y los problemas heredados de las dictaduras continúan siendo obstáculos importantes para la estabilidad y la plena realización de regímenes democráticos en la región.
Transformaciones del Estado en Latinoamérica (1870-1930)
Entre 1870 y 1930, Latinoamérica vivió importantes transformaciones en el Estado, la sociedad y la economía. Se desarrollaron la industria y la urbanización, y se amplió la participación política. El Estado comenzó a ofrecer servicios públicos esenciales, aunque esto también trajo conflictos como guerras, revoluciones y movilizaciones obreras. Hubo una secularización significativa y las economías se integraron al modelo liberal internacional. Se debatió entre centralización y federalización, y entre conservadurismo y liberalismo, con la crisis de 1929 llevando a gobiernos autoritarios en varios países. El comercio internacional financió al Estado y permitió la expansión de infraestructura. Este crecimiento fue desigual y generó desequilibrios. La consolidación del poder central se logró mediante guerras y pacificación interna, con una dependencia crítica del comercio exterior y la inversión extranjera. Apareció la «nueva cuestión social» con nuevos actores y movimientos, como el movimiento estudiantil, que llevaron a respuestas represivas y mejoras en salud pública y urbanización. Las movilizaciones obreras fueron reprimidas, pero también resultaron en regulaciones laborales importantes en varios países. Políticamente, surgieron nuevos partidos y dirigentes, se expandió la prensa y la opinión pública, y se fortaleció la democracia. Hacia 1930, los Estados latinoamericanos mostraban debilidades estructurales como la dependencia del financiamiento externo y la manipulación electoral. En resumen, las transformaciones de 1870-1930 fueron clave para la consolidación estatal y la configuración de los aparatos estatales en Latinoamérica, con un enfoque principalmente económico.
Pueblos Indígenas y Movimientos Campesinos (1870-1930)
Entre 1870 y 1930, los movimientos campesinos e indígenas en Latinoamérica surgieron como respuesta a la nueva división del trabajo internacional, centrada en el modelo agroexportador. Este modelo, en el cual la región exportaba materias primas a Europa y Norteamérica, tuvo un profundo impacto en las poblaciones indígenas y campesinas, que en su mayoría eran indígenas. Los efectos del modelo agroexportador incluyeron la exterminación de poblaciones indígenas y una revolución demográfica en la región. La llegada de inmigrantes europeos desplazó a tribus nómadas en áreas templadas, mientras que en zonas cálidas productoras de azúcar, café y cacao, la población se mestizó o fue desplazada. Este proceso de mestizaje resultó en la desaparición de muchas poblaciones indígenas en países como Colombia, Costa Rica y Nicaragua. En regiones como la Amazonía, los caucheros diezmaron a la población indígena. Además, los Estados latinoamericanos implementaron políticas sociales que despojaron a los indígenas de sus tierras. La situación variaba entre países, pero generalmente, la población indígena enfrentaba pobreza, exclusión social, migraciones internas y pérdida de sus tierras y cultura. En Mesoamérica, la producción de café y la intervención del Estado afectaron negativamente a los indígenas, como en Guatemala y México. En el área andina, la población indígena resistió a través de movilizaciones y ocupaciones de tierras, especialmente en Bolivia. Sin embargo, en Ecuador y Perú, la población indígena disminuyó debido a migraciones y explotación laboral.
El modelo agroexportador también causó una fractura territorial, concentrando tierras en manos de grandes propietarios y empresas extranjeras, lo que desplazó a los campesinos e indígenas. Las élites latinoamericanas, influidas por ideas racistas y dependientes de Europa, implementaron este modelo sin considerar el desarrollo de la región ni la inclusión de las masas excluidas. Los indígenas y campesinos respondieron a estas situaciones con levantamientos, movimientos agrarios y revoluciones, como la Revolución Mexicana. Buscaban no solo recuperar sus tierras, sino también el respeto a su cultura y autonomía. En el Cono Sur, se lograron avances democráticos, mientras que en otros países se hicieron pactos excluyentes entre las élites y el Estado.
En resumen, entre 1870 y 1930, los movimientos campesinos e indígenas en Latinoamérica enfrentaron y resistieron los efectos del modelo agroexportador, luchando por sus tierras, derechos y reconocimiento cultural.
La Reforma Agraria de Arbenz en Guatemala
Guatemala tiene una superficie cultivable pequeña y grandes latifundios, lo que genera desigualdades significativas (el 2% de los dueños poseen el 70% de las tierras). La población indígena es alta y las estancias funcionan como espacios sociales paternalistas y violentos. La United Fruit Company (UFCO) limita las actividades productivas del país. Tras la crisis del 29, Jorge Ubico asumió la presidencia y mantuvo relaciones con la UFCO. Abolió la esclavitud por deudas y apoyó a los plantadores de café y asalariados rurales. En 1944, renunció y un líder militar tomó el poder, desatando una revolución el 20 de octubre. Juan José de Arévalo, un profesor, ganó las elecciones en 1945 y gobernó hasta 1950. Implementó un aumento de salarios y una constitución progresista con influencias mexicanas. Se crearon el Banco Mundial y la FAO para apoyar procesos de reforma agraria.
Los objetivos de Jacobo Arbenz, sucesor de Arévalo, incluían liberar al país de la dependencia estadounidense y desarrollar la libre competencia y el comercio exterior. Para esto, el papel del Estado era clave, enfocándose en proyectos de reforma agraria y obras públicas. La reforma agraria de Arbenz se centró en la distribución de tierras y la generación de ingresos para el Estado. Se expropiaron fincas mayores a 224 hectáreas no cultivadas en más de dos tercios y fincas mayores a 672 hectáreas, incluidas tierras del Estado, para distribuirlas entre campesinos. La reforma permitió a los campesinos negociar y participar, y denunciar tierras no cultivadas. Aunque hubo resistencia judicial, la reforma benefició a más de 138,000 familias y aumentó la producción. Se brindó apoyo técnico y se fomentó la alfabetización para mejorar la eficiencia en los cultivos. Los préstamos a bajas tasas de interés también fueron fundamentales. Sin embargo, se aumentaron los impuestos indirectos y subió la inflación, descuidando otros asuntos como la vivienda. El impuesto a la renta se estableció proporcionalmente a los ingresos.
La reforma generó conflictos con la UFCO, que se quejaba de las expropiaciones y la compensación insuficiente por las tierras. Estas tensiones llevaron al apoyo de la UFCO por parte del Departamento de Estado de EEUU. En 1954, Arbenz fue derrocado tras una invasión desde Honduras apoyada por la CIA. La reforma agraria fue revertida y las tierras devueltas a sus antiguos dueños. Arbenz se exilió en Uruguay.
Revolución Cubana: Consolidación del Poder (1959-1962)
Caída del Régimen de Batista
En enero de 1959, el régimen de Batista colapsó y la revolución liderada por Fidel Castro tomó el poder. Las antiguas instituciones y normas fueron reemplazadas por nuevas reglas revolucionarias. El ejército rebelde se convirtió en el defensor del nuevo Estado revolucionario, desplazando a los partidos tradicionales.
Relaciones Internacionales
Situada estratégicamente cerca de Estados Unidos, Cuba tenía una relación estrecha con este país hasta la revolución. Las inversiones estadounidenses en Cuba eran significativas, lo que reflejaba la importancia económica de la isla para Estados Unidos. Sin embargo, el ascenso de Castro al poder y sus políticas revolucionarias provocaron preocupación en Washington.
Conflicto y Resistencia Interna
La resistencia al régimen revolucionario se manifestó en alzamientos armados en varias provincias, siendo más notables en la Sierra del Escambray. Estos rebeldes, muchos de los cuales eran campesinos y otros con intereses económicos y sociales afectados, fueron derrotados completamente para 1965.
Desarrollo Económico y Políticas en la Cuba Revolucionaria
Industrialización Rápida
El gobierno revolucionario, influenciado por figuras como Che Guevara, promovió la industrialización como medio para el desarrollo económico, buscando reducir la dependencia del azúcar. Sin embargo, la falta de personal técnico y de estadísticas confiables hizo que los planes económicos iniciales fueran ineficaces y la economía colapsó en 1962.
Ayuda Soviética y Relaciones Internacionales
A pesar de las dificultades económicas, Cuba mantuvo y mejoró sus relaciones comerciales con países de Europa Occidental y Japón. La alianza con la Unión Soviética fue crucial, proporcionando apoyo económico y militar que permitió a Cuba mantener sus políticas revolucionarias y expandir su influencia en el extranjero.
Conclusión
La consolidación del poder revolucionario en Cuba entre 1959 y 1962 fue un periodo de transformación profunda en las estructuras políticas, sociales y económicas del país. La revolución no solo desmanteló el antiguo régimen de Batista, sino que también estableció nuevas bases para la gobernanza y la economía, aunque enfrentó numerosos desafíos internos y externos.
Movilizaciones de 1968 en América Latina
Importancia de las Movilizaciones de 1968
Las protestas de 1968 en América Latina fueron comparables en dimensión y simultaneidad solo a las guerras de independencia y a la ola de huelgas de 1919. Los movimientos más destacados ocurrieron en Uruguay, Brasil y México, ofreciendo un análisis revelador de las características comunes de esta vasta movilización.
Estudios de las Movilizaciones
Algunas interpretaciones minimizan la importancia de estas protestas y los desafíos que presentaron a las divisiones de clase en América Latina. Consideran la revolución como una moda y atribuyen insensibilidad a la izquierda radical de clase media hacia las clases desposeídas. Para Gould, estas movilizaciones fueron profundamente políticas, movilizando toda la vida social y cultural. Wallerstein destacó el carácter político de estas protestas y la crítica de la nueva izquierda a las concesiones de la vieja izquierda al capitalismo y la socialdemocracia, señalando que un legado clave fue el debilitamiento de la vieja izquierda.
Concepto de Nueva Izquierda
Incluye una amplia variedad de movimientos de protesta que, aunque se oponían al capitalismo y al liderazgo de los partidos comunistas afines a la URSS, no respaldaban plenamente los principios ideológicos y tácticos de la izquierda revolucionaria. La nueva izquierda rechazó el reformismo de los partidos comunistas y del movimiento obrero. Aunque coincidía con Wallerstein en la crítica a la vieja izquierda, Gould también destacaba temas de género y la contracultura como legados importantes.
Figura del Che Guevara
Simboliza el mito revolucionario y el sacrificio, justificando la violencia revolucionaria. Representa la oposición al imperialismo y la unidad latinoamericana, aunque su imagen de masculinidad es poderosa y contradictoria.
Visiones de las Revueltas
Desde los gobiernos, se veían como subversión anticomunista y antiamericana, mientras que los estudiantes latinoamericanos las consideraban profundas y con un enfoque en la libertad política más que en la alienación. Los orígenes y la simultaneidad de las movilizaciones se explican por el aumento de la matrícula en la educación superior en la posguerra.
Características en América Latina a Mediados de los 60
Resistencia estudiantil y obrera al autoritarismo, falta de oportunidades educativas y profesionales, medidas de austeridad y pobreza extrema, e impacto de la guerra de Vietnam fueron factores cruciales.
Protestas en Brasil
Surgieron como respuesta al fin de un período de avance de las demandas populares. Las reivindicaciones incluían temas económicos y oposición al programa educativo del régimen de Goulart. Las manifestaciones alcanzaron su punto álgido con la protesta de los 100 mil, que obligó al presidente Da Costa a negociar, aunque la movilización finalmente fracasó debido a la fuerte represión.
Movilizaciones en México
Simbolizan el 68 en América Latina, protestando contra la disparidad entre la ideología y la práctica revolucionaria oficiales. Las protestas comenzaron en julio y crecieron rápidamente, culminando en la masacre durante la coyuntura de los Juegos Olímpicos.
Características de los Movimientos
Organización democrática y esfuerzos para incluir a no estudiantes, con intensa participación de adolescentes. Hubo desigualdades internas, primacía masculina y una contracultura en choque con la moral revolucionaria. La represión violenta interrumpió el desarrollo político de los movimientos, pero también reflejó la respuesta a la violencia sistémica y el simbolismo del Che.
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